Esta vez vamos a tratar de conocer un poco uno de los inventos más importantes de la Historia: los anteojos. Ese accesorio que en tantas ocasiones hemos visto usar a los protagonistas —ellos y ellas— de nuestras novelas, unas veces por necesidad y otras, simplemente, por coquetería, moda o sometiendo a escrutinio a alguien para ponerlo en su sitio.
Según un artículo publicado por la revista Newsweek los anteojos son uno de los inventos más importantes de los últimos 2000 años. ¿Imagináis lo que sería la vida sin poder ver con claridad? La hipermetropía y más específicamente la presbicia, causada por lo general por el proceso de envejecimiento, tarde o temprano afectaba a todo el mundo. Personas activas y productivas de la sociedad tenían que dejar de trabajar, leer, escribir y de hacer infinidad de tareas manuales a una edad relativamente joven. Hasta alrededor del siglo XIII, a todas las personas que tenían problemas de visión sólo les quedaba resignarse.
Según parece, en la época de los egipcios, griegos o romanos, no existían instrumentos visuales. Se dice que Nerón usaba una esmeralda para poder ver mejor las batallas de gladiadores (aunque también pudiera ser porque el color verde ayudaba a filtrar la luz del sol) y Cicerón se quejaba de que tuvieran que ser sus esclavos los que le leyeran los textos. Sí hay constancia, sin embargo, de que los antiguos griegos y romanos ya se dieron cuenta de que un recipiente esférico de cristal lleno de agua aumentaba las cosas y podía ser utilizado como lupa.
La lente más antigua conocida fue encontrada en las ruinas de la antigua Nínive. Estaba hecha de cristal de roca pulida y medía alrededor de cuatro centímetros.
En algún momento de los años 1000 y 1250 la tecnología comenzó a desarrollar las llamadas «piedras de lectura», que en realidad eran unas simples lupas. Las personas que tenían problemas de visión podía usar la «piedra de lectura» para ver mejor las palabras de una página. Las «piedras de lectura» eran unas esferas de vidrio cortadas por la mitad y pulidas que deslizadas a lo largo de una página iban ampliando el texto por el que se pasaban.
El científico árabe Ibn Al-Haytham fue quien describió la función de la córnea y utilizando experimentales cristales y lentes, estudió el recorrido de la luz. Escribió un tratado que se hizo famoso en el mundo árabe (incluida España) y en toda Europa, y ese tratado fue la base sobre la que trabajaron los científicos hasta bien entrado el siglo XIII. Gracias a eso se produjeron lentes a nivel experimental, lejos, desde luego, de las gafas tal y como las conocemos hoy en día.
Cuando Venecia atacó a Constantinopla en la Cuarta Cruzada, se hizo con la exclusividad de la fabricación de cristales, con los mejores artesanos y perfeccionó la técnica. Fue entonces cuando las fábricas de vidrio de Murano alcanzaron un prestigio sin precedentes. Allí se crearon los primeros anteojos de principios del siglo XIV. Tenían una lente convexa y monturas a base de madera, hierro, huesos, concha o cuero. Eran dos pequeñas lupas con las manijas remachadas entre sí en forma de uve invertida que podía apoyarse en el puente de la nariz.
La primera mención específica a unos anteojos es un manuscrito italiano de 1289 donde el autor escribió: «Estoy tan debilitados por la edad que sin las gafas ya no sería capaz de leer o escribir. Es este un invento reciente para el beneficio de los pobres ancianos cuya vista se ha vuelto débil.»
El nombre del inventor de los anteojos se desconoce. Fue en 1306, Giordano da Rivalto, un monje en Pisa, Italia, quien acuñó la palabra «occhiali» (anteojos) y su uso comenzó a extenderse por toda Italia y Europa.
Se empezaron a fabricar en Inglaterra a partir del siglo XV, y en Alemania, Francia y Holanda en el siglo XVI. La representación pictórica más antigua de los anteojos la encontramos en un fresco pintado por Tommaso da Modena en 1352 en el que se muestra al cardenal Hugo de Provenza con un par de gafas.
Las primeras gafas descubiertas hasta el momento se hallaron en 1953 durante las renovaciones de Kloster Wienhausen en el norte de Alemania bajo las tablas del suelo y datan de principios del siglo XV.
