Siempre me pongo retos a la hora de realizar un proyecto y antes de escribir esta novela me planteé el escribir una romántica sin subgéneros ni grandes giros.
Siempre que escribo intento crear unos personajes lo más reales posibles, me gusta jugar con el hecho de que el bueno no sea del todo bueno ni el malo del todo malo.
La historia de Damien y Oriana está ambientada en la Regencia Inglesa y ambos se verán obligados a compartir una tarea común impuesta por un testamento.
Los lectores encontrarán personajes y hechos reales, edificios y lugares que existieron a finales de siglo en Madrid y una sociedad que, en su mayoría, se hallaba dividida en dos bandos; alfonsinos y carlistas.
Me gusta ser impredecible, darle un giro inesperado a las historias. Soy romántica empedernida, por eso me gusta que las escenas de amor no sean tan implícitas, dejar que la imaginación del lector fluya...
Compuesta por cuatro novelas, la primera de ellas es la precuela que da el pistoletazo de salida a una serie romántica histórica, muy divertida, que trata...
Espero que se dejen llevar por la arrolladora personalidad de Adnan, que lleguen a comprenderlo como lo hace Beatriz, y entonces quizá se enamoren de ambos.
John Mckane y Elisabeth Lanchester son dos personajes con caracteres muy fuertes. Ninguno de los dos quiere ceder ante sus sentimientos y esto hará que suframos con ellos más de la cuenta.
¿Cómo hacer que nuestras descripciones estén bien construidas? Pues siguiendo algunas pautas imprescindibles como las que encontrarás a continuación...
Con «El retrato de Alana» vuelvo a Escocia y a tratar el tema de los viajes en el tiempo, que considero que dan mucho juego a la hora de crear diálogos y situaciones dispares...
Sin duda, me gustaría dejar una huella positiva en el corazón de los lectores, esa sonrisa especial que aparece de forma espontánea cuando terminas la última frase de un buen libro.
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