Estoy segura de que en muchas de las novelas históricas que habéis leído, el luto estaba presente. ¿Quién no ha leído una historia en la que la protagonista acaba de enviudar, se le han muerto los padres o algún familiar y ello obliga al personaje a respetar el duelo? Aunque en muchas ocasiones, ese detalle se reduce a vestir de negro a la afectada y poco más, al menos esa es la sensación que yo tengo. Aunque bien es cierto que de mi memoria no debéis fiaros (es de pez y no suele retener ese tipo de información), porque cuando una novela me gusta no presto demasiada atención a ese tipo de detalles y porque aunque llevo muchos años leyendo romántica, son muchos los libros que no han pasado por mis manos, grandes joyas que me he ido perdiendo y que, seguramente, ya no leeré nunca. Pero vamos al tema que me disperso...
En este "¿Sabías qué..?" os voy a hablar un poquito del luto, pero del luto en una época en la que este alcanzó su máximo "apogeo": la Época Victoriana.
La muerte del príncipe Alberto en 1861, originó la aparición de un conjunto de complejas reglas que la alta sociedad no osaba desatender por temor al escándalo y al ostracismo social. Incluso se crearon guías para que los nuevos ricos supieran cuál era el comportamiento que se esperaba de ellos y qué cosas eran socialmente aceptables.
Aunque ya en tiempos de los romanos el luto se expresaba luciendo túnicas de colores oscuros (otras culturas y civilizaciones empleaban el blanco), el significado del negro: falta de luz, lo hacía ideal para expresar públicamente el dolor por la pérdida de un ser querido. Por eso cuando alguien moría, todos los habitantes de la casa se ponían de luto (empleados incluidos), se cerraban las cortinas, se tapaban los espejos con telas negras y se detenían los relojes en el momento del fallecimiento (sé que no viene a cuento, pero cuando murió mi abuelo paterno siendo yo una niña, en aquella casa se dejó de ver la tele durante una larga temporada...). Las carrozas fúnebres y los caballos, eran adornados con plumas negras de avestruz, salvo si se trataba de un niño que entonces eran blancas, al igual que el ataúd.
Pero sin duda quienes se llevaba la peor parte eran las mujeres, encargadas de mostrar al resto del mundo el dolor de la familia y su respeto al finado a través de su vestimenta, sobre todo, si el que moría era su esposo, ya que en algunos casos el luto duraba cuatro largos años. Algunas, las más ancianas, vestían de negro el resto de sus vidas. Esta costumbre, en países como España y Portugal, por ejemplo, se sigue manteniendo hoy en día.
El duelo tenía cuatro periodos de luto: El primero y más largo (un año y un día), era el del luto riguroso. Gruesas y cerradas ropas de color negro, larguísimos velos de crepé negro y bonetes especiales y carentes de adornos, y cualquier alhaja que se luciera debía ser de azabache. Vamos, todo muy conjuntado y eso para ir a misa o a casa de algún familiar, que eran las únicas salidas que se podían permitir las viudas.
No vestir de esta manera estaba muy mal visto, se consideraba una fatal de respeto para con el difunto y si encima la viuda era joven y atractiva, incluso sexualmente promiscuo... Qué mentes más retorcidas tenían en aquella época.
Tras este periodo de tiempo y si la viuda tenía hijos pequeños y carecía de ingresos, podía volver a casarse... todo un detalle para con la pobre mujer.
Los otros tres periodos duraban entre tres y seis meses cada uno, y era durante estos que las formas en el vestir se iban relajando. Los velos se acortaban gradualmente, los bonetes se podían adornar con flores y lazos y se podían sustituir las cintas de crepé por las de seda o encaje. Y aunque las viudas podían dejar el luto a los dos años, se aconsejaba usar colores de medio luto: gris, violeta, malva, lila o blanco. En este último periodo, si se tenía dinero para ello, se podían lucir camafeos o relicarios diseñados para guardar un mechón de cabello del difunto.
El luto para los hombres solo duraba un año, y aparte de llevar trajes de color oscuro, una cinta de crepé negro en el sombrero y otra en el brazo, podía continuar haciendo vida normal, trabajar e incluso decidir cuándo volver a casarse.
Y, por supuesto, la muerte siempre va acompañada de supersticiones y rituales. Ya he comentado la costumbre de cubrir los espejos y detener los relojes, pero además se aconsejaba no asistir a un funeral si se estaba embarazada, ni usar nada nuevo (sobre todo los zapatos).
A los muertos se les cubrían los ojos con grandes monedas de cobre sobre los párpados para evitar que abrieran los ojos, en espera del rigor mortis.
