Estaba yo feliz, desconectada del mundanal ruido, en un lugar indómito y salvaje... Bien, solo era un pequeño pueblo costero, pero no había ni 3G ni wifi, y aunque al principio me costó aceptarlo, luego comprendí que me encontraba igual de bien e incluso mejor que cuando estás permanentemente conectada. Sin embargo, todo lo bueno se acaba y cuando regresé a casa y miré el correo, me encontré con una sorpresa en forma de alerta de Google. Las alertas sirven para vigilar cualquier cosa que te interese. Introduces las palabras claves y Google te manda un aviso cada vez que detecta una nueva entrada con las palabras en cuestión. Tiene fallos, como todo, pero en general funciona bastante bien. En mi caso la idea es pescar reseñas, un vicio como otro cualquiera, absurdo pero inofensivo.
Total, que me saltó una nueva alerta y yo fui a mirar, con calma, porque nueve de cada diez veces las alertas corresponden a páginas de descarga ilegales, (pero de esto no quiero hablar, que acabo de volver de vacaciones y no sé si podré soportar más stress). ¿Y con qué me encuentro? Pues con que han adaptado mi novela. Adaptado a qué, diréis, ¿al cine? ¿a la televisión? No, no, nada de eso. La han adaptado como teórico fanfic, sólo teórico porque me consta que un fanfic no es eso: cambiar solo los nombres y algún que otro detalle y colgarlo en una página donde otra gente escribe sus historias originales, solo que basadas en alguna serie de éxito o en un personaje de moda.
Para que quede más claro voy a presentaros a mis protagonistas. Es un suponer... Por un lado tenemos a la soñadora, bienintencionada e idealista Miss Amanda Fitzwilliams, y por otro a su prometido, el pragmático y acaudalado Charles Snowden y al joven Peter Pinkerton, amigo de la infancia de Amanda y enamorado de ella casi desde entonces; y esta sería una pequeña escena....
«La tarde de junio era resplandeciente. Ni una nube empañaba el cielo de Loughton y el césped recién cortado relucía como una gema al sol. Lady Gaskell podía considerarse muy afortunada. Era la primera fiesta que celebraba desde su reciente matrimonio y estaba resultando un completo éxito.
—¿No son extraordinarios, Amanda?
Su marido, Alan Gaskell, y Charles Snowden jugaban al tenis. Ambos vestidos por entero de blanco, lucían desenfadados, elegantes y patricios como correspondía a su clase y a su elevada posición social. Lucy se había casado muy enamorada de su marido y se suponía que Amanda también lo estaba de Charles.
—Sí, lo son —dijo Amanda con una sonrisa que tuvo que forzar un poco para que resultara espontánea. Claro que quería a Charles. Era correcto, formal, atento. Es solo que a veces todo le parecía tan superficial: inversiones, deportes, actos sociales... La vida debería ser algo más.
Charles le saludó de lejos con la mano. Bronceado, atlético y seguro de sí mismo. Un bigotillo estrecho surcaba sobre sus labios y le daba un aire de lo más interesante y atractivo. Muchas mujeres envidiarían a Amanda. Ella le devolvió el saludo.
Uno de los sirvientes, contratados especialmente a través de una agencia para reforzar al servicio habitual, pasó ofreciéndoles pastelillos. Lucy tomó uno y Amanda negó con un gesto.
La expresión de Amanda se animó cuando un joven de aspecto tímido, ojos azules transparentes y muy claros e indumentaria correcta aunque un tanto desaliñada se les acercó.
—Buenas tardes, lady Gaskell, Amanda, siento llegar con retraso. —Y con más complicidad y dirigiéndose a Amanda añadió—: ¿Recuerdas lo que estuvimos hablando? Ya lo tengo.
Amanda saltó de gozo y le arrebató el paquete de las manos.
—¿De veras? —Deslió la envoltura y un ejemplar recién impreso del The Strand Magazine con la última entrega de El sabueso de los Baskerville apareció entre el grueso papel marrón—. Oh, Peter —exclamó abrazándole fraternalmente.
Por muy fraternal que fuera el abrazo, Peter se sonrojó visiblemente.»
Y ahora la versión adaptada...
«La tarde de junio era resplandeciente. Ni una nube empañaba el cielo de Okinawa y el césped recién cortado relucía como una gema al sol. Makoto podía considerarse muy afortunada. Era la primera fiesta que celebraba desde su reciente matrimonio y estaba resultando un completo éxito.
—¿No son extraordinarios, Sisuka?
Su marido, Onoki Tsuchikage, y Kakashi Hokage practicaban lucha jutsu. Ambos vestidos por entero de negro, lucían desenfadados, elegantes y patricios como correspondía a su rango y a su elevada posición social. Makoto Kino se había casado muy enamorada de su marido y se suponía que Sisuka también lo estaba de Kakashi.
—Sí, lo son —dijo Sisuka con una sonrisa que tuvo que forzar un poco para que resultara espontánea. Claro que quería a Kakashi. Era correcto, formal, atento. Es solo que a veces todo le parecía tan superficial: luchas a vida o muerte, demonios, reencarnaciones. La vida debería ser algo más.
Kakashi le saludó de lejos con la mano. Bronceado, atlético y seguro de sí mismo. Un rebelde mechón de cabello le caía sobre los ojos y le daba un aire de lo más interesante y atractivo. Muchas mujeres envidiarían a Sisuka. Ella le devolvió el saludo.
Uno de los monjes shintao, contratados especialmente a través de una agencia para reforzar al servicio habitual, pasó ofreciéndoles pastelillos. Makoto tomó uno y Sisuka negó con un gesto.
