OBSERVACIONES EN GENERAL PARA LAS DAMAS.-
Hasta ahora las observaciones se han limitado a los caballeros; es hora de dirigirnos a las damas, aunque sus consejos serán más breves; debe ser sabido que la etiqueta del cortejo es todavía más complicada y exquisita en las damas que en los caballeros.
Recuerda que:
Cuando estás expuesta a los rudos ataques de hombres intrigantes, debes ser cuidadosa y discreta en tu conducta. La gracia y la elegancia deberían ser el único adorno de la feminidad.
Es muestra de debilidad ser presumida y orgullosa: pero la altivez y la arrogancia son incluso peores, pues más que debilidades, son vicios detestables.
Algunas jóvenes tienden a flirtear con descaro; tal conducta suele acabar en decepción y remordimientos.
Conducta esperada en una dama durante una declaración de amor.-
Una gran cautela y prudencia son necesarias con un caballero desgrana por primera vez sus sentimientos ante ti.
Si dicha persona te es agradable, y no hay objeciones con respecto a su carácter o sus perspectivas, no deberías hallar dificultad alguna en tu decisión de permitirle cortejarte.
Sin embargo si la declaración no fuera acorde a tus sentimientos, lo más sabio en este caso es referir al caballero a tus padres o tutores, haciendo saber a estos de tu no correspondencia, para que informen al caballero en cuestión de la decisión a la que has llegado.
Una parte de tu dictamen se debería basar en el rango y estatus que regirá después tu vida, y por tanto habrías de tenerlo en cuenta cuando elijas a tu pareja.
Estar casada con un hombre puede significar rebajar tu posición, y por tanto hundirte socialmente, por lo que tendrías que unirte a un hombre de tu mismo estatus para mantener tu posición, o de una esfera más elevada, para ascender con él.
La conducta de la dama respecto de su enamorado.-
De nuevo son la prudencia y la cautela las que deben regir la conducta de una dama cuando ha aceptado que un hombre la corteje. Su buen juicio y sus principios van a ser puestos a prueba con frecuencia.
Al inicio del amor hay una fuerte propensión a sobrepasar los límites de la cordura y precipitarse hacia el exceso. Tal conducta debe ser cuidadosamente reprimida del lado de la dama. Debe evitar cualquier profusión de familiaridad.
Si estás ansiosa de obtener muestras de cuán alto es el concepto que él tiene de vuestro amor, la desmesura y la locura no tardarán en brotar libremente en él.
Tú ya has probado tu especial consideración hacia él al aceptar su cortejo; por tanto él no debe esperar muestras mayores. No muestres el grado máximo de tu amor, mantén sin embargo tu fortaleza de carácter con independencia de esos sentimientos.
Debería estar siempre presente en la mente de toda dama que un caballero raramente da demasiado valor a aquello que le ha costado poco tiempo ganar.
Por tanto, si te muestras ansiosa, te arriesgas a recibir muestras de exceso y no de afecto. Sé reservada a la hora de mostrar tu cariño.
Hay jóvenes damas que gustan de alardear de su amor en cada ocasión disponible. Esto no es estrictamente acorde a lo que la etiqueta recomienda, pudiendo ser de mal gusto. Algunas de esas jóvenes han perdido a sus enamorados precisamente por ese alarde de descaro.
El disparate y la falta de carácter de tu enamorado pueden, por otro lado, traicionarle y haceros caer a ambos en la indiscreción, convirtiéndoos en el hazmerreír de los demás. Protesta con fervor sobre lo inadecuado de su conducta con palabras calmadas y persuasivas.
Debes asimismo abandonar sin dilación y negarte todos los pequeños detalles y las atenciones que antes recibías de los caballeros, ahora que estás comprometida con otro hombre. Este sería un claro incumplimiento de la verdadera cortesía.
Y que nunca te traicione un exceso de libertad. Tu enamorado espera de ti, y ciertamente tiene derecho a esperarlo, tener preferencia en tus atenciones. Si prodigas demasiado tus solicitudes a otros, corres el riesgo de ser tachada de coqueta.
