• Fecha: Jueves, 09 Febrero 2012

book-1210027 640Cuando voy a una librería, y paseo entre sus pasillos, tengo la sana costumbre de ir acariciando los libros. Me gusta cogerlos, leer las sinopsis y susurrarles al oído la impresión que me causan sus argumentos.

Pero no es el tacto lo primero que impacta en mis sentidos al entrar en una librería. Es el olfato. El olor de los libros me hace navegar suspendida en el aire. Me envuelve ceñiéndome como un amante lo haría entre sus brazos... Que algunas veces apenas me roza, y otras, me falta el aire... 78% de nitrógeno que contiene sentimientos con olor a rosas, 21% de oxígeno que contiene besos con olor a azahar y un 1% de otras sustancias mimosas... declaraciones de amor mentoladas, deseos cítricos, ternuras amaderadas y pasiones picantes que me elevan hasta la troposfera. Las nubes acogen mi olfato etéreo mientras naufraga tratando de discernir los distintos perfumes que habitan en esta burbuja aromática. Me apodero de las notas bajas o de fondo, medias o de corazón, altas o de salida y capto las esencias que se desplazan a través de mis fibras receptoras hasta llegar al cerebro. La labor ha terminado. Pellizco mi pituitaria para que, el trocito de cielo que me arrulla, se volatilice y me haga descender suavemente volviendo a la realidad...

Los libros nuevos son vírgenes ya que aún no han sido profanados por la naturaleza humana y medioambiental. No sé cuándo un libro nuevo deja de oler como tal. Quizás, desde el mismo instante en que lo abrimos por primera vez y sumergimos la nariz entre sus páginas queriendo retener su fragancia personal...

Las brisas saladas barrían los brezales abiertos, cargados con la fragancia de las ciruelas maduras y de las bayas de arrayán, mientras que, en los jardines, los manzanos florecían en perfumadas explosiones blancas. Se detuvo para recoger una, llevársela a la nariz y gozar de la delicada fragancia, que era más preciosa aún por ser de la tierra firme y no del mar. Respiró hondo, como si quisiera compensar los cinco años de no haber disfrutado de ese placer... (Dos veces amada, Lavyrle Spencer).

...No podía dejar de notar que él llevaba alguna fragancia de especias, canela y algo más elusivo. No encajaba con su austeridad... El penetrante y fértil olor a mar flotaba bajo el olor del alquitrán y la madera, del cáñamo y la pintura, y el leve olor a canela.(El acompañante, Susan Squires).

¿Pueden los olores, plasmados en las páginas, ser caprichosos abandonando su hábitat y cruzar nuestras delicadas fosas nasales? ¿Superan el propio olor del libro?

El olor de los libros antiguos es el resultado de los diferentes compuestos orgánicos liberados desde el papel al aire. Dicen que huelen a vainilla (mi olor y sabor preferido) debido a la degradación de la lignina, un polímero orgánico muy abundante en el mundo vegetal que desprende olor a vainilla. Quisiera ser mariposa para vivir en ese mundo y volar sobre las plantas leñosas impregnándome del dulce aroma de la vainilla.

Por desgracia, mi sensibilidad olfativa no es capaz de captar dicho olor en el papel de los libros. Lo único que puedo decir es que me fascinan los libros antiguos. Sus páginas, de color sepia y olor a recuerdos de otra época, me hacen, de vez en cuando, hundir mi nariz en ellos abriendo las páginas sólo lo justo para que no se escape lo que quedó grabado en mi memoria cuando los leí.

Libros de hace 30 años o más... Primer amor de Iván S. Turguenev, La casa del árbol hueco de Enid Blyton, Cuento de Navidad de Charles Dickens, mis libros de texto escolares... Ediciones antiguas con portadas amarillentas y papel marchito pero con un toque íntimo... Pétalos de rosas y jazmines blancos entre sus páginas (que todavía conservo donde las deposité), evocando mi costumbre juvenil de marcar aquellas escenas con las que más disfrutaba. Aún creo poder oler sus fragancias... Olores nostálgicos con aromas florales que acompañan una descripción romántica y que se relacionan con momentos privados de mi vida pasada... Secretos guardados bajo llave en el invernadero de mi memoria. Ocultos entre los efluvios perfumados que segregan las flores y que me hacen retroceder a mi juventud...

