Crítica realizada por Irdala
¿Y yo por dónde empiezo a explicar todo lo que esta nueva novela de Érika Gael me ha hecho sentir?
Es difícil hablar de un libro sin desvelar nada de la trama, pero es que no quisiera contar ni siquiera un poquito porque me gustaría mucho que todo aquel que lea la novela se dé de sopetón con lo que hay y se sorprenda y se emocione como yo.
Digamos, como ya lo hace la sinopsis, que esta es una historia de amor de segundas oportunidades. Pero no es una historia de amor cualquiera, sino la que se da entre un ángel y un demonio. Una historia de amor y odio, de rencor, desconfianza, traición y malentendidos que viene durando ya 6000 años.
Hace falta escribir tan estupendamente como solo Érika sabe hacerlo, para conseguir que casi 400 páginas de novela se conviertan en la necesidad perentoria de bebértelas sin apenas respirar. La imposibilidad (por las obligaciones, obviamente) de poder leer la novela del tirón, me obligaron a dejar el libro bien entrada la madrugada. Mi primer pensamiento según abrí los ojos a la mañana siguiente, fue para él. Algo así solo me pasa con novelas que son fantásticas y que me obsesionan de tal forma con su historia, con saber cómo sigue, con saber cómo acaba, que no hay manera de quitármelas de la cabeza.
Cualquiera que haya leído una novela de Érika Gael, asegurará, como lo hago yo, que desborda imaginación. Pero su mayor logro, su mayor don en cuanto a su capacidad para fabricar ilusiones se refiere, es que consigue hacer verosímil el mundo que crea. No debería haberme pillado de sorpresa, pues con Noche de Mardi Gras ya lo viví, sin embargo, en Noche de Tentación otra vez ha vuelto a dejarme con la boca abierta.
En cuanto a sus protagonistas, os cuento que Angélica es un ángel, claro, pero es también una mujer. Una mujer con su fuerza y sus debilidades, con sus sueños y sus anhelos, y con un corazón roto y vacío a fuerza de traición y desconfianza. Una mujer que amó con la inocencia de una niña y que con la confianza de una criatura, se dejó convencer cuando le contaron que su amor la engañó. Una mujer a la que le cortaron las alas sin darle opción a decidir ni pensar por sí misma. Angélica es, por tanto, buena y dulce, sensata y tranquila, formal, confiada y responsable y nunca, nunca, nunca se salta las normas establecidas.
Asmodeus es... Asmodeus es un diablo, uno de los ángeles caídos. Pero también es el hombre que estuvo enamorado hasta el tuétano de una fría y calculadora mujer que no solo le engañó a él, sino que también lo hizo con todos sus compañeros. Asmodeus sufrió desgarradoramente no solo por la traición de Angélica, sino por la crueldad a la que se vio sometido cuando fue expulsado de su hogar. Y está muy dolido y muy cabreado y muy amargado, y ni quiere ni puede ni le da la gana perdonar. Ni olvidar.
Angélica tiene que cumplir una misión en la tierra, en París, para ser más exactos. Asmodeus, que está hasta el tridente del Infierno, decide darse un garbeo por París... precisamente.
Y en París, una ciudad que adoro y que con solo decir su nombre se me calienta el alma, transcurre esta apasionada, trepidante y emocionante novela confeccionada con sensibilidad, inteligencia y mimo. Un libro cargado de matices en el que hay momentos que no puedes por menos que echarte a reír porque tiene unos golpes brillantes, y ocasiones en las que el corazón se sobrecoge de dolor y angustia. Un escenario fantástico para contar la historia de un amor apasionado, ardiente, impetuoso, arrollador.
Los diálogos entre la pareja son buenísimos y los momentos íntimos... los momentos íntimos... Asmodeus es el pecado de la lujuria, así que, ¿vosotras qué pensáis? Pues imaginad lo que queráis y seguro que os quedáis cortas. ¡Alucinantes!
Mención especial a la ambientación, al París en el que transcurre la historia, a esa documentación exhaustiva que sin duda ha tenido que realizar la autora, porque leyendo la novela te das cuenta de que no ha dejado nada al azar. Porque el París que nos enseña no es el convencional. Incluso el Sena tiene su merecido, dulce y romántico protagonismo.
Y matrícula de honor para la forma en la que está estructurada la novela, la manera en la que está planteada para contar el ayer, el antes y el ahora de cada uno de los protagonistas y de los dos juntos. Por la valentía de elegir al malo de la novela (¡qué genial y qué buena la explicación del por qué!). Por escribir como los ángeles, por mimar el lenguaje, por respetarlo, por cuidar hasta el último detalle y hacerlo tan maravillosamente bien.
Me pasó con Noche de Mardi Gras y me ha vuelto a pasar con Noche de Tentación. Me he quedado enganchada al Infierno y a sus Príncipes, y suplico a su autora (a la que también estoy enganchada sin remedio) que nos cuente más de ellos.
¡Estupenda novela!
Crítica realizada por Malory
Después de haber leído “Noche de Mardi Gras” y descubrir que es posible enamorarse de un demonio, estaba deseando echarle el guante a “Noche de tentación”, y la verdad es que la espera ha merecido la pena.