La expresión de Sisuka se animó cuando un joven de aspecto tímido, ojos azules transparentes y muy claros e indumentaria correcta aunque un tanto desaliñada se les acercó.
—Buenas tardes, Makoto, Sisuka, siento llegar con retraso. —Y con más complicidad y dirigiéndose a Sisuka añadió—: ¿Recuerdas lo que estuvimos hablando? Ya lo tengo.
Sisuka saltó de gozo y le arrebató el paquete de las manos.
—¿De veras? —Deslió la envoltura y un cristal con el emblema de las doce lunas de Genkidama apareció entre el grueso papel marrón—. Oh, Wasabi —exclamó abrazándole fraternalmente.
Por muy fraternal que fuera el abrazo, Wasabi se sonrojó visiblemente.»
¿Qué os parece? Dejando a un lado el tema de los derechos de autor, que aparte del de quejarte no sé si hay alguno más, ¿basta con cambiar un par de cosas para transformar el espíritu de la historia? Yo no sé vosotras, pero yo digo no, no, no. ¿Qué tiene que ver la aburrida, romántica y necesitada de emociones aristocracia inglesa de comienzos del siglo XX con un cómic manga japonés? ¿O una novela actual y divertida ambientada en Cádiz con los actores de Crepúsculo? ¿Es necesario que los personajes de Candy Candy protagonicen estelarmente una novela erótica hardcore? ¿Qué pinta Justin Bieber convertido en highlander? Sé lo que estáis pensando, el horror, el horror, como decía el coronel Kurtz en Apocalipsis now (una magnífica adaptación, por cierto). Pero estas cosas ocurren y de verdad que no lo entiendo. Me consta que estas "adaptaciones" suelen hacerlas chicas muy jóvenes, y será que el sentimiento fangirl les nubla todo lo demás, ¿pero no sería mucho más bonito y mejor leer el original y en todo caso ponerle la cara que más te apetezca?
Todo esto me confunde. Y es que existen tantos tipos de lectores... Hay a quien solo le importan los acontecimientos y le da igual la ambientación, la ortografía, la gramática e incluso la coherencia argumental. En cambio también está quien no perdona una licencia, las libertades que te tomas para no renunciar a una trama interesante (ya sabéis, no dejéis nunca que la realidad os estropee una buena idea). Y por supuesto, también existen los errores no intencionados y esto me preocupa más. Por eso no conviene fiarse del todo ni de la Wikipedia, ni de las novelas y mucho menos de la televisión y ante la duda procurar contrastar la información.
Contrastes aparte, el caso es que Nozumi1234, que es la usuaria que está subiendo la adaptación capítulo a capítulo de mi novela, está teniendo muchísimo éxito con ella, tiene decenas de seguidoras que la comentan todos los días y hasta yo quiero saber qué es lo que va a pasar ahora. ¿Se quedará Amanda/Sisuka con Peter o con Wasabi? ¿Atacarán los guerreros ninjas la fiesta de lady Gaskell? ¿Me acusarán de plagio las seguidoras de Nozumi1234 si descubren mi versión?
Todo podría ser, pero mientras averiguo las respuestas a estas preguntas me gustaría haceros todavía algunas más, porque sé que sois buenas y tenéis mucha paciencia conmigo... ¿Con qué tipo de lectora os sentís más identificadas? ¿Tenéis tendencia a perdonar las pequeñas (o grandes) incoherencias históricas y argumentales o por el contrario sois de las que os rechinan los dientes si, por un casual, los protagonistas bailan El Danubio azul un par de años antes de que Strauss lo compusiese? ¿Os ha pasado alguna vez estar leyendo una historia y desear que la protagonizase algún otro personaje? ¿Creéis que en mi próxima novela debería insistir con las suaves praderas de Essex o pruebo con los cerezos en flor y las katanas? ¿A que lo ideal sería que pudiera volverme otra vez a la playa?
Artículo realizado por Escritora X.
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Comentarios (6)
Malory
En cuanto a si soy de las que me fijo en los detalles... depende. No soy de recordar fechas, soy prácticamente incapaz de memorizar números, con lo que si en una novela sale a relucir esta o aquella obra, composición o novela pues la verdad es que suelo quedarme tan ancha.
Otra cosa son los pequeños detalles: emplear cremalleras en lugar de botones o lazos, vigas de hierro cuando en la época en cuestión se empleaba la madera... en definitiva, detallitos tontos que a cualquiera se nos pueden colar al escribir, pequeños lapsus que se camuflan a la mirada de editores y escritores y que llegan a nuestras manos para, en mi caso, encenderme la sangre jajajaja
Sí, no lo niego este tipo de tonterías, en algunos casos, me ponen hasta de mal humor.
Lo de desear que fuera otro personaje el que protagonizara la novela... (pensando)... No, creo que nunca me ha pasado. Y oye lo de que tu próxima novela esté ambientada en la Tierra del Sol Naciente y las flores de loto, igual no era mala idea. Sería original. Entonces al hacer el Fanfic igual tus protas pasaban a llamarse John y Sally jjajajaja
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X, escritora digital
Muchísimas gracias por comentar, Malory. Estaremos atentas a la caza de detallitos tontos, es igual que cazar erratas cuando corriges, un placer perverso! XD Muchos besos!!!
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Sandrayruth
Y lo de los errores?? Pues la mitad de las veces no me doy ni cuenta, a menos de que sea un error enorme, no me fijo mucho... Aunque es verdad que cuanto mejor esté escrita, más disfrutas...
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X, escritora digital
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Silvia77
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X, escritora digital
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