Diana Lyra Gael nos presenta "Las dos vidas de Michel"

Con motivo de la publicación del libro de Diana Lyra Gael, Las dos vidas de Michel, hemos querido contactar con su autora para que nos hable de su obra y nos cuente de primera mano los entresijos de esta historia.

¿Qué nos puedes contar sobre la trama de este libro?

Las dos vidas de Michel narra una historia con toques fantásticos sobre la relación entre una mujer de nuestros días, Cécile, y un hombre que murió de forma dramática a finales del siglo XIX y que aún habita la mansión que ella hereda. Diría que tiene ciertos rasgos de novela gótica, pero muy adaptada a la actualidad: aparecen rituales de magia, un fabuloso libro perdido, cementerios, cripta, un fantasma, seres descarnados que luchan por hacerse con cuerpos, una parapsicóloga caza fantasmas... Y bonitas escenas de amor y romanticismo entre dos seres separados por la más infranqueable de las barreras.

Cécile es una mujer cuyo marido la tiene por completo dominada y anulada. Áunque trabaja, vive sumida en la rutina y la monotonía. Tampoco su matrimonio va bien, permanece solo por inercia, ya que su marido, Luc, un hombre muy atractivo, es el gerente de las empresas del padre de ella y no le conviene dejarla.

Todo eso cambia cuando un día recibe la noticia de que su abuela, con la que no tenía trato,le deja su château en herencia.

Ya en los primeros capítulos, Cécile se da cuenta de que esa mansión es una oportunidad de cambiar de vida. Un extraño le habla de las investigaciones que llevaba a cabo su abuela, en busca de un tesoro; el guardés de la finca, además, le confirma que en la casa habita un fantasma. La promesa de aventuras remueve su conciencia. Su vida va a cambiar para siempre.

Sin embargo, cuando se encuentra con el fantasma, lejos de sentir terror, Cécile se da cuenta de que realmente tiene un don inusual y muy especial, algo mágico. Ese hombre que era en su época un libertino y un hombre ansioso de conocimientos trascendentales, por lo demás, necesita a una mujer como ella, y Cécile le presta su ayuda.

La mayor parte de la historia se cuenta desde el punto de vista de Cécile, pero en algunos capítulos lo vemos a través de él, cómo poco a poco va sintiendo atracción por la mujer y detestando al marido que la trata tan mal. También conocemos sus recuerdos a través de un flashback en el cual se nos muestra al Michel de finales del XIX, todo un caballero siniestro, que despreciaba a las mujeres, y su relación con su amigo Aurélien y la prometida de este, Yvette, una historia trágica que sella su destino de forma irremediable.

Cécile también se va encariñando con el fantasma hasta límites insospechados, por más que sabe que eso es una locura.

¿A qué tipo de lectores románticos va dirigida?

Considero que lo pueden leer todo tipo de lectores, ya que, aparte de la historia romántica, hay una gran dosis de intriga y misterio en la búsqueda del tesoro en que se embarcan tanto Michel como Cécile. Sobre todo creo que podría gustar a los aficionados a lo fantástico, lo paranormal o las ciencias ocultas. Aquellos que adoran las historias de fantasmas y las novelas góticas del siglo XIX. Aunque está enmarcada en el género paranormal, trata de alejarse de las historias más de moda, de vampiros, hombres lobos y otras criaturas, para centrarse en un ser espiritual. Aunque existen varias novelas románticas que incluyen un fantasma, incluso algunas escritas por autoras españolas, creo que enfoco la historia desde un punto de vista novedoso.

¿Cómo describirías a sus protagonistas?

Cécile es una mujer de origen burgués, de buena familia, con pocos amigos, cuyo padre es un empresario triunfador, y cuya madre falleció hace algún tiempo. Este hecho fue importante en su vida, ya que fue entonces cuando empezó a ver "fantasmas", en este caso el de su propia madre. Así que puede decirse que es una mujer, dentro de su sencillez, timidez y rutinaria existencia, especial, aunque no es consciente de su valor. Vive a la sombra de su marido, quien ordena y manda, y ella no se atreve a llevarle la contraria. Es amante de los libros y la música clásica, y no muy dada a salidas nocturnas. En resumen, he querido caracterizarla como una mujer común de nuestra época, solo que dotada de ese extraordinario don latente.