Érika Gael no solo ha logrado que me enamorara una vez más de uno de sus demonios, ha conseguido hacerme vibrar, mantenerme expectante, agitada… ha hecho aparecer sobre mis hombros ese angelito y ese demonio que todos llevamos dentro y que me han acompañado durante toda la lectura. Confieso que en un principio la voz angelical era la dominante, la que me hacía desear que Angélica, la arcángel, la protagonista… siguiera al pie de la letra las órdenes y llevara a cabo la misión para la que había sido enviada a la tierra. De hecho en más de una ocasión la he oído gritar intentando advertirla del peligro que corría…
Pero poco a poco, a medida que las páginas volaban ante mis ojos, mi diablillo interior se ha ido animando, aplaudiendo cada nuevo paso de Angélica, cada nuevo y excitante juego de Asmodeus, jaleándolos para que se dejaran llevar…
Ha sido increíble, es una novela tan bien escrita que da gusto leerla, tan bien ambientada que ahora siento que conozco un poquito París, sus calles, sus restaurantes, el metro… hasta el Sena, ese río “con nombre de mujer”. Derrocha imaginación por todos lados. La pasión, las emociones, los sentimientos son tan intensos que parecen saltar de las páginas y anidar en tu pecho, agitándote el corazón, acelerándote la respiración u obligándote a contenerla a la espera de un desenlace, de algo que sabes está por llegar, anticipándote… haciéndote vivir la historia.
De los protagonistas que puedo decir, son un ángel y un demonio, perfectos físicamente y con una personalidad que no te deja indiferente. Angélica me ha encantado, pero está claro que el que me ha fascinado ha sido Asmodeus, pero no quiero decir nada de él para que lo descubráis por vosotr@s mi@s...
Creo que ha quedado claro que la novela me ha gustado muchísimo, que la he disfrutado de principio a fin y que estoy deseando saber cuál de los demonios será el siguiente en sucumbir a las flechas de cupido, aunque confieso que ya desde Noche de Mardi Gras, al que le tengo unas ganas tremendas es a Lucifer… será que la cosa del poder me pone jejeje
Para terminar decir que a medida que avanzaba el la lectura, a medida que Angélica se iba dejando llevar por sus deseos, una frase comenzaba a resonar en mi cabeza: “Las niñas buenas van al cielo… las malas a todas partes”.
Una novela cien por cien recomendable si lo que buscas son emociones intensas y llevadas al límite.
Crítica realizada por Rociodc
Después de leer hace muy poco Noche de Mardi Gras y descubrir a esta autora, no pude resistirme a esta segunda parte... Y si el anterior me sorprendió, este me ha dejado sin palabras.
En la actualidad... Angélica es un ángel, y hermana gemela del arcángel Gabriel. Es una mujer responsable creada para hacer el bien y ser perfecta... pero ni los ángeles son perfectos.
Asmodeus es un ángel caído, vive en el infierno junto con Lucifer, su "jefe", y los demás caídos. Pero esto no fue siempre así. Ambos tienen un pasado juntos y tras casi seis mil años sin verse, el destino ha unido sus caminos de nuevo. Algo que ninguno de los dos hubiera creído jamás. Y cuando se encuentren tendrán que resolver varias cuentas pendientes.
Creo que no se puede contar mucho más sin desvelar cosas importantes de la trama, ya que prácticamente todo lo es.
Lo que sí puedo decir es lo maravillosa y perfecta que me ha parecido. Erika me sorprendido muchísimo con su originalidad en esta historia, siendo sus personajes tan antiguos como el mundo, y que todos conocenos como son los ángeles y los demonios. Pero con un "pequeño cambio de teoría" (la cuál comparto) y es que ni los buenos son tan buenos... ni los malos tan malos...
Nos cuenta algo que yo me pregunté en cuánto leí la sipnosis, ¿cómo dos personajes tan diferentes a los que le separa toda una eternidad pueden tener su historia de amor? Pues si así es.
La novela nos la relata en el presente, pero para que se entienda todo bien, tenemos unos relatos del pasado entre los protagonistas.
Así que me ha fascinado como Erika lleva esta historia, cómo cuenta la caída de los ángeles (quién sabe si esta teoría es la más acertada a como pasó en realidad).
La forma de escribir de la autora me ha transportado totalmente a París, la ciudad donde el destino elige reencontrar a Angélica y Asmodeus, y también ha conseguido llevarme al cielo y al mismísimo Infierno con sus descripciones y detalles...
La forma tan directa y cercana, natural, sencilla pero con una trama complicada, tan atrayente... Me ha enganchado totalmente a la novela y a sus personajes. Y aunque nunca pensé que diría esto, Erika ha conseguido que me enamore ya de dos demonios... y esperó con ganas que nos cuente la historia de Lucifer que me tiene tan intrigada.
De verdad os digo que es una novela para leer y disfrutarla, no tiene desperdicio desde el principio a final. ¡Si hasta la nota de la autora me ha gustado! Jeje pues sí aunque penséis que no os gusta lo paranormal, esta novela es diferente.
Yo al menos me la guardo entre mis favoritas.
Mi valoración 5/5. Excelente.
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