Lunes, 07 Noviembre 2016
Le pedí a Alexandra que me contara sobre ella y sobre su "Pintar en las sombras", la segunda entrega de la serie MacLeod que quedó finalista en el VI Certamen Vergara-RNR con "De Inglaterra a Virginia", antes de comenzar la entrevista. La veía tímida y quería romper el hielo. Me costó arrancarle palabras sobre ella misma pero cuando comenzó a hablar de su nueva novela, que salió a la venta el 7 de noviembre y que tengo anotadísima en mi agenda de lectura del mes, ese tono retraído quedó diluido por la pasión de quien se ha enamorado de sus personajes, quien ha sentido cada escena con ellos, quien ha vivido lo que ha escrito.
"Mi compromiso con las lectoras es que se reirán, se enamorarán, caerán en las garras de seducción de nuestro héroe, y por unas horas olvidarán la oficina, el vacío de la nevera y el turno para el dentista...", terminaba no sentenciando, no, nuestra autora no es altiva, sino reflejando el deseo de un trabajo cuidado y lleno de cariño.
Alexandra, gracias por derrochar entusiasmo y regalarme la ilusión que has puesto en tu historia. Tengo que decirte que tu compromiso es un gran reto. Sí, por lo que me has contado la novela tiene todos los ingredientes para lograr cautivar a la lectora más escéptica pero, te reto yo ahora: condensa toda esa ilusión en diez líneas:
¡Gracias a ti por esta entrevista! Es un placer conversar contigo. Asumo el desafío, vamos:
Pintar en las sombras es la historia de un gran romance, de esos que de entrada parecen imposibles porque los protagonistas se resisten a aceptar sus sentimientos por el otro. La escribí, te diría, casi como una telenovela: hay buenos, malos (y muy malos), cínicos y perversos, que con sus acciones afectan las vidas del resto. Entre ellos, las de el duque de Cunninstone y Joanna McLeod, nuestros héroe y heroína, un par que tiene en común su resistencia a acatar las estrictas normas sociales de la Inglaterra de fines del siglo XVIII. Ella es hija de un barón y se ve forzada a ingresar al mercado matrimonial, pero no renuncia a su sueño de vivir de la pintura y viajar por el mundo. Él se niega a asumir la responsabilidad de casarse y procrear herederos, en pos de entregarse a una vida de goce y eterna soltería. La única preocupación del Duque es que no logra dar con un pintor misterioso cuya obra ha logrado obsesionarlo. Lo que ignora es que quien se oculta en las sombras es una joven tan bella como talentosa, que a su vez se pregunta quién es aquel que paga fortunas por sus cuadros. Los encuentros y desencuentros potenciarán la pasión que fluye imparable entre ellos, y que hará tambalear sus férreas convicciones.
Por cómo me hablas de Joanna, me suena casi a homenaje a todas las mujeres que tuvieron que utilizar seudónimos masculinos durante siglos para poder abrirse hueco en el mundo de las artes. Sí, te veo asentir, lo es, ¿verdad?
¡Sí, es exactamente eso! Joanna representa a esas mujeres talentosísimas -como las hermanas Brontë, a quienes adoro leer-, que no tuvieron la posibilidad de salir al mundo y recibir el reconocimiento que merecían. Como ellas, a nuestra heroína se le prohíbe mostrar su arte, y ella se debate entre honrar los preceptos familiares y entregarse a su pasión por la pintura. Como hija de un noble su porvenir está ligado a un matrimonio "conveniente" (según los discutibles estándares de fines del siglo XVIII, ya sabes, blasones y una gorda cartera) y a una vida gris signada por las reglas impuestas por la sociedad. Pero Joanna no se quedará sentada esperando que su familia maneje su vida, sino que tomará decisiones guiada por un corazón valeroso y una cabeza lúcida.
Una protagonista de las que prometen. ¿Y qué hay de Cunningstone? Por cierto, ¡¡pierdo la cabeza por los duques!!
¡Claro! Sobre todo si son guapos y cautivadores como Cunningstone, jaja. El Duque es un protagonista pensado como un regalo delicioso para las lectoras: es alto, de anchas espaldas y músculos de sobra. A ver, no es lo que llamaríamos una "cara bonita", sino más bien un hombre de rasgos masculinos, cabello negro en eterno desorden, y ojos oscuros que completan un aire peligroso que enloquece a las mujeres. Es famoso en su círculo por ser un experto en arte, y su vasta colección de pinturas es admirada por todos. Como te decía, nuestro héroe está decidido a no dejarse atrapar por las garras del matrimonio, ¡y es una pena! porque además de atractivo, es inteligente y encantador.
Pudiste elegir muchos escenarios para la sociedad de finales del XVIII, ¿por qué Londres? Además de porque es la ciudad más maravillosa del mundo mundial, claro, jajaja...
¿Verdad que sí? ¡Adoro Londres! La familia McLeod vive en Inglaterra, en el campo, pero la acción no podía producirse allí porque Joanna está obligada a conseguir esposo, y entonces debía moverse en los escenarios en donde se definía el mercado matrimonial en esa época. Fue una suerte que mi profesión de socióloga me llevara allí justo cuando comenzaba la novela, porque pude documentarme en museos y bibliotecas, y cada tarde iba al verdísimo Hyde Park para tomar notas. Entre los plátanos añejos del parque y las enredaderas cargadas de flores, Joanna y el duque se encuentran por primera vez.
A-ha, por fin un pequeño comentario personal, eres socióloga. Pero también eres escritora, ¿cómo llega esa faceta a tu vida?
Siempre he creado, dibujando o escribiendo. De niña hacía guiones teatrales que representábamos con mis primos en el living de mi abuela, ante una audiencia de tíos adormilados (post-ravioles del domingo, una tortura para esa gente). La escritura de novelas comenzó en 2012, cuando me atraparon las ganas de producir un relato dedicado a mí misma; una novela a mi gusto y medida, que no pretendía compartir con nadie más. Así nació mi primer libro (que con ojitos esperanzados aún me espía desde un cajón) y no pasó mucho tiempo antes de que naciera De Inglaterra a Virginia, porque pronto descubrí que narrar es una experiencia fantástica e intensa, sin la que ya no puedo vivir.
Leerte también lo es. Al fin acaba la espera y podemos leer "Pintar en las sombras", esta segunda entrega de los McLeod con duque incluído, y mantenemos la esperanza de saber algún día de aquella primera historia de la que nos has hablado con nostalgia.
Gracias por esta estupenda charla, y muchos éxitos con tu nueva novela, sin duda merecidos.
Entrevista realizada por Ruth M. Lerga.
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Comentarios (5)
Mary Spezi
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Luciago
Muchas gracias por la entrevista y enhorabuena y suerte a la autora.
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Marina
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V. M. Cameron
Me encantó de Inglaterra a Virginia y tengo la sensación de que Pintar en las sombras lo hará incluso más :)
Un placer leer la entrevista a Alexandra, es una escritora a la que admiro mucho (y también a su pluma, por supuesto!!)
Gracias por la entrevista, Ruth.
Mil besos.
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Nancy O
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