• Fecha: Miércoles, 24 Octubre 2012

vintage-1898388 640De todos es sabido que no siempre existieron las comodidades de las que hoy disfrutamos para lavar la ropa. Antaño, esta larga, cansada, incómoda y tediosa tarea se realizaba en el río golpeando la ropa contra las piedras, restregándola y frotándola con arena para arrancar la suciedad. La mente humana, ingeniosa ella, desde siempre ideó mecanismos que facilitaran esta labor. Se sabe, por ejemplo, que los antiguos egipcios ya usaban unos batidores de madera con los que golpeaban las ropas contra las piedras.

En la época en la que transcurren muchas de nuestras novelas esta labor era algo muy trabajoso, pues hasta que no aparecieron las primeras lavadoras toda la ropa había que lavarla a mano. Esta tarea suponía un trabajo tan agotador que se consideraba causa de numerosas enfermedades.

Hasta el siglo XVIII, incluso en los hogares ricos, se lavaba la ropa cada cuatro o seis semanas. El mal olor de las ropas se paliaba con perfumes y colonias. Pero para algunos esto no significaba suciedad, dejadez o falta de higiene, pues las clases socialmente altas tenían suficiente ropa como para poder cambiarse tan a menudo como quisieran.

El día de lavado en una noble casa victoriana era un acontecimiento importante. La mano de obra que para tal efecto era necesaria era una de las razones de hacerlo con tan poca frecuencia y para que así fuera económicamente más viable.

Las casas grandes y pudientes tenían su propio espacio dedicado al lavado de ropa, mientras que los hogares más pequeños debían contentarse con usar sus cocinas o los patios para tal efecto. Antes de que las casas tuvieran agua corriente, esta, a menudo, debía ser traída desde cierta distancia. Se intentaba almacenar el agua de lluvia y las comunidades rurales usaban el agua de ríos y arroyos para el lavado.

Las familias con buenos ingresos económicos tenían una criada específicamente para hacer frente al lavado doméstico, pero el resto de casas tenían que valerse por sí mismas o emplear para la ocasión los servicios de una lavandera. Las lavanderas, a veces, iban a las casas a lavar la ropa, sin embargo, lo que a menudo hacían era llevarse la colada y lavarla en sus propios hogares. Esta, para una mujer casada, era una forma inestimable de conseguir unos ingresos extras para su familia, y para una mujer soltera o viuda, algo que podía ser crucial para sobrevivir. Sin embargo, fue siempre fue un trabajo agotador y difícil. Las mujeres trabajaban seis días a la semana y en muchos casos era el trabajo de toda su vida.

El proceso de lavado se prolongaba durante la mayor parte del día, habitualmente los lunes, y había que comenzar muy temprano. Se lavaba en tinas hechas por lo general de madera. El lavado se hacía con un palo con un extremo en forma de cono o terminado en un pequeño taburete de tres patas. La ropa se sumergía en agua hirviendo y con el palo se agitaba la ropa.

El jabón estaba elaborado con grasa animal y hervido con lejía y restregaban y frotaban las prendas sobre una tabla. A la ropa blanca también se le añadía blanqueadores y añil. Para preservar los tejidos y sus colores usaban, por ejemplo, sal para la lana y para mantener el color azul, y alumbre o vinagre para los verdes oscuros. Las sábanas y la ropa de cama se cubrían con agua tibia y un poco de soda y luego se dejaban en remojo durante la noche. La ropa grasienta se sumergía en una solución de media libra de cal viva por cada seis litros de agua. La ropa manchada de cera de velas y del aceite de las lámparas se limpiaba con trementina mezclada con tierra de batán. La tinta se quitaba con jugo de limón, y las manchas de fruta con leche caliente. Se lavaban primero las mejores prendas de vestir, después la ropa íntima y para el final se dejaban las cosas más mundanas, tales como los paños de cocina, bayetas y, finalmente, los trapos utilizados para limpiar los orinales.

Para la ropa de cama, delantales, cuellos y las camisas de los hombres se utilizaba almidón de patata o de harina de arroz, y las prendas con volantes se sumergían en agua a fuego lento en una especie de gelatina formada por una mezcla de almidón, bórax fundido y cera diluida.

Hasta mediados del siglo XIX las tablas, las tinas y los demás útiles para la colada eran principalmente de madera. Para que fueran resistentes al agua, la madera se dejaba secar durante 18 meses antes de usarse. Posteriormente, las nuevas tablas de lavar, de zinc, hierro o vidrio, tuvieron una excelente acogida.

Hacia el siglo XIX las lavanderías privadas tenían el suelo de piedra, pilones de ladrillo y un canal de desagüe. La colada se hacía en tinas de madera, algunas con grifos de agua caliente y fría. Durante el invierno, la ropa se colgaba en tendederos de madera y se dejaba secar en una habitación calentada por un horno. En las zonas rurales podía verse la ropa colgada en los campos segados.

