Clara, lectora compulsiva, alegre y pizpireta, se dirigía una mañana a la biblioteca situada a unos escasos metros de su casa. Había reservado unos libros unos días antes y le dijeron que ya estarían listos para entonces. Tenía unas ganas locas de leerlos. últimamente le apetecía mucho leer temática romántica y esos en partícular le hacían especial ilusión.
Cuando entró en el edificio se dirigió directamente a la segunda planta del mismo. La bibliotecaria, una mujer muy agradable, la reconoció en seguida y le dio la mala noticia: sus libros no estaban y lo peor es que no se sabía cuándo llegarían o si lo harían, ya que la editorial no había dado señales de vida en la Central.
Decepcionada, Clara se dirigió a los estantes de la sala en búsqueda de algún libro. No sabía qué elegir y como de romántica no veía nada nuevo se decidió por leer de nuevo "Pedro Paramo", aunque no le duraría ni un viaje de metro.
Salió de allí un poco decepcionada, pero dispuesta a realizar una lista para ir de compras al día siguiente. Tenía que mirar todo con mucho cuidado ya que desde que solo tenía un trabajo cuatro días a la semana, miraba mucho lo que gastaba y debía hacer malabares con los números.
Como siempre su página de cabecera fue su salvación, allí se informaba de todo. Novedades, lo bueno y lo malo, lo recomendado y lo que no... allí seguro que encontraría algo bueno. Se sintió tentada a entrar en una de esas páginas de descarga gratuita, en estos tiempos difíciles la tentación era muy grande, mucho. En Amazon vio un Harlquin gratis y una novela negra en oferta que le alegraron el día. La cosa marchaba.
La tarde del día siguiente se presentó soleada y Clara esperaba que ese fuera un buen augurio para sus compras. Se dirigió a una de esas grandes tiendas llenitas de libros. Al entrar se le alegró la vista. Había pasado bastante tiempo desde que no iba y lo echaba de menos. Se acercó a las estanterías casi con reverencia. Le encantaba ver los lomos de colores, oler los libros, verlos tan colocaditos con sus letras de distintos tamaños y colores.
Empezó a buscar, primero en bolsillo, pero el tamaño de algunas letras le echó para atrás. Muy pequeña. ¿Por qué la ponen así? Necesitaría una lupa. Una pena, porque podía comprar más, pero así era imposible. Fui a la sección de trade y vio uno de su lista pero no se hizo con él para seguir buscando. No vio más. Al volver por él una chica lo llevaba en las manos. Ilusa, creyó que habría más, pero resultó que en la tienda ese era el único ejemplar. ¿Cómo era posible? Una tienda como aquella, tan grande y con tanto nombre ¿adquiría sólo un ejemplar de un libro de novedades? Cada vez estaba más frustrada.
Fue a otra de las tiendas cercanas, pero tampoco tenían los que quería, según ellos aún no los había mandado la editorial. Según parece habían retrasado el lanzamiento.
Frustrada decidió volver a casa y en una pequeña calle encontró su alegría del día. En una tienda de segunda mano le sonreían dos ejemplares casi nuevos de dos de sus autoras favoritas. No se lo podía creer. Sin pesarlo pasó a la tienda y se hizo con ellos. Estaba feliz, tenía sus pequeños tesoros.
Este escrito está dedicado a todas las lectoras y escritoras "de fondo" y a mi maravilloso Rincón sin el cual no hubiera encontrado muchas de las maravillas que he leído y que llenan mis estanterías.
Artículo realizado por Kkekka
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Comentarios (12)
Luciago
A mí me ha pasado varias veces, pero otras, he vuelto del recorrido con toda mi lista completa, cosa que me ha encantado.
Es verdad que hace ya algunos años mi poder adquisitivo era mucho mayor y, ahora eso ha cambiado sustancialmente, pero...si hay alguna novedad que me gusta mucho, soy capaz de no comer, para comprármela.
Un artículo estupendo, gracias.
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Alba
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Aspasia24
Parece increible pero es cierto que cada vez llegan menos ejemplares de las novedades a las librerías o secciones de libros de grandes almacenes. Yo deduzco que han primado las compras seguras. Los best-sellers son garantías. El resto... suerte!! En mi caso gracias a las bibliotecas voy leyendo lo mío sin gastar tanto. Las novedades cada vez las compro más a través de internet. Eso sin añadir que los libros los descatalogan cada vez más pronto. Si no fuera por la segunda mano...
Muchos ánimos para Clara.
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Marisema
Yo suelo comprar por internet
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crishi
Conclusión, que cada vez compro menos novedades y más libros de segunda mano... Eso sí, pasear por las librerías, aunque no compre, es mi deporte favorito. No veas lo bien que me lo paso y lo barato que me sale.
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Katon
Yo no encargo novelas, las compro por internet, y aun así, hay algunas novedades que tardan casi un mes. No me lo explico.
La vista aún me aguanta y compro casi todo en bolsillo (aprovecharé hasta que me pase como a Clara)
Un artículo lleno de humor e ironía. ¡Me ha encantado!
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Bona Caballero
Da lo mismo que sea una gran superficie o que sea una librería de toda la vida, justo la que a ti te interesa no está. ¡¿Cómo no van a tener este, que es un clásico y que acaban de reeditar?!
Pues no. Pero erótica mala, y clones de erótica mala, ¡a puñáos!
Bueno, y Nora Roberts también. Que no es una de mis favoritas.
Como esto me pasa no sólo en romántica, sino también en el resto de libros que leo, acabo comprando el 90% por internet (incluso de segunda mano en iberlibro.com) o me lo bajo al kindle que en un minuto tengo el libro que quiero y más barato que en papel.
Me gustaría tener una biblioteca cercana que comprara al menos las principales novedades de romántica, pero ¡ay de mi, este sub-género no merece fondos públicos!
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Dougless
Me da mucha rabia, con lo que me cuesta ahorrar y con la ilusión que voy a comprar el libor y al final la mayoría de las veces vuelvo desilusionada.
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rosamoni
pero vamos que tienes toda la razon. Magnifico articulo.
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sara
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Mary Jo
Y vuelves a salir, igual que has entrado, mientras las vendedoras te miran, porque vas murmurando por lo bajini, y acabas comprándote un bocata de chorizo, que aproveche.
Felicidades Cris, un gran relato,
bss
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Judith
Afortunadamente la tentación de la descarga no me ha alcanzado, ni lo hará. No lo disfrutaría, cada cual y sus circunstancias.
De todas formas habrá qué mirar qué ocurre para que tengas casi que encargar una novela. No se entiende, dado que tienen tiempo para devolverlas después a las editoriales a través de las distribuidoras, y creo que sin coste. No sé si es que las tiradas son más cortas, o qué...
Quizá habría que investigar al respecto...
Un beso a Clara, nuestra sufrida prota del currado artículo, que no se desanime.
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