Michel, por el contrario, en su primera vida fue un hombre de un gran carisma, de éxito arrollador con las mujeres, a las cuales burlaba y abandonaba, solo por placer. Su único interés era el estudio y la búsqueda de la vida eterna. Se metía en duelos, en pendencias y no tenía respeto hacia nada humano. Pero al final una mujer lo llevó a él a la perdición. En su segunda vida, Michel, que carece de cuerpo, como es lógico, siente envidia de los vivos y nostalgia de las sensaciones corporales, pero gracias a su relación con Cécile aprende a amar de verdad, sin egoísmo, y descubre algo que para él era invisible cuando solo pensaba en sí mismo: las pequeñas cosas de la vida, entre ellas, el amor.

También hay personajes con un toque humorístico como los amigos de Cécile, Marie y Fred, o la parapsicóloga obsesionada con cazar a Michel, que estoy segura serán del agrado de los lectores.

¿Cuál es la mayor virtud y el peor defecto del protagonista masculino? ¿Qué tiene para que ella se enamore de él?

La mayor virtud de Michel es su fuerza, y también su caballerosidad un poco trasnochada en nuestra época, su educación pese a las cosas malvadas que hizo en su anterior vida; su peor defecto es el egoísmo, sin duda. Era un hombre que no tenía miedo a nada, pero cuando pierde la vida ansía más que nada recuperarla y con ella los placeres que le son negados. Cécile, acostumbrada a una existencia vulgar, siente atracción por este ser tan fantástico y seductor, un poco descarado cuando le lanza piropos con esa ironía gélida de ser del otro mundo. Él la hace sentir especial y le da fuerzas para enfrentarse a su marido y los convencionalismos que la atenazan.

¿Cómo definirías la relación entre ellos?

Empieza siendo una relación de recelo, como es obvio. Ella cree haberse vuelto loca y trata de olvidar las apariciones, aunque al tiempo le despierta una fuerte atracción. Se engaña pensando que solo sigue en el punto de las investigaciones donde terminó su abuela pero hay algo misterioso que la obliga a colaborar con el espectro, aunque teme que la esté utilizando. La relación no es fácil. Una barrera los separa. Cuando él quiere tocarla ha de consumir muchísima energía, y de este modo, cualquier contacto supone casi un peligro de desaparecer para siempre. Él, sin embargo, anhela tocarla, siente celos de su marido que sí puede hacerle el amor y abrazarla. Al final, su único deseo es poder rozarla aunque sea por un instante.

¿Con qué pasaje de tu obra te gustaría que los lectores se emocionaran?

Creo que esta es una de las escenas más emocionantes, donde vemos que el amor de Michel es ya tan intenso hacia Cécile que no duda en poner en peligro solo por beso.

"—No hables, no tenemos tiempo. Si por ventura no lográramos culminar con éxito esta empresa déjame que haga esto, que podría ser mi último acto sobre la tierra. Nunca lo hice en vida, no así...
Cécile meneó la cabeza como si no comprendiera lo que le estaba diciendo. Pero Michel no se lo explicó con palabras. Haciendo acopio de toda la energía latente en el cuarto se hizo visible. Cécile dio un paso atrás. La escarcha cubrió los muebles cuando el cuerpo de D'Albis, además de visible, se tornó tangible, sólido como si fuera un ente físico, pero envuelto en un destello verdoso. Ella abrió la boca para decir algo. Pero Michel la abrazó y la besó antes de que pudiera siquiera pensar qué palabras convenían al caso. Fue solo un segundo, pero tan intenso como si se condensara en él todo el amor, toda la vida, toda la sangre, todo el deseo, todo un mundo. Y después se volatilizó.
—¡Michel! —gritó Cécile, aturdida—. ¡Michel, no me dejes!
Las lágrimas que se habían secado volvieron a brotar de pronto, humedeciéndole el rostro. Todo su cuerpo temblaba. En su lengua y sus labios aún conservaba el cosquilleo eléctrico de aquel breve pero sublime beso de ultratumba. Durante unos segundos se quedó inmóvil, sin saber qué hacer, con el curso de los pensamientos detenido en un remanso de confusión, mientras a su alrededor, la escarcha se derretía.
Michel ya no estaba. ¿Cómo se le había ocurrido cometer esa locura que ponía en peligro su existencia ahora que era cuando más lo necesitaba? En ese momento, solo se tenía a sí misma para terminar lo que había empezado. Era sin duda, un loco, un loco romántico que ya no temía a nada. Pero ella no quería que se perdiera para siempre. "

¿Nos puedes adelantar un párrafo de tu novela al que le tengas un especial cariño?