Los lunes se clasificaba la ropa en montones de blanco, color y lana. Los lazos, encajes y botones, demasiado delicados para sobrevivir al lavado, eran retirados por las doncellas. Posteriormente, se frotaban las manchas de grasa con lejía y se dejaba la ropa a remojo en agua tibia con sosa.

Los martes se encendían las calderas. La ropa blanca se lavaba al menos tres veces por separado, con jabón y en agua muy caliente, todo lo caliente que las manos pudieran soportar; la ropa de color y la de lana se lavaban en agua fría para evitar que destiñera o encogiera.

Las mujeres escurrían la colada con sus propias manos. Una vez escurrida, la ropa se colgaba en tendederos.

George Jee, en 1779, diseñó la escurridora. La ropa pasaba entre dos rodillos accionados por una manivela. Los rodillos eliminaban el exceso de agua y daban a la ropa un primer estirado. En 1850 estas máquinas se vendían en todas partes. Cuando la ropa estaba casi seca se planchaba sobre una superficie cubierta con una manta, con planchas de hierro calentadas al fuego.

Los primeros inventos para aliviar esta dura tarea aparecieron en 1691, cuando en Inglaterra se patentó la primera máquina de lavar. Sin embargo no se sabe si alguna vez llegó a fabricarse. Sí hay constancia, sin embargo, de diversos diseños de lavadoras manuales a lo largo de todo el siglo XVIII. Estas máquinas constaban básicamente de un tonel con paletas en su interior. El tonel se llenaba de ropa y una manivela hacía girar las paletas. Sin embargo, estas máquinas se estropeaban enseguida y destrozaban frecuentemente la ropa.

A finales del siglo XVIII, al bajar el precio de la tela con la Revolución Industrial, la gente corriente pudo entonces cambiarse de ropa más a menudo, lo que también hizo que aumentase el volumen de la colada. Las mujeres usaban como mínimo tres capas de ropa interior y lo normal era lavarlas una vez a la semana. Resultaba más económico hacer la colada en casa, si bien las lavanderías siguieron floreciendo en las grandes ciudades.

La agotadora tarea de lavar la ropa apenas cambió durante mucho tiempo hasta que aparecieron las primeras lavadoras eléctricas. Sin embargo, la proximidad del agua y la electricidad hizo que en un principio resultasen peligrosas y fueran miradas con prevención por sus usuarias.

-Robinson de Lancashire en 1780, patento una máquina para lavar y escurrir la ropa.

-Henry Sidgier en 1782, creo una lavadora para utilizar manualmente. Estaba compuesta por un tonel de madera y una manivela.

-Hamilton Smith en 1858, le agregó un tambor de engranaje que permitía que rotara en ambos sentidos. 

-En 1880, en Ucrania, con el fin de lavar la ropa en los hospitales, se creó una maquina que además de cumplir su misión de lavado también secaba la ropa.

-La primera lavadora eléctrica fue creada por Alva J. Fisher en el año1901, aunque hasta 1910 no patentó su invento. Su uso se generalizó cuando la electricidad ya no era un privilegio. Esta lavadora tenía un motor que hacia rodar un tambor metálico.

Dos empresas se disputan la lavadora automática que conocemos hoy: Bendix Corporation (1937) y General Electric (1947). Recién creadas estas máquinas tenían un costo muy alto y su seguridad era mínima, había que sacar las prendas a través de dos rodillos que se hallaban en la parte superior. Solamente después de la Segunda Guerra Mundial despegó la venta de lavadoras.

En los años 60 se empezó a innovar con este artefacto tan amado por las amas de casa puesto que tanto facilitó su trabajo a la hora de realizar la colada. Se incorporó un tambor mecánico, se añadió el centrifugado y un control temporizador. Mucho después, con los sistemas informáticos, se le agregó un microprocesador que es el que da las diferentes opciones de lavado.

*Gracias a Rociodc por sus aportaciones

 

 

Comentarios (31)

  • Daniela de La Cruz

    11 Julio 2018 a las 00:02 |
    Interesante e instructivo. Gracias por esta información.

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  • Cynthia HJ

    19 Marzo 2017 a las 13:42 |
    Aunque un poco tarde, acabo de leer este artículo y me ha parecido una maravilla. Es ameno y súper interesante e instructivo. Muchas de las cosas que comenta ni las sabía. ¡Debía de ser realmente tedioso hacer la colada! No sabemos las comodidades que hoy tenemos hasta que leemos cosas como estas.

