Marisa Sicilia nos habla de "Nadina o la atracción del vacío"

¡Hola, Marisa! Gracias por acceder a responder esta entrevista. ¡Es un placer!

¡Gracias a vosotras! Para mí es una alegría compartir un ratito de charla en el Rincón.

Actual, romance histórico, medieval, el lejano oeste… y ahora vuelves a sorprendernos con un thriller romántico. ¿Qué tal ha sido la experiencia de escribir Nadina o la atracción del vacío?

Emocionante. Antes de decidirme a apostar por ella estaba un poco preocupada por si conseguiría encontrar el tono, la tensión precisa para contar una historia donde la acción y la amenaza de fondo que supone el terrorismo iban a ser importantes. Quizá por eso aposté por un comienzo donde dejaba clara esa intención y luego ya fue cuestión de mantenerlo. Supongo que la adrenalina se me contagió.

¿De qué trata esta historia?

Iba a contaros la sinopsis, pero en realidad —más allá de una trama en la que Mathieu intenta impedir que una partida de armas llegue a manos de los terroristas, mientras decide si puede evitar o no enamorarse de Nadina— de lo que trata es de lo adictivo que puede resultar tentar a la suerte y no retroceder frente al peligro, de lo importante que es controlar ese impulso antes de que se vuelva contra ti o contra otros y transformarlo en algo desinteresado y positivo. Y cómo será el amor el que logre que ocurra.

Es poco habitual una novela romántica sobre este tema, ¿cómo se te ocurrió la idea?

El punto de partida fue la realidad. Vi una imagen en las noticias durante los atentados de 2015 en París. Dos agentes de las fuerzas especiales se apostaban junto a un local donde se habían atrincherado los terroristas. Uno estaba agazapado y cubría a su compañero, él otro esperaba en pie la orden para intervenir. Me pareció tan valiente, tan comprometido, que no pude evitar preguntarme qué tipo de hombre sería. Y así nació Mathieu.

¿Qué nos puedes contar sobre Mathieu?

Siempre digo que es un héroe auténtico, real. No tanto porque sea el arquetipo de protagonista invencible que puede con todos los malos, sino porque es el tipo de persona que se esfuerza por ser honesta, consecuente con sus principios, respetuosa con los demás, pero solo hasta donde no supongan un peligro o una amenaza para otros. No se mantiene al margen de los problemas, sino que pone lo mejor de sí mismo para resolverlos.

Y Nadina, ¿cómo es?

Nadina es… toda una incógnita. Cuando Mathieu la conoce no sabe qué pensar de ella, pero aunque la atracción es instantánea, el comienzo no es nada bueno. Nadina es provocativa, tentadora, le gusta desafiar a Mathieu, le va a llevar al límite. Es frágil y fuerte a la vez. Y para saber por qué, vamos a tener que ir descubriéndola poco a poco, igual que Mathieu.

Una relación que promete… ¿Cómo es el amor entre ellos dos?

Complicado, prohibido, inseguro… Por la forma de ser de Nadina y porque por medio está Dmitry, un exsoldado ruso que ha hecho fortuna en París, y con el que mantiene una relación que no atraviesa por el mejor momento, pero que no se termina de romper.

Y aunque Nadina se siente libre y actúa de tal modo, Dmitry va a ser una sombra que pende todo el tiempo sobre ambos. Por eso mismo me gusta tanto Mathieu, porque —aunque le cueste— le va a dar a Nadina el espacio que ella le pide, va a apartar los celos y las dudas para ofrecerle lo que necesita. Es un amor que no encierra, sino que se abre al otro.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos a los que te has enfrentado escribiendo esta historia?

Han sido varios. Incorporar un tema grave como el terrorismo y que no resultara frívolo o arbitrario, que la intriga avanzase junto al romance y no le robase espacio, que París resultara vivo y presente y por supuesto Nadina. Ella, entenderla, explicarla, y tratar de transmitir por qué necesita tanto un héroe, por qué necesita a Mathieu —y por qué ella es justo lo que le hace sentirse completo y feliz— fue el mayor desafío y la impresión que espero perdure cuando cerréis el libro.

¿Con qué has disfrutado más durante el proceso de creación de este libro?

Lo que recuerdo con más intensidad son las escenas con París como marco: Nadina y Mathieu solos de madrugada en el puente de Alejandro III, recorriendo la ciudad en moto una noche de verano, los Campos Elíseos quedando atrás a toda velocidad con la Grande Arché iluminada al fondo... Y es que, como decía otra novela, París siempre es una buena idea.

Y para finalizar, ¿qué emociones te gustaría despertar en los lectores tras finalizar “Nadina o la atracción del vacío”?

Me gustaría que se encontraran con esa sensación cálida porque todo ha terminado bien, como tenía que ser, que se alegraran por y con Nadina y Mathieu, y también estaría bien que sintieran un poco de curiosidad por otro personaje, porque sé de buena tinta que aún tiene más que contar. Pero eso mejor lo dejamos para otra ocasión.

Gracias por todo, Marisa. Te deseo todo el éxito que te mereces con esta nueva historia. Un besazo.

Que os guste es la mejor recompensa. Gracias enormes por darme la oportunidad de hablaros de ellos y un abrazo a todas.

Entrevista realizada por Esther Ortiz