Me ha costado elegir, pero ahí va este fragmento que narra una de las salidas de la casa de Michel, en compañía de Cécile:

"—Qué bonitas vistas —dijo entonces Michel, cuando ella ya trataba de atisbar el plano de la ciudad a través de la malla metálica que disuadía a los suicidas de utilizar la la torre como destino favorito de una muerte romántica—. El Sagrado Corazón, allá en Montmartre...
Cécile escuchó como repetía los nombres de los barrios e hitos parisinos, según rodeaban la cabina donde estaban las figuritas de Eiffel y Edison. Sus palabras cambiaban la fisonomía del paisaje. Creía ver esas mismas casas, manzanas y distritos en color sepia, recorridas sus calles adoquinadas por carruajes y damas con polisones y sombreros, por caballeros elegantes y soldados de hermosos uniformes a caballo. Sintió un irrefrenable deseo de abrazar a D'Albis y besarlo con ese maravilloso mundo antiguo y lejano de fondo, pero él no existía en este plano.
La libertad. Michel repetía para sus adentros la palabra que siempre había amado más. El conocimiento, el placer, la vida... Todas las demás palabras surgían encadenadas a aquella. La belleza, las mujeres, un seno cálido donde reposar el pecho... La vida eterna para gozar de todo eso, en libertad siempre, como un romántico que vende su alma al diablo y luego se arrepiente y lo burla.
Varios barcos de turistas recorrían el Sena, apenas una cinta plateada desde las alturas. Pasaban bajo los puentes como deslizándose en el tiempo, sin prisas, llenos de personas vivas que se habían olvidado de su propia mortalidad. La contemplación del puente de Alejandro III los suspendía en un instante eterno fuera del cual no existía el temor, aún visto bajo la niebla que nimbaba sus ojos mentales. ¿Por qué no había sido él así en sus tiempos? De todo lo que veía solo una cosa le producía el efecto admirativo que intuía en otros. Cécile también parecía admirada por la inmensidad de la ciudad desplegada a sus pies como un conjunto de piezas ensambladas solo para su gozo. Cécile era la mejor obra de arte que tenía ante sí. Ciertamente, estaba casada; aunque, pensándolo mejor, no muy bien casada. Merecía algo mejor... incluso mejor que él mismo. La libertad. Ese deseo indómito de buscar algo nuevo sin trabas acabaría distanciándolos en caso de que alguna vez pudieran rozarse siquiera."

Las dos vidas de Michel

Autor: Diana Lyra Gael

Editorial: Harlequin

Género: Romance paranormal

Fecha: 20 Junio 2013

Formato: Ebook

Precio: 3,99 €

Web de la novela 

Primeros capítulos

Sinopsis:

Cécile Jourdan recibe un château cercano al bosque de Fontainebleau en herencia al morir su abuela Estelle. Cécile tiene un don. Puede ver fantasmas. El primer día en el château tiene una extraña conversación con el fantasma del antiguo dueño de la mansión, Michel D'Albis, aristócrata versado en las artes oscuras, muerto en duelo en 1895. Le dice que solo ella puede seguir donde lo dejó su abuela y ayudarlo a regresar a la vida.

Ante un matrimonio que hace tiempo que dejó de tener sentido y la estrecha colaboración con el fantasma de D'Albis, Cécile va poco a poco olvidando su resignación a llevar una existencia gris al tiempo que se va enamorando de un "caballero de tiempos lejanos". Por su parte Michel D'Albis también se va enamorando poco a poco de la bella Cécile, olvidándose del hombre obsesionado con los placeres del exceso de un siglo antes.