Adriana Andivia nos presenta su nueva novela: Una vida contigo

Por Adriana Andivia

Una vida contigo es una novela repleta de clichés.

¡Hala! Menuda manera de comenzar con la presentación, ¿eh? Después de lo que acabo de escribir, ni mi padre va a querer leerla. Suponiendo que él fuese aficionado a la lectura, que no es el caso. Es un hombre maravilloso, pero las letras no son lo suyo. Sin embargo, espera; no seas impaciente. Dame la oportunidad de explicarme hasta el final y, luego, ya decides si merece la pena darle una oportunidad a esta historia o no. ¿Trato?

Si por algo me gusta la Novela Romántica, aparte de porque me permite vivir grandes romances desde la comodidad de mi sofá, es porque se trata de un género vivo. Cambia, evoluciona y se adapta al mismo tiempo que lo hace la sociedad. Si cogemos cualquiera de los títulos publicados en los años ochenta o noventa y lo comparamos con otro que salió al mercado hace pocos años, creo que estaremos de acuerdo en que las diferencias son más que visibles. Es cierto que la esencia sigue estando ahí. Qué, básicamente, se respira el mismo aroma en las dos historias; esa dulce fragancia de l’amour ―sí, soy consciente de que me he pasado de cursi. Hasta a mí me están rechinando los dientes―. Pero la época en la que fueron escritas salta de las páginas y las palabras impresas en ellas. Tanto, que no es necesario llamar a Indiana Jones para que use sus conocimientos arqueológicos datando las obras. Nosotras solitas podemos hacerlo con bastante facilidad.

Hoy en día, las autoras nos devanamos los sesos buscando argumentos originales y atrayentes. Olvidando con gusto muchos de esos tópicos que, a fuerza de repetirse de título en título, terminaban encorsetando un poco al género y cortando la creatividad de sus autoras. Esto es algo que agradezco muchísimo, porque me gusta tener la libertad para contar las historias como quiero hacerlo, sin someterme a pautas.

A pesar de esto, creo que tampoco debemos olvidar de dónde venimos. Será por eso que, cuando me senté a escribir Una vida contigo, me apetecía trabajar con un argumento «de los de antes». Algo al estilo de esas historias que leía a escondidas en mi habitación, ocultando el libro bajo los apuntes de latín o historia del arte.

En ellas siempre había una jovencita bella e ingenua, víctima de un pasado trágico, que, por X motivos, terminaba viviendo una situación en la que a ninguna mujer le gustaría verse envuelta. Menos mal que, por obra y gracia de la autora de turno, no tardaba muchos capítulos en aparecer un héroe, maduro y capaz, más que dispuesto a sacar a la damita del entuerto.

En Una vida contigo esta doncella en apuros es Abril. A la chica no le falta un perejil, es la perfecta heroína de todo romance clásico. Al menos, al primer golpe de vista. Yo te invito a que la mires un poquito más de cerca y no la juzgues solo por la etiqueta que la sociedad le ha impuesto. Quizás te des cuenta de que sus acciones la separen de ese rol de víctima arrastrada por los acontecimientos. O no, no lo sé. Eso depende de ti decirlo.

En mi opinión, deberíamos hacer este ejercicio más seguido. No escuchar tanto a los demás y valorar a las personas, y a nosotros mismos, por lo que ven nuestros ojos y no por lo que intuyen los de terceros.

El héroe salvador de Abril es Jerónimo Danta ―Jero, para los amigos; y como tú yo ya lo consideramos como tal, nos podemos permitir la licencia de llamarlo así― un hombre de honor. Aunque obsesionado con la venganza a la que ha consagrado su vida. Todo el mundo tiene sus defectos, qué le vamos a hacer. El suyo es esa capacidad desmedida para guardar rencor.

Jero es un héroe de los de toda la vida. A este tampoco le falta un detalle para merecer el papel que desempeña: tiene un pasado oscuro, un séquito de hombres trabajando bajo su mando, un enemigo al que derrotar… Lo normal. ¿Quién no tiene un amigo que responda a este perfil? ;-P

Y, partiendo de estas dos personas, se desarrolla una historia de las de siempre. Pero respondiendo a la mentalidad de ahora. Ese ha sido mi gran reto: conseguir que, partiendo de un argumento que a priori suena desfasado, la historia tuviera el tono actual y fresco de nuestra época. Tengo que decir que ha sido muy difícil, que he sufrido mucho durante el proceso de creación y he estado a punto de quedarme calva de tanto halón de pelo que me he dado. Pero también me lo he pasado muy bien, y eso compensa todo lo demás.

La de Jero y Abril es una historia que llevaba mucho tiempo rondado mi cabeza. Comenzó a fraguarse antes de que me atreviese a soñar siquiera con ser escritora. Era una idea desdibujada e imprecisa que me acompañaba en mis viajes en autobús, cuando iba de clase a casa y de casa a clase. Un fósil de mi pasado. Será por eso, porque soy una ñoña sensiblera, por lo que me hace una ilusión especial compartirla contigo.

Ojalá me des la oportunidad de contarte esta historia.

Y gracias por haber respetado nuestro trato de leerme hasta el final.

Adriana Andivia.