Cuando Gutenberg inventó la imprenta alrededor de 1450, las gafas ya eran utilizadas por artesanos, monjes y estudiosos de la religión. Cuando los libros empezaban a estar al alcance de todos, la popularidad y las compras de gafas aumentaron considerablemente. A finales del siglo XV, los vendedores ambulantes de gafas eran una vista común en las calles de Europa Occidental. La demanda se disparó cuando después de 1665, nació el primer periódico, La Gaceta de Londres.
Las gafas, tal y como las conocemos hoy en día, han experimentado una gran transformación desde su creación hace más de 800 años. Las gafas que se apoyan en la nariz y las orejas fueron inventados por un inglés llamado Edward Scarlett en 1727, pero no fueron considerados de moda, por lo que se utilizaban otros dispositivos.
John McAllister abrió la primera óptica en América en Filadelfia en 1783, y hasta la guerra de 1812 importó todas las gafas que vendía en su tienda. Comenzó a producir sus propias gafas con monturas de oro y plata en 1815. Las lentes para la corrección del astigmatismo nacieron en los EE.UU. en 1828, cuando McAllister y su hijo John comenzaron a importarlas.
El monóculo:
Los monóculos aparecieron alrededor de 1720 y su uso se prolongó hasta alrededor de 1880 e incluso hasta ya entrado el siglo XX. Constaban de una sola lente ovalada o alargada con bordes en oro, plata, concha de tortuga... Algunas de las asas eran muy elaboradas e incluso podían tener compartimentos secretos. La manija a menudo podía girar para hacer más fácil establecer planos cuando se colgaba de una cadena. Dependiendo de las necesidades del propietario del monóculo podía llevar una lente de aumento o una lente correctiva. Las lentes las hacían los ópticos, pero eran los orfebres o joyeros los que proporcionaban los marcos. Aunque las lentes eran generalmente de tamaños estándar, ya fueran redondas u ovaladas, las asas podían tener diferentes longitudes.
El monóculo parece ser un elemento inocuo que se habrían utilizado para ayudar a una persona que tenía problemas de visión, pero cuando se profundiza se descubre que era mucho más que eso. Eran los hombres de las clases altas los que usaban los monóculos como símbolo de estatus y modernidad. Quizá por eso se le confiere al monóculo esa aura de arrogancia. Se podía sostener el monóculo y mirar con curiosidad a la gente. Pero también fueron utilizados para mirar a otra persona como una forma de menospreciar e insultar. Según se cuenta, Beau Brummell usaba esa maniobra para mostrar desaprobación a alguien, y eso era desastroso para la imagen de esa persona en la alta sociedad. El monóculo también fue usado con asiduidad por las féminas de todas las edades. De hecho, los monóculos fueron usados por casi todo el mundo, desde los dandis de la clase alta, petimetres, aristócratas y ricachones, a joyeros, señores, señoras, militares...
Después de la Primera Guerra Mundial, el monóculo cayó poco a poco en descrédito, su desaparición se apresuró sin duda por su asociación con los militares alemanes. El monóculo fue usado en los Estados Unidos tan solo por una minoría.
Los impertinentes:
Los impertinentes, dos lentes en un marco y con un mango lateral, fue un invento desarrollado en el siglo XVIII por el inglés George Adams. El marco y el mango por lo general eran adornados artísticamente, ya que eran utilizados sobre todo por las mujeres y en la mayoría de las ocasiones más como una pieza de joyería que como una ayuda visual. Los impertinentes fueron muy populares entre las damas que no querían usar gafas. Su uso se extendió hasta finales del siglo XIX.
Quevedos:
Los quevedos o en francés pince nez se cree que se impusieron alrededor de 1840 aunque ya eran conocidos desde la época de Carlos V, pero a finales de ese siglo adquirieron notoriedad tanto para mujeres como para hombres, existiendo una enorme variedad de estilos: pesados o delicados, redondos, ovalados... Generalmente pendían de una cinta, cuerda o cadena alrededor del cuello. Las damas solían llevarlos con una fina cadena de oro prendida al vestido. Tenían un clip de resorte entre las lentes. El clip, literalmente pellizcaba la nariz y mantenía las gafas delante de los ojos, permitiendo que ambas manos estuvieran libres. Aunque los quevedos permitían a la gente a usar sus manos, el pellizco constante era irritante y doloroso en el peor de los casos.
