¿Sabías que...? Las hermanas Brontë

¿Sabías que la vida de las hermanas Brontë era un auténtico enigma para la sociedad de la época?

Pues sí, las tres hermanas Brontë vivían juntas en una pequeña casa, con su padre y hermano en la casa rectoral de Haworth, ya que su madre y sus dos hermanas mayores habían muerto víctimas de la tuberculosis.

Solitarias y misteriosas, siempre se las veía pasear juntas por los alrededores de su casa, hablando entre ellas o recitando poesía. No se relacionaban con nadie más, y los pocos que tenían contacto con ellas decían que se pasaban todas las tardes leyendo o escribiendo en el salón de su casa.

Emily era la que pasaba más horas en casa, ya que debido a su delicado estado de salud no podía estar mucho tiempo en la calle ni rodearse de mucha gente. Por el contrario, sus otras dos hermanas, Charlotte y Anne, empezaron a trabajar como profesoras en los internados y colegios cercanos para no tener que contraer matrimonio.

En la época victoriana una mujer tenía prohibido estudiar y trabajar en determinados oficios, así que tenían poco para elegir si no querían casarse o dedicarse a la enseñanza de niñas.

Las hermanas no podían vivir separadas, se necesitaban las unas a las otras, así que en un primer momento pensaron en montar una escuela en su propia casa, pero debido a los problemas con el alcohol de su hermano, la idea se desechó. Así que para aliviar sus problemas económicos, las hermanas Brontë decidieron centrar sus esfuerzos en la literatura y empezaron a escribir poesías. En 1846 editaron su primer libro de poemas y lo pusieron a la venta, eso sí, decidieron firmar la obra con nombres masculinos para no dañar su reputación, ya que en esa época también estaba mal visto que la mujer se dedicara a la literatura. El libro tuvo muy buenas críticas pero pocas ventas, por eso decidieron dejar la poesía apartada de momento y empezar a escribir novelas.

Permanecieron encerradas en su casa de Haworth haciendo las tareas domésticas por la mañana y trabajando en sus libros por la tarde. Así fue como nacieron las tres obras maestras de estas autoras. Emily, escribió con veintinueve años “Cumbres borrascosas”, Charlotte con treinta, “Jane Eyre” y Anne tan solo con veintisiete años, “Agnes Grey”. Las tres se basaron en sus propias vivencias para elaborar sus historias, que tras ser publicadas con seudónimos masculinos, provocaron enfados y duros reproches de la sociedad literaria victoriana.

El misterio se intensificó en torno a esos tres hermanos que osaban escribir sobre mujeres inteligentes y rebeldes, que no se conformaban ni permanecían sumisas ante la estricta moral de la época.

A pesar de las duras críticas las novelas fueron todo un éxito, pero eso no animó a la pobre Emily, que decidió apartarse de la literatura y vivir en su casa atendiendo las tareas domésticas y leyendo libros de poesía. Por su parte, las otras dos hermanas siguieron escribiendo. Charlotte comenzó una obra con trasfondo político, y Anne una novela sobre una mujer que se enfrentaba a los rígidos dictados de la sociedad.

Cuando todo iba sobre ruedas, su hermano Branwell murió víctima del alcoholismo y Emily fue tras él, debido a una depresión que se agravó por la tuberculosis, con tan solo treinta años. Anne también murió de la misma enfermedad en 1849 y Charlotte, aunque sin la compañía de sus hermanas, siguió adelante con su labor de escritora y murió en 1855 a causa de un mal embarazo.

Unas vidas llenas de misterio que hoy se conocen en parte, gracias a las obras inmortales que estas tres hermanas lucharon por sacar adelante, a pesar de la dura opresión de una sociedad victoriana que las obligó a firmar con nombres masculinos.

Artículo realizado por Dalia Ferry

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La imagen usada en el artículo es una pintura de Las hermanas Brontë retratadas por su hermano Branwell (1834). www.knowledgerush.com