Julie Ann Long - Seducir a un truhán

Valoración:

Crítica realizada por Mencía

Sinopsis:

Deslumbrante

Sylvie Lamoreaux es la primera bailarina del ballet de París, famosa por su belleza y su apasionada dedicación a ese arte. Pero cuando llega una misteriosa carta desde el otro lado del Canal de la Mancha se encuentra, literalmente, aterrizando en el regazo de uno de los hombres más conocidos de Londres.

Descarado

Con una cara que ha encandilado a muchas damas londinenses, el empresario teatral Tom Shaughnessy está acostumbrado a que las mujeres caigan en sus brazos. Pero, desde el momento en que esa joven francesa peleona entra en el carruaje, se da cuenta de que ha encontrado a una digna rival en ironía, descaro... y sensualidad.

Destinados

Cuando el destino empuja a Sylvie al mundo del teatro subido de tono de Tom, un deseo que ninguno de los dos había previsto amenaza con terminar con sus cuidadosos planes anteriores. Pero el pasado que Sylvie nunca conoció la obligará a tomar una decisión. No puede dejar que caiga el telón de lo que ha sido su intenso baile juntos... pero tampoco confiarle su corazón a ese truhán.

Opinión:

¿ Una de Regencia? A esta pregunta correspondería una respuesta afirmativa, que sin embargo no se corresponde exactamente con la realidad. O no con la realidad a la que estamos acostumbradas. Sus protagonistas, y la cohorte de secundarios que les acompañan, pertenecen a ese mundo paralelo que convivía con la nobleza, los bailes de salón, las fincas y los picnics. Compartían con ellos época y momentos, pero sus pensamientos de vida, su educación, motivaciones y reacciones no tenían nada que ver.

Debo de reconocer, que en mi caso, el cambio ha sido cuanto menos refrescante. Esta vez las damiselas son mujeres; los señores, personajes de ocupación y pasado incierto, la ambientación se mueve a otro ritmo que el del vals, y por supuesto que no se viste de terciopelo y seda. Esta vez nuestro paseo discurre por la vida que bullía tras las bambalinas del teatro.

Seducir a un truhán es deliciosamente agradable, entretenida, tierna y divertida. Su lectura es tan accesible como adictiva. La agudeza de sus diálogos, la suave fuerza de sus sencillas pero bellas descripciones, de momentos, emociones y gestos...; el ingenio y la jocosidad de alguna de sus escenas, y el humor cínico y mundano de alguno de su personajes, harán que devores sus páginas con avidez.

La trama es sencilla pero novedosa. No tanto por los hechos que describe si no por los personajes que le dan vida.

Tom Shaughness:

Rabiosamente atractivo expone un punto de plebeya elegancia teatral, y una sonrisa que provoca suspiros femeninos sea cual sea su clase social. No ha de faltar la consabida respuesta a duelo, por parte de los caballeretes, a tan peligrosa compañía; aunque en este caso quizá sea mejor decir sonrisa.

El señor Shaughness, medio irlandés medio zíngaro, de ojos plata y pupilas que se tornan ébano, es un truhán, y por lo tanto un superviviente que lucha por dejar atrás la pobreza que le acompañó en su niñez. Es un protagonista noble de corazón y espíritu fuerte, que muestra al mundo: seguridad, inteligencia y una novia eterna llamada suerte. Suerte para sortear las circunstancias de su nacimiento, para reconocer y rodearse de las personas que le ayuden a alcanzar sus metas. Suerte para saber decidir donde, cómo y cuando emplear su enorme fuerza de voluntad. Porque sabe que el éxito depende del trabajo, aunque a él le guste encandilar a su "público" nombrándolo fortuna.

Quizá fuera el azar el que puso a Sylvie en su camino, pero es su personalidad la que se gana su amor. Irreverente, socarrón, divertido, con un puntito de despego que se vuelve interés en una postura, dulzura en un casi una caricia y pasión en una sonrisa.

Tom Shaughness atrae, tienta y seduce sin proponérselo.

Sylvie Lamoreaux:

Admirada y mimada por el público parisino está decidida a conocer un pasado desconocido para ella hasta ese momento. Sabe lo que desea o mas bien lo que no desea. Luchadora, resuelta y con un punto de orgullo que sabe doblegar llegado el caso. Su pasión, la danza; la misma que le aleja de la pobreza. Su futuro, previsible, si se muestra práctica. Pero ¿ y sus sueños?

El hecho que en esta novela nos topemos con una protagonista lejos de la virginal posición en las que se suelen encontrar nuestras heroínas, sin que vista luto por condición, si no en un momento dado por conveniencia, añade otro aliciente a la lectura. Me gustó la señorita Lamoreaux sin que para ello la autora me haya tenido que estrangular el corazón con tragedias o viles injusticias.

Los secundarios:

Les falta profundidad, pero son un carrusel de vidas que llenan de color la novela. Pinceladas, esbozos que enriquecen la narración sin robar el protagonismo a los personajes principales. Ese bandido con halitosis, la corista que está quemando sus últimos cartuchos, la digna señora May; El General ( pequeño gran hombre); esa Josephine con sus virtudes para la música y la costura, y algún que otro personaje de vital importancia para la trama que prefiero no desvelar, conforman un mundo que abre sonrisas y en algún momento nos llega a enternecer. Todos tienen su minuto de gloria, su frase para el recuerdo, o su pequeña escena que los hace brillar.

Seducir a un truhán es una novela, como he dicho antes, deliciosa y llena de momentos. Hay veces que la sencillez es grandeza y un instante es latido. Julie Anne Long, con esta obra, ha conseguido que disfrute de una estupenda tarde de lectura. Seducir a un truhan puede ser de lo más entretenido.

Copyright © 2002 - 2022 rnovelaromantica.com y elrinconromantico.com

| Aviso legal | Política de privacidad | Política de Cookies |