Las gafas con lentes grandes y redondas montadas en marcos de concha de tortuga se pusieron de moda en 1914. Estas enormes gafas y los quevedos siguieron usándose en los años veinte. En los años treinta empezaron a venderse otros estilos de gafas.
Las gafas de sol se hicieron muy populares a finales de los años 30. Las primeras gafas de sol fueron inventadas por los chinos en el siglo XII. Eran finas láminas de cristal de cuarzo ahumado, pulidas hasta dejarlas transparentes. Las gafas de sol aparecieron después en Italia en la década de 1700, hechas de cristal tintado y eran usadas por aquellos que querían proteger sus ojos contra el fuerte sol del Mediterráneo. Se realizaron por primera vez en Venecia.
Sin embargo, las gafas de sol como las conocemos hoy, son una invención relativamente reciente. Se popularizaron en la década de 1910 y los años 20, y fueron usadas por las estrellas de cine para proteger sus ojos del resplandor de las luces de los estudios de grabación y el destello cegador del flash de las cámaras.
Ya en 1845 Sir John Herschel sugirió la idea de las lentes de contacto, a pesar de que, evidentemente, no hizo nada al respecto. La primera lente que se puso en el globo ocular no se produjo hasta finales del siglo, cuando FE Muller, un fabricante alemán de ojos de cristal, colocó una lente protectora a un hombre cuyo ojo se vio afectado por el cáncer. El paciente llevó la lente hasta su muerte, veinte años más tarde, sin perder su visión. En Dr. A. Eugen Fick, un médico suizo, en 1887 publicó los resultados de experimentos independientes con lentes de contacto. En 1892 otros médicos y empresas ópticas en Europa colaboraron en el desarrollo de las lentes de contacto y en poco tiempo varias empresas comenzaron a especializarse en su fabricación. A principios de los años 40 había una gran variedad de lentes de contacto disponible: vidrio soplado, vidrio molido, vidrio moldeado, plástico y vidrio, y plástico. Todas eran aún relativamente grandes y no podían llevarse puestas durante largos períodos de tiempo. Con los años se fueron perfeccionando y adaptando la fabricación y los materiales. En 1964 más de 6 millones de personas solo en los Estados Unidos usaban ya lentes de contacto, el 65% de ellos eran mujeres.
*Artículo realizado por el equipo de RNR
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Comentarios (32)
romantica -86
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MissCherry
¡Gracias por el articulo!
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Isabel 11
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Dougless
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MARIAN
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Rociodc
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kitty
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Alejandra
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cristina c.
He leido varios libros de regencia (pocos la verdad) en que la prota lleva gafas, en cambio de un protagonista con gafas no me suena haber leido nada.
Muchas gracias por el articulo
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Luciago
Para mí, desde luego que las llevo, es una maravilla de invento, me imagino con lo que me gusta leer, si no pudiera por falta de visibilidad, creo que la vida no sería lo mismo.
Muchas gracias por este artículo.
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Carmen Zapico Zapico
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Noemí Pérez
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María Arca
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Roxana
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Rincon_Romantico
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Silvia77
El gesto de desprecio con el monóculo se lee bastante en las novelas históricas de la época, como la de Ligeramente peligroso, de Mary Balogh. Y queda claro que la invención de la imprenta y la popularización de la lectura fue un punto de inflexión en la evolución de las gafas. Estupendo artículo.
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Jorge Casasaltas
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Cristina Sánchez
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Paqui Medina Ivorra
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isabella
Sin duda ha merecido la pena leerlo.
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LadyLaura
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ANA MARIA GARCIA
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Irune
Es curioso que un artilugio que es para ver. se utilizase aparte para marcar su rango en la sociedad o para menospreciar a otra persona como en el caso del monoculo. Lo que mas gracia me hace que en aquel entonces tu reputacion quedase dañada en caso de que alguien te echase una miradita mala a proposito...y hoy en dia las utilicemos como si nada, evolucion supongo.
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Almudena
Que interesante los distintos tipos de lentes que se han ido inventando, lo de mirar a través de una esmeralda es muy curioso aunque un tanto incómodo me temo.
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Angela
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Anabel
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eva026
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Haley
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crishi
Para mí, desde muy pequeña, habría sido un auténtico calvario el haber vivido en épocas pasadas...
Gracias por este artículo!!!
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Katon
Gracias por otro artículo tan interesante!
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Cynthia HJ
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Patriki
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