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  • Blanca

    05 Septiembre 2013 a las 18:21 |
    Excelente artículo. Muy ameno, instructivo e interesante. Muchas gracias por confeccionarlo.

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  • LILIAN

    16 Noviembre 2012 a las 23:37 |
    Todavía estoy procesando el artículo, qué pasada!!! Es de los que voy a releer de vez en cuando porque es una maravilla. Gracias Rocío

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  • Katon

    10 Noviembre 2012 a las 20:26 |
    Qué maravilla de artículo. Muy completo e interesantísimo, muchos de sus detalles los desconocía. Un artilugio más que necesario hoy en día y que no lleva tanto tiempo entre nosotros. Las fotos han sido muy aclaratorias también, el detalle perfecto para el artículo.
    Los días de colada tendrían que ser agotadores en aquella época y los productos que utilizaban para limpiar los distintos tipos de ropas, junto con el agua muy caliente, tenían que ser fatal para las doncellas y mujeres que debían lavar la ropa.
    ¡Fantástico artículo!

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  • Estrella

    08 Noviembre 2012 a las 00:42 |
    Excelente artículo, muchas gracias por compartir esta información. Lavar la ropa a mano es la cosa más agotadora que existe, y con esos métodos no dudo que las pobres mujeres hayan terminado minando su salud. Es bonito imaginar cómo vivía la gente antes, pero sin duda que agradezco los inventos modernos, y siempre, siempre la lavadora (deberían ponerle una estatua al que las invenó jajaja).

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  • Marian

    04 Noviembre 2012 a las 15:11 |
    Muy buen artículo. Gracias por poner estos artículos tan interesantes.
    A mí siempre me ha parecido que la lavadora es el mejor invento de la casa que existe.
    Mi abuela hacía el jabón con aceite y sosa y luego iba a lavar a unos lavaderos a mano, y aún hoy se siguen usando algunos lavaderos de zonas rurales donde las mujeres van a lavar las prendas más delicadas a mano. Pero desde luego la lavadora es imprescindible para una mejor calidad de vida.

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  • purrita

    03 Noviembre 2012 a las 21:28 |
    Hola, estupendo articulo, yo lo he conocido, pues en las zonas rurales todos los avances siempre llegan mas tarde, mi abuela me regalo una tabla de lavar cuando tenia 5 años, creo que la lavadora es con mucho el mejor electrodomestico que hay

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  • LETRA ESCARLATA

    01 Noviembre 2012 a las 00:11 |
    ¡Qué artículo más bueno!, mi abuela me contaba que para lavar la ropa tenían que bajar al río y las muchachas del pueblo hacían sus propios jabones con sosa caustica y el aceite o grasa de animal que sobraba y para que oliera bien cogían las hierbas olorosas del campo, como el tomillo, hojas de laurel, romero e incluso lavanda. También con hierbas medicinales y eran jabones curativos, manzanilla, caléndula o menta. La verdad que este artículo me ha hecho recordar las anécdotas de mi abuelita. Un besote y gracias por esta información tan interesante.

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  • Maesfe70

    31 Octubre 2012 a las 14:46 |
    Gracias por el artículo. ¡Muy interesante! Me encanta.
    Algunas cosas, aunque no las he tenido que hacer, las sé por mi madre y mi abuela. Tenían que lavar la ropa a mano en el río y hacer el "clareo". ¡Benditos avances! ¡Bendita lavadora!

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  • rosita

    30 Octubre 2012 a las 01:18 |
    Muchas cosas ya las sabía, ya que mi madre le tocó lavar en grandes tinas y usar lejía y añil, y tender la ropa sin secar.
    En la última novela que he leído La dama del castillo, hay una parte que explica la forma de lavar de las mujeres en la Edad Media.
    Igual gracias por el artículo, muy buena documentación.

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  • LadyZarek

    29 Octubre 2012 a las 19:45 |
    Pero qué buena información nos has dado. En el pueblo de mi madre todavía están las pilas donde iban las señoras, junto al arroyo, a lavar la ropa.
    Qué suerte tenemos hoy en día aunque no nos lo creamos.
    Gracias por el artículo, Rocio.

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  • Elena

    29 Octubre 2012 a las 14:54 |
    Muchas Gracias, me ha encantado!.
    Siempre me había llamado la atención que con tanta ropa como debería ser, el limpiarla.
    Te has documentado mucho y muy bien.

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  • ELSA

    28 Octubre 2012 a las 20:47 |
    Un artículo fabuloso, además todas tendríamos que hacerle un monumento al inventor de esta aparato tan necesario, gracias por un artículo tan detallado.