Del mismo modo, debes ser cuidadosa con tu sentido del humor y en el cruce de bromas con tu enamorado. Esta conducta de jocosidad excesiva puede entenderse como una ligereza de carácter que no debería existir en una dama devota y de pureza, y por tanto una dama con quien sería preferible no unirse finalmente.
Si tu enamorado tiene una disposición irritable, no tienes porqué ser indulgente con él, pero debes esforzarte en mantener una calma templada y digna para reprobar sus modos y ayudarle a corregir tamaña debilidad de carácter.
Hay señoritas que, cuando están en compañía a la espera de que sus enamorados aparezcan, se han manifestado de manera inquieta y difícil hasta la llegada de aquellos. Esta conducta jamás es bienvenida.
Recuerda:
No exteriorices ningún signo de anhelo.
Mantente calmada y tranquila.
Cuando tu enamorado llegue, recíbele con educación y respeto.
Permite que vuestra conversación venga dictada por el sentido común, y por los tópicos de la vida cotidiana.
Conducta de la dama al declinar su compromiso con un caballero.-
Si descubres ciertos rasgos en un caballero, o cierta disposición en su carácter que te conducen a pensar que no podrías disfrutar de un vida conyugal feliz a su lado, entonces está más que justificada tu decisión de romper el compromiso.
La etiqueta, desde luego y de hecho, prohíbe continuarlo más allá.
Los hombres acostumbran durante el cortejo a adaptar su comportamiento a cada ocasión, que continúa durante la luna de miel... ¡y entonces desaparece! Serán todo aquello que las damas desean; y estas se verán desilusionadas al esperar esas mismas atenciones durante el resto de sus vidas. Más tarde descubren su error, pues en lugar de ser tratadas como diosas, son meramente usadas como mujeres.
Tened cuidado de los hombres despreciables que generalmente degeneran en los tiranos más crueles.
Comportamiento de la mujer en la elección de sus compañías.-
La conducta de una dama en el cortejo depende a menudo de la persona a la que escoja como confidente. Una mujer no será tan tonta como para elegir a un montón de amigos a los que abrir su corazón y revelar sus sentimientos; pero es natural que desee singularizar en una alma, al menos, sus secretos; alguien con la que simpatizar, en la que apoyarse y a quien confiar sus recelos.
Los familiares son las personas más cercanas, y naturalmente quienes más profundamente interesados están en nuestro buen hacer. Pero si no puedes confiar en ellos, sé muy selectiva a la hora de decidir a quién confías el conocimiento de tus affaires. Una amiga podrá hacerte un gran servicio, si posee honestidad y altos valores.
Correspondencia.-
Nuestros pensamientos, nuestros deseos, y nuestras dudas, podemos escribirlas más libremente que nuestras lenguas pueden describirlas, y además lo haremos con más placer.
Escribir misivas tiene una importancia capital, más allá de lo que muchos puedan pensar.
Una mujer que comienza un discurso o una carta antes de saber qué va a decir, indudablemente se encontrará desconcertada antes de haber podido terminar siquiera. Para evitarlo, antes de iniciar una frase tenla acabada en tu cabeza. Utiliza las palabras correctas que expresen con exactitud aquello que deseas decir; son la manera más natural, y lograrán la mejor respuesta a tu propósito, si son elegidas con esmero.
Asegúrate, también de no utilizar expresiones despectivas que desluzcan tu carácter. Escribe los sentimientos que inundan tu corazón con candor y sinceramente; y a pesar de que puedas sentirte fuertemente atraída hacia tu enamorado, contén en tus enunciados el ardor de tu amor por él.
Debes tener siempre presente que tal vez tu compromiso no confluya en una boda; y a pesar de que si este es el caso es esperable que la correspondencia sea devuelta, aun así la decepción, la no consecución de dichas expectativas, pueden hacer que el hombre con el que has intercambiado correspondencia haga copias de ellas e ignore el comportamiento esperado en cualquier caballero, dándose el placer de la venganza haciéndolas públicas. Es por esto por lo que debes ser precavida y no hacer uso de expresiones o de sentimientos excesivos de los que más adelante puedas sentirte avergonzada.