*Artículo realizado por Crishi

 

 

Comentarios (23)

  • Aspasia24

    03 Junio 2013 a las 16:41 |
    Hola, buenas. Me sumo a mis compañeras: un artículo precioso. El olor a libro y la sensación de tenerlo en las manos es algo inexplicable, al menos para mi. Un momento maravilloso.

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  • LILIAN

    01 Junio 2013 a las 23:46 |
    No había reparado en este artículo. Qué bonito te ha quedado crishi!!!

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  • Sakhya

    10 Mayo 2012 a las 20:19 |
    ¡Hermoso articulo!
    Cuando entro en una libreria, siento que me pierdo en el aroma de los libros.
    Lo que me pasa mucho, es que cuando un libro me atrae, lo huelo. Casi como si olfativamente pudiese absorver la historia.

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  • sara

    12 Marzo 2012 a las 13:16 |
    Cuantas veces me he descubierto olisqueando el aire mientras leía para poder oler todo lo que se describía en ese instante en la pagina del libro. Yó que soy anti-perfumes, anti-colonias- anti-malos olores, que solo me gustan los olores naturales de una tierra recien mojada,un bosque lleno de pinos y abedules, el olor del mar, el olor de la primavera, y el cuerpo humano recien limpio, no me puedo explicar como me gustan los olores de una biblioteca, sobre todo cuando hay madera mezclada con papel de sabiduría.
    Fantastico tu articulo.
    ,

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  • Regla María Pérez García

    03 Marzo 2012 a las 01:28 |
    Comprto la idea con mis compañeras, precioso el artículo!!
    Lo cierto es que me encanta el olor que desprenden los libros, el tacto de sus hojas, algunas veces ligeramente rugosas así como las notas que oímos la pasar cada una de sus páginas.

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  • Lucia

    18 Febrero 2012 a las 17:17 |
    ¡Te ha quedado muy bonito el artículo!
    Me encanta el olor y el tacto de los libros viejos, evoco en mi mente tiempos pasados y llego a sentirlos.

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  • Katon

    13 Febrero 2012 a las 20:22 |
    Un artículo precioso Crishi, muy emotivo. Es cierto que los libros antiguos tienen un encanto especial, el olor, como muy bien has descrito, el tacto, rugoso por el tiempo, el color de sus ojas. Pero lo más importante es lo que nos hace sentir al tener entre nuestras manos esa pequeña obra de arte.
    Gracias por esta preciosidad de artículo

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  • ELSA

    13 Febrero 2012 a las 19:39 |
    Precioso, yo no sabría describirlo así pero me he sentido identificada cuando repaso mi biblioteca, lo abro, los hojeo, en fín lo que tú tan bien has descrito Crishi

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  • Lili

    13 Febrero 2012 a las 18:31 |
    Ahhh mi querida Crishi me has dejado añoranza del olor de los libros, yo que padezco de Anosmia frecuentemente por una sinusitis mal tratada y mi olfato va y viene a su gusto y no cuando yo lo quiero, por eso los momentos que se me da sentir olores es grato para mi el olor de un libro de nuevo, cuando rompes el empaque y te llena de emoción.

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  • LETRA ESCARLATA

    13 Febrero 2012 a las 00:55 |
    Crishi desde luego has bordado un mar de sentidos en un cuadro lleno de maravillosas muestras de cariño.Ha sido un artículo precioso,demostrando que los libros nos contagian con sus historias.Yo tengo una edición muy antigua de mi escritora favorita del suspense,Agatha Christie,"Matrimonio de Sabuesos" y cada vez que lo abro para volver a leerlo su olor es muy especial y el color sepia de sus hojas desprenden ese olor peculiar a viejo.Gracias preciosa y un saludo.

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  • LadyZarek

    12 Febrero 2012 a las 13:16 |
    Un artículo muy bonito y sensitivo. Me gusta el olor de los libros pero no los muy antiguos, que para mí huelen a humedad y moho, verás Crishi que no soy tan romántica como tú con ellos.

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  • crishi

    11 Febrero 2012 a las 17:44 |
    Felicidades por el artículo Crishi, es precioso.

    Me encantan los libros antiguos y es cierto que tienen un olor especial, un olor que no es comparable a nada.