Pero si hay algo que a mí me ha sorprendido y horrorizado a partes iguales y que quiero compartir también con vosotr@s, porque me parece muy interesante a pesar de todo, es la costumbre de fotografiar a los muertos: retratos post mortem.
Sí, sí, habéis leído bien, se les hacían fotos a los muertos.
La costumbre de retratar a los difuntos nació en París poco después que la fotografía y no tardó en extenderse por el resto de países.
En la toma de daguerrotipos, la exposición era tan larga que se construían soportes disimulados para sostener la cabeza y el resto de los miembros de la persona que posaba, evitando así que ésta se moviera. Algunas fotografías de difuntos los muestran "cenando" en la misma mesa con sus familiares vivos; bebés difuntos en sus carros junto a sus padres, en su regazo, con sus juguetes o rodeado por sus hermanos (es impactante os lo digo en serio); abuelos fallecidos con sus trajes elegantes sostenidos por su bastón...
A veces agregaban elementos icónicos, por ejemplo una rosa con el tallo corto dada la vuelta hacia abajo, para señalar la muerte de una persona joven, relojes de mano que mostraban la hora de la muerte, etcétera.
Los militares, los sacerdotes o las monjas eran, por ejemplo, usualmente retratados con sus uniformes o vestimentas características.
La edad del pariente que acompañaba al difunto era el hito temporal que permitía ubicarlo en la historia familiar. Los deudos que posaban junto al muerto lo hacían de manera solemne, sin demostración el dolor en su rostro.
Había varios tipos de fotografías post mortem:
—Simulando vida: en un intento por simular la vida del difunto se los fotografiaba con los ojos abiertos y posando como si se tratara de una fotografía común, por lo general junto con sus familiares. No es difícil notar cual es la persona sin vida ya que -entre otras diferencias-, al no tener movimiento alguno sale muy nítida en la imagen y no así sus familiares. Las tomas se solían retocar a mano usando coloretes o pintando los ojos sobre los párpados cerrados (este detalle me dejó alucinada).
—Simulando estar dormido: por lo general se realizaba con los niños. Se les toma como si estuvieran descansando, y en un dulce sueño del cual se supone que despertarían. En algunos casos los padres los sostenían como acunándolos para aportar naturalidad a la toma.
—Sin simular nada: se les fotografiaba en su lecho de muerte, o incluso en el féretro. En este tipo de tomas se agregaban flores como elemento ornamental, que no existían en el resto de las fotografías post mortem. Ese tipo de fotografías también se les tomaban a los niños.
En la actualidad, todas estas costumbres nos pueden parecer exageradas o morbosas, sobre todo cuanto se refiere a las fotografías, pero estas prácticas llevadas a cabo en los hogares del siglo XIX por la familia en duelo, expresaban el cariño y el deseo de mantener viva la memoria del difunto y darle un sentido de inmortalidad.
*Artículo realizado por Ana F. Malory. Visita su blog pinchando aquí.
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Comentarios (48)
Natalia
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MissCherry
Respecto a los periodos de luto y sus normas, como siempre siendo muy considerados con la mujer JA.
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Esther Alcaide
Vivimos en un país donde el luto ha estado presente, y sigue estando aunque en menor medida, prácticamente sólo lo llevan a cabo personas mayores. Lo de vestir de negro, no ver la tele, o estar metida en casa sin salir (salvo para comprar y poco más) son las cosas que más he visto en relación al luto.
Con respecto a las novelas, no me suena haber leído ninguna con este tema. Al menos no lo recuerdo.
Lo que más me ha puesto los pelos de punta es el tema de las fotos, sobre todo las fotos simulando vida... y no me ha quedado claro el propósito de tomar esas fotos... ¿con qué fin se hacía?
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Laura
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Isabel 11
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Paqui Medina Ivorra
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Loreena
Lo que me ha dejado impresionada es lo de las fotos que hacían a los muertos como si parecieran vivos. Me parece de lo más macabro.
Gracias por el artículo
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Noemí Pérez
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MARIAN
Aún así me ha parecido un buen artículo para recordar esta costumbre.
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Jane
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kitty
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Limonadadelimon
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Lectora2000
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Esperanza
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Rebe Fer
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mc2
Muchísimas gracias por el artículo.
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Carmen Zapico Zapico
Efectivamente había mujeres que se pasaban la vida de luto y de eso no hace tanto tiempo. Precisamente en un grupo de face que estamos recopilando fotos, han puesto varias de principios del siglo pasado de niños pequeños vestidos de negro porque se había muerto alguno de sus abuelos. Horrible y que decir de hacerle fotos a los difuntos, por favor; yo ni siquiera los veo si puedo evitarlo.