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  • Mayte72

    28 Octubre 2012 a las 13:17 |
    el mejor invento del mundo, jeje y el que posibilitó la incorporación laboral de las mujeres fuera de casa, ya que no tenían que estar tanto tiempo con la colada

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  • Lucia

    27 Octubre 2012 a las 12:36 |
    ¡Menudo trabajo más meticuloso! ¡Genial!
    Mi abuela siempre decía que era el mejor invento del mundo y es que a la pobre le toco lavar mucho en el lavadero y en el río.
    Menudo trabajo más pesado, menos mal que nos hemos librado, jajjaja.

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  • charohq

    27 Octubre 2012 a las 11:20 |
    Muy interesante Rocio enhorabuena, creo que no sosmos conscientes de lo comodas que son nuestras vidas gracias a ciertos inventos tales como la lavadora, gran salvadora de mujeres digamoslo ya.

    Todavia hay gente que usa lavadoras de estas manuales hechas cono tinas y palas, en las comunidades menonitas tambien llamados Amish, lavan la ropa una vez por semana en lavadoras de estas por que es una paliza impresionante, si quereis verlo en el programa 21 dias hicieron un especial sobre esas comunidades y es sorprendente lo que hemos avanzado con respecto a ellos.

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  • AMUNT

    26 Octubre 2012 a las 21:28 |
    Rocio un artículo estupendo, de verdad me ha gustado mucho, gracias por la información. Y como dice kkekka, ¡de menuda nos hemos librado! Mil besos.

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  • morticia

    26 Octubre 2012 a las 21:01 |
    Resulta un poco repetitivo pero es que el artículo está genial. Yo este tema lo he tenido siempre muy claro: Habría que levantar un monumento al inventor de la lavadora. Y en la edad media era peor, ¿os imagináis en pleno invierno metidas hasta las rodillas en el río?

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  • Noabel

    26 Octubre 2012 a las 17:52 |
    Estupendo artículo, me he enterado de un montón de cosas que no sabía.

    Muchas gracias, Rocío.

    responder

  • sara

    26 Octubre 2012 a las 10:24 |
    Un interesante articulo, pero la ropa debia de estropearse mucho mas que ahora, y encima los tejidos al ser tan naturales y no tener fibras sinteticas de tanto lavado con la pala y restregarlos en piedras se estropeaban a la minima.

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  • crishi

    26 Octubre 2012 a las 09:52 |
    Niña, me ha gustado mucho. Hay cosas que no sabía. Estupendo.
    Menos mal que no vivía en aquellas épocas. ¡Qué fatigas!
    ¡Viva la lavadora!

    responder

  • luciago

    26 Octubre 2012 a las 08:06 |
    Gracias al que inventó la máquina de lavar, menudo trabajo tenían antes.
    Un artículo muy interesante Rocio

    responder

  • sandrayruth

    25 Octubre 2012 a las 21:17 |
    Genial Rocío!!!
    Me ha encantado leer las diferentes maneras que tenían de lavar y diferentes productos que echaban, no sabía tantas cosas!!!!
    Y gracias a las lavadoras!!!

    responder

  • anasy

    25 Octubre 2012 a las 20:18 |
    Gracias por el artículo, me encanta esta sección por todas las cosas de las que me entero, y doy gracias a las lavadoras!!

    responder

  • Mary Jo

    25 Octubre 2012 a las 16:48 |
    Muy interesante, me a encantado el articulo. Gracias

    responder

  • Olivia Ardey

    25 Octubre 2012 a las 15:03 |
    Qué artículo más interesante. Me ha encantado. Nada mejor para sumergirse de lleno en una época que los detalles más cotidianos.

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  • rociodc

    25 Octubre 2012 a las 12:40 |
    Me alegra que os guste. Gracias.

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  • kalina

    25 Octubre 2012 a las 00:05 |
    Un artículo estupendo Rocío. He recibido un curso intensivo de como se lavaba cada prenda y con que, un trabajo realmente duro y agotador y más con las vestimentas que lucían las señoras de la época, capas y capas de ropa, algunas cosas las sabía, pero otras no, curiosas algunas de las máquinas para lavar la ropa. Muchas gracias por un artículo estupendo y tan completo.

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  • marisa

    24 Octubre 2012 a las 22:44 |
    Has escrito un articulo estupendo y muy bien documentado Rocio. Algunas cosas las sabia como lo de que perfumaban la ropa para disimular los olores, pero la mayoria de la informacion no la sabia. Gracias. ¡Que tedioso tenia que ser lavar en tiempos de las tatarabuelas!

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  • kkekka

    24 Octubre 2012 a las 22:03 |
    Muchas gracias por el artículo Rocio. Esta genial.
    La verdad es que siempre hay ciertas labores a las que se presta menos atención pero son muy curiosas y el lavado es uno de ellos.
    Menuda nos hemos quitado de encima!!!!
    Muchos besos

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