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  • monica-p

    11 Febrero 2012 a las 08:50 |
    Fascinante!! me ha encantado tu artículo Crishi. Lo cierto es que es una de las ventajas de un libro impreso en papel con respecto a los libros digitales, los libros tradicionales te evocan sensaciones olfativas, de entre otras, aumentando la información que emana del libro. Gracias por compartirlo.

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  • MARY

    11 Febrero 2012 a las 00:22 |
    PRECIOSO¡¡¡¡¡¡¡¡¡ yo también experimmento estas emocione y percibo ese olor a libro, a nuevo que tanto me gusta. Lo has expresado magistralmente

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  • kalina

    10 Febrero 2012 a las 17:45 |
    Un artículo precioso!!!!!
    Hermosas palabras que nos meten de lleno en un mundo de olores que las lectoras reconocemos, si es verdad que los libros tienen su propio olor y eso olores nos hacen rememorar sentimientos guardados en un rincón de la memoria.

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  • tatia

    10 Febrero 2012 a las 17:44 |
    ...Te comprendo perfectamente. Pero sobre todo el olor de los libros muy antiguos, no me enrollaré, pero he logrado tener algunos libros muy antiguos, del siglo XVIII, se conservaron bien, pq estaban en un lugar frío y seco. Y hasta ahora cuando los abría siempre me emocionó su aroma y pensar en la cantidad de manos que los habían sostenido a lo largo de los siglos. Siempre que los enseño, las personas reaccionan de una manera casi mística aunque no sean lectores habituales, no sé si me explico.
    Gracias Crishi.

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  • Elena

    10 Febrero 2012 a las 14:32 |
    Bonitas palabras!! Me ha encantado!
    Muchas gracias por compartirlo con nosotras.
    Un beso

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  • marivi

    10 Febrero 2012 a las 11:25 |
    Menudo articulo ,toda una gama de olores.La verdad es que varia mucho el olor del nuevo al viejo, tienen su olor caracteristico, sobretodo los viejos (que mal suena llamarlos así con los buenos momentos que nos han dado).Pero me quedo como otras compas, con el contenido.

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  • sandrayruth

    10 Febrero 2012 a las 09:23 |
    Me ha encantado el artículo Crishi, ha sido muy emotivo. La verdad es que nunca me fijo en los olores de los libros, yo como Arantxa me fijo más en el contenido del mismo, pero tu visión de los libros me ha parecido muy bonita.

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  • anasy

    10 Febrero 2012 a las 07:13 |
    Que bonito artículo Crishi, es precioso!! Y expresas de maravilla lo que se siente muchas veces cuando coges un libro sobre todo para los amantes de la lectura, el olor característico de sus páginas o disfrutar de antiguas ediciones que sabes que llevan mucho tiempo en este mundo y han pasado por un sin fin de manos.

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  • Verónica B.

    10 Febrero 2012 a las 06:24 |
    Hermoso como has expresado un sentimiento que creo que todas las que pertenecemos a este foro sentimos, en particular soy bibliotecaria y todo el día percibo el aroma a libros antiguos y usados al entrar a las bibliotecas donde trabajo, es verdad es un olor particular, del cual ya me he acostumbrado, y me sentiría perdida si no sintiera ese olor cada día. Pero debo admitir que no hay como el olor a libro nuevo, me hace sentir la emoción de la compra de este preciado tesoro, de este hallazgo de entre libros que no me interesaban, la intriga sobre su contenido; creo que es este aroma el que me transporta a recuerdos de mi infancia cuando me obsequiaban un libro o cuando lo elegía yo misma de alguna librería.

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  • Andrea

    10 Febrero 2012 a las 00:12 |
    Hermoso artículo!!!!!!!!!!!!

    Es emotivo y creo que todas las personas que amanos la literatura, en todos sus géneros, también amamos ese "olor a libro". Tan atrayente, tan misterioso y tan particular.
    El libro nuevo tiene su encanto, con el valor agregado del entusiasmo de ser acreedor de una aventura nueva, pero los viejos...
    Personalmente compite directamete con el aroma a tierra mojada antes de la lluvia... ambos inigualables.

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  • arantxa

    10 Febrero 2012 a las 00:02 |
    Un articulo precioso crishi, yo la verdad es que no tengo esa fascinación por los libros como soporte fisico, de hecho casi todo lo leo en digital, nunca he captado ese olor de libros ni he tenido esa ansia de tener un montón de libros.
    Vamos que yo amo más el contenido que el continente.

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