Declárate de la manera más libre que la prudencia te permita. Un estilo sencillo emociona a la mente y fija una buena impresión, mientras que una carta tediosa raramente es entendida.
Y queda todavía un requisito imprescindible más allá de todo, y este es que esté escrito en aras del decoro y la buena cortesía.
*Artículo realizado por Ruth M. Lerga
Copyright © 2002 - 2022 rnovelaromantica.com y elrinconromantico.com
| Aviso legal | Política de privacidad | Política de Cookies |
Comentarios (6)
Mary Jo
Pues lo hago ahora, son preciosos, me encantan las poses, los vestidos e incluso una de las damas que está cosiendo y está colorada como un tomate jajajaja
responder
maesfe70
Las modas han cambiado mucho, ya no se ronea como antes, pero en la base creo que las cosas no han cambiado demasiado. Aunque salir a ligar con manual parezca un poco raro a estas alturas, no lo es tanto. Ahora los llaman libros de autoayuda.
responder
Bona Caballero
Ahora, lo que es de nota es la "hipergamia" (palabro que he aprendido no hace mucho): hay casarse por encima de tu estatus. En el caso tb vale si es de tu mismo rango pero por debajo, ¡jamás! ¡No te rebajes!
Curiosamente, es un rasgo que se repite en la mayor parte de las novelas románticas.
Al fin y al cabo, no hay tanta diferencia entre la listísima y hábil "Pamela" de Richardson, hasta el último hit de megamillonario de gustos alternativos seducido por virginal heroína.
Y luego advierte, más o menos, de que el hombre que es un encanto en el noviazgo puede acabar siendo un tirano en el matrimonio. Y digo yo, ¿cómo podía la dama distinguir los príncipes azules de los sapos?
responder
Mary Jo
responder
Mary Jo
-No exteriorices ningún signo de anhelo.
osease, ni rubores, ni jadeos, ni subirse un poquito la falda para que vea el tobillo.
-Mantente calmada y tranquila.
Ni se te ocurra hacer el pino-puente o ponerte a cantar los pajaritos que le da un chungo.
-Cuando tu enamorado llegue, recíbele con educación y respeto.
Guardar la birra y el pitillo para otro momento.
-Permite que vuestra conversación venga dictada por el sentido común, y por los tópicos de la vida cotidiana.
Es decir hablar del tiempo, y de como ha subido el caudal el Manzanares.
Lo que no me hace mucha gracia es lo del sentido del humor, jo, yo que me tenía por una dama devota y pura, ahora resulta que tengo ligereza de carácter. Inadmisible.
Gracias por los cuatro artículos Ruth, me encantan, ya lo sabes.
bss
responder
Katon
De los más interesantes que he leído, ya sabemos de dónde han sacado algunas de las autoras de romántica comportamientos que describen en sus novelas, ¡de aquí!
Pero vamos por partes, que esta sección tiene mucha miga.
Vaya compromiso más aburrido si solo podían hablar de los tópicos de la vida cotidiana..¿de qué hablaban? ¿del tiempo? ¿de los bailes a los que iban a asistir? Vaya conversación más estupendísima que tendrían algunos, jeje
Qué razón lleva cuando dice que después de la luna de miel el comportamiento de los hombres cambia. ¡Si seguimos igual! Estos hombres, siguen sin aprender....
Esta guía sobre el comportamiento no la leyó Elizabeth Bennet porque su rechazo a mi adorado Darcy y al señor Colins es todo lo opuesto que dice aquí, jajaja. Conforme leía el artículo estaba recordando esas escenas y me partía de la risa.
Qué capullito el ex enamorado que copia las cartas para hacerlas públicas, si es que hay sinverguenzas en todas las épocas.
Esta guía es para enmarcarla y releerla de vez en cuando, es una joya y toda una muestra del ideal de comportamiento.
Mil gracias Ruth por compartirla con nosotros.
El Rincón se ha lucido con las fotos que ha puesto en el artículo, unos cuadros magníficos. Son la guinda para una lectura tan interesante.
responder