Siempre digo que escribo mis novelas para esas lectoras y lectores a los que les gusta pasar un rato de entretenimiento y evadirse de los problemas, así que aquí tienen cabida todos.
Pero si lo que me preguntas es si La página rasgada es como las novelas que he escrito hasta ahora, tengo que decirte que no. Y siguiendo con lo de lidiar con la última moda, yo la catalogaría como costumbrista en todo caso.
Me encanta tener candente la tensión sexual entre un hombre y una mujer – esa chispa especial del “tira y afloja” de la atracción que finalmente se convierte en algo más profundo y más rico y lleva a la verdadera realización.
Me apasiona ser capaz de explorar en esta serie la idea del poder psíquico y lo que tal poder puede exigir. ¿Quisieras poder oír los pensamientos de los demás? ¿Poseer la habilidad de ver el futuro podría enloquecerte?
Tengo una pendiente que se sitúa en Argelia y que he prometido corregir; hay otra de un hacendado en Venezuela, otra de la Guerra de Secesión americana… El tiempo, las lectoras y las editoriales lo dirán.
Es cierto, hace como 20 años que estoy escribiendo pero hasta ahora solamente lo hacía para mí y mis amigas, bueno y las amigas de mis amigas. Me divierte y además me quita el stress del trabajo diario.