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Roxana
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Kassandra
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Laura P
Os recomiendo la película "Los Otros", en la que se habla bastante del tema. Un beso!
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isabel tercero
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Luciago
También recuerdo alguna película que a la chica, que estaba por casarse, se le moría un familiar, y tenía que suspender la boda. Cuando estaba a punto de terminar el duelo, se moría otro, y así sucesivamente...y acababa por no casarse.
Menos mal que todo eso ha terminado ya, porque lo veo totalmente estúpido.
El artículo ha sido muy interesante, gracias.
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Rociodc
Yo me alegro que todo esto haya cambiado con el tiempo. Porque la mujeres lo teníamos difícil hasta para quedar viudas. Que barbaridad!!
Gracias Ana! ;-*
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cristina c.
Aqui en España, y sobre todo en la gente mayor y en ciertas zonas aun se ve a las señoras de luto.
Gracias por el articulo, me ha parecido interesantisimo.
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Cynthia
Sobre las fotografías a los difuntos, mi abuela paterna dio a luz un bebé que nació muerto y le hicieron un retrato como los que se han comentado en el artículo: una foto donde salía en la cuna, con sus juguetes y todo, como si estuviera durmiendo la pobre criatura. Así que no quedan tan lejanos.
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Haley
Gracias, Ana!!! :) :) :)
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Silvia77
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sonia29
Y por último las imagenes impresionates.
Felicidades por el articulo.
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Rowyn
Me ha parecido muy interesante!
Sobre todo lo de las fotografías, hay paginas web dedicadas exclusivamente a esto.
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Ebie
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Lola Rey
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Malory
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Daniela
Lo de las fotos lo sabía porque uno de los mayores próceres argentinos, Sarmiento, tiene su propia foto post mortem, y tal vez algún otro la tenga.
Muy interesante y una forma de ver cómo ha ido cambiando la sociedad frente a los grandes acontecimientos cotidianos.
Gracias Malory!
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Betty Aguilar
Lo de la ropa ya lo venía leyendo en algunas novelas, eso de cierto tiempo con vestidos negros de crespon y luego cambiabas de tela hasta llegar al medio luto y nada de apariciones públicas.
Por cierto Ana, lo que mencionas sobre tu experiencia cuando falleció tu abuelo, déjame decirte que en mi familia cuando muere alguien cercano no escuchamos música a un volumen alto ni vamos a fiestas durante un tiempo, y nada de bailar (hacerlo sería como bailar encima de la tumba del difunto)costumbres que nos ha inculcado mi abuelita.
Gracias por compartir el artículo.
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Malory
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Natalia
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Marisa Sicilia
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sara
He conocido todo lo que Molory cuenta. Habia gente que se pasaba la vida de luto porque cuando terminaba con el luto del padre, se moria la madre, el tio, el esposo, etc etc. y no habia forma de recuperar el color en la vestimenta. He conocido los espejos tapados con telas negras y crespones negros en las puertas de las casas. ¿será el motivo por el que el negro no me gusta nada de nada?????
Estupendo articulo Malory pero estoy cruzando los dedos.
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Malory
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Bona Caballero
Otra costumbre de siglos fueron las máscaras mortuorias, sobre todo de gente famosa.
En España lo del luto se llevaba a rajatabla, al menos en la generación de nuestras madres. La mía siempre dice que como se ponían luto hasta por parientes lejanos, hubo una época en que enlazaban un luto con otro. Horrible cuando eres joven y alegre y quieres vivir la vida de colores. Incluso he visto fotos de boda en que se ve a la novia de negro, porque en su casa estaban de luto por una tía-abuela que ni conoció. Vaya forma de amargarte tu día. En fin, prefiero que esas cosas ya no se miren tanto. Con que la gente vaya de oscuro al funeral, basta y sobra. Creo yo.
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Malory
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crishi
Gracias Malory!
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Malory
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kkekka
Había cosas que conocía, otras no. Pero en general esa costumbre de recrearse en la muerte me da muy mal rolo (jajaja).
Muy bueno Ana
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Sandrayruth
Muy interesante el artículo, Ana, muchas gracias!!
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Katon
Un poco macabro para mi gusto la verdad, y no sé si yo sería capaz de posar para una foto con alguien muerto, por mucho que lo quisiera, jolín si hasta me está dando repelús solo de pensarlo ¡menos mal que esa costumbre se ha perdido! Las fotos me han dejado ojiplática total
Un artículo muy interesante, ¡gracias Ana!
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ELSA
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Malory
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