Existen muchas cuestiones técnicas que importan a los escritores noveles: saber cómo extraer ideas, cómo estructurar una novela, cómo planificar unos buenos y creíbles personajes, cómo se debe puntuar, concordar tiempos verbales, no cometer errores de sintaxis, estilo, etc. Pero hay una cuestión que también se plantean muchos escritores una vez terminadas sus obras y es algo que preocupa a muchos y sin embargo jamás se habla sobre ello: el miedo escénico ante la opinión de los lectores, pero sobre todo el miedo a que alguien profesional reseñe o critique lo que con tanta ilusión, trabajo y esfuerzo han escrito.
Es inevitable que los lectores opinen sobre la obra de un escritor: todo el que escribe y expone su obra al público sabe que se somete inevitablemente a las críticas de los demás. Ahí es de donde viene el miedo.
Todo artista desea que su obra guste a todo el mundo y eso es un gran error, no podemos gustar a todos pues somos distintos en cuanto a gustos, aficiones, pensamiento y comportamiento. Eso no significa que una obra sea mala sino que simplemente no llega a todo el que la lee. Los grandes clásicos de la literatura no gustan a todo el mundo y todos tenemos nuestra lista particular de rechazos. No por ello dejan de ser obras maestras.
Cuando alguien me pide reseñar lo que ha escrito siempre advierto que mi opinión es sólo mía, subjetiva en base a lo que yo sé y he aprendido, pero también según mis gustos.
Una reseña es por tanto un análisis muy personal cuando se refiere a la temática, al género o a la historia en sí misma. Otra cosa es analizar objetivamente el estilo y la parte técnica, pero si ese aspecto ha sido cuidado por el escritor a través de los consejos de un buen corrector profesional, nada ha de temer.
Existen varias clases de críticas: emocionales o racionales, positivas o negativas, constructivas o destructivas. Todas ellas pueden combinarse según el estilo del reseñador. Mi política a la hora de reseñar es ser lo más objetiva posible olvidando si el autor es mi amigo o no, si es extraño o conocido, ofreciéndole siempre la máxima sinceridad posible. De otra forma no le haría ningún favor a nadie, ni a ese escritor, ni a mí misma porque perdería credibilidad, y mucho menos al lector que desea conocer lo que va a encontrar en el libro.
Muchos reseñadores son muy racionales cuando hablan del libro que han leído. Dan mucha importancia a la parte técnica señalando los fallos o aciertos en cuanto a prosa, estilo, construcción de frases, etc., dejando a veces de lado la parte emocional. Mi estilo es el contrario. Yo suelo fijarme mucho más en las sensaciones que me ha transmitido la historia, en las emociones que me ha hecho despertar y en los recuerdos que ha podido traer a mi memoria y puedo disculpar errores leves si no influyen en el disfrute de lo que estoy leyendo. En este sentido es bueno que el reseñador sepa comparar la historia con otras similares de otros autores, e incluso con algún clásico o novela referente en el género del que se trate. Eso ya depende del bagaje lector de quien reseña y éste debe haber leído mucho antes para poder hacerlo. Leer mucho además, me ha ayudado enormemente cuando escribo.
Pero lo más importante de todo a la hora de reseñar es ser siempre respetuoso, educado y constructivo. Las malas críticas deben aceptarse siempre que supongan una ayuda para mejorar y estén debidamente argumentadas: por qué no nos ha gustado y cómo rectificar, dando ejemplos si es preciso. De ellas se aprende muchísimo más que de las buenas. Huid siempre de aquellos que intentan hacer daño con sus opiniones y no aportan ni un solo argumento para hacer de vosotros mejores escritores. A esos, ignoradlos.
Carolina Márquez Rojas
*Carolina Márquez Rojas es, además de escritora, reseñadora en su página Entre Libros (Club de lectura) y forma parte de la Asociación de Escritores La Destilería.
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Comentarios (11)
Lola Rey
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Malory
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Rociodc
Ysí para gustos...los colores.
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Katon
Yo no soy reseñadora profesional y la verdad es que dependiendo de si el libro me ha gustado o no, mis críticas pueden variar. Me explico. Cuando un libro me ha gustado mucho me centro en lo que me ha hecho sentir, en cómo he visto a los personajes, o si su prosa me ha gustado. Pero si un libro no me ha gustado nada y encima, a mi entender, tiene muchas lagunas, no me importa decirlo. Si para mí la traducción es un horror o el vocabulario de la novela no se ajusta con la época no me corto en ponerlo en la crítica.
También es cierto que si una novela me ha decepcionado bastante mezclo lo objetivo y subjetivo (si le encuentro fallos técnicos, claro) y si está muy bien escrita pero a mí me ha parecido una castaña, pues lo digo y ya está.
Los gustos son muy variados, y mientras se digan con respeto deberían aceptarse.
Gracias Carolina por un artículo tan constructivo ;)
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Sandrayruth
Creo que en este país se tiene mucho miedo a según lo que se pueda decir, y está tan claro como el agua, cuando haces una crítica negativa y vienen las "fans" a decirte de todo. ¿Pero sabes qué? Que eso a mí me da igual, porque cuando escribes, tienes que aceptar que tu obra puede gustar o no gustar, es así de sencillo.
Creo que cuando se hacen críticas, lo haces para que esa persona que lo ha escrito aprenda de sus errores, o no, eso ya es elección de la autora de la novela.
Yo sí suelo poner si está escrita de una manera o de otra, pero también en lo que me ha provocado a mí. Si una novela me ha encantado, pero tiene algún fallo ortográfico, lo digo, pero también opino que eso no importa, porque se puede mejorar. Pero si el libro tiene tantas faltas que es imposible leerlo, también lo digo, para que las personas que quieran leerlo no se lleven equívocos.
¿Que puede ser que me equivoque? Pues también, porque ante todo soy persona y me puedo equivocar...
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Bona Caballero
La objetividad la dejo para los datos, que creo que deben incluirse también, respecto a la forma de escritura, la creación de personajes, si un personaje aparece en otros sitios, si el libro está relacionado con otros, qué premios y distinciones ha tenido,qué significa ese libro en la carrera del autor etc.
Yo creo que los críticos profesionales van más a otra cosa, tienen y deben ser más objetivos. No es mi caso.
Eso sí, quiero creer que incluso cuando no me gusta algo soy respetuosa y explico por qué ese libro no es para mi. No soporto las burlas, los desprecios, los chistes, los ataques personales, porque no se critica a un autor, que no deja de ser una persona, sino a una cosa, un producto, un libro. Afortunadamente, en la novela romántica, tanto en español como en inglés, no suelo ver mala educación en los críticos. Otra cosa son las reacciones de los de fuera del género hacia el género y de los street teams de las autoras, o de los simples fans muy fanáticos, que suelen ser agresivos y a veces hasta amenazantes e sus comentarios en respuesta a críticas negativas.
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Enrique
Saludos
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Andycon
Gracias por el informe.
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Antonio Jose
Visto así,y dado el caso, un buen katanazo seria una muerte honorable.
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Carolina
Veo que conoces mis métodos para reseñar. Lo digo por lo del katanazo...
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Dougless
Entiendo el miedo que pueda tener cualquier escritor pero lo has dicho muy claro, ¡para gustos los colores!
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