Una saga familiar con amores, enfrentamientos, luchas de poder, pasiones prohibidas, penalidades y dicha en la exótica y cambiante Hawái del siglo XIX.
«Yo he nacido para la aventura. Me río de las convenciones. Soy una Mujer Nueva con una misión sagrada.» Emily ha viajado con el hombre con quien acaba de casarse, el reverendo Isaac Stone, desde Nueva Inglaterra hasta Hawái con el propósito de llevar las costumbres occidentales y la fe cristiana a esas islas recientemente descubiertas. Pronto, sin embargo, todos los sueños de esta joven bien educada y de alma aventurera empiezan a desmoronarse. Su matrimonio es frío, formal, distante; Isaac está totalmente volcado en su labor evangelizadora, y deja a Emily sola en la aldea, rodeada de unos nativos que le causan extrañeza y sonrojo con su desapego por las cosas materiales, su desnudez, sus creencias paganas, y sus prácticas sexuales desinhibidas y permisivas. Poco a poco Emily irá sobreponiéndose a la añoranza por su familia y al recuerdo de su vida anterior gracias a la escuela donde enseña inglés y a la amistad que empieza a cultivar con Pua, sanadora y una de las líderes locales, y sobre todo con Mackenzie Farrow, capitán de un navío mercante que la ayuda a aclimatarse a esta nueva tierra. Cuando una tragedia inesperada amenaza con sacar a Emily de la isla, la joven toma una decisión que rompe con todo en lo que había creído hasta entonces.
Cuarenta años después, la hermana Teresa llega a Hawái y conoce a Robert, el magnate más poderoso de la isla e hijo de la legendaria Emily Stone.
Crítica realizada por Teresa
Sorprende. Así de sencillo.
No sé las novelas que he podido leerme de esta autora, pero han sido muchas. Sin embargo, no la puedo incluir entre las autoras que tengo con el cartel de románticas colgado al cuello. Nunca he encontrado sus historias demasiado románticas, seguramente porque no lo son, porque en las de esta mujer prima más la aventura que el típico romance en el que hombre y mujer se conocen, se enamoran y acaban felices. Tampoco suele poner escenas de cama, en algunas de sus novelas he tenido que esperar al último capítulo para ver la escena del beso. Sin embargo, como novelista de aventuras, creo que es de las mejores. No en vano sus novelas suelen ser un éxito y una lectura que no defrauda.
Emily está casada. De hecho, acaba de hacerlo con el reverendo Isaac Stone. Su esposo viaja a Hawái porque quiere llevar las costumbres de occidente a la isla. Una isla que se ha descubierto hace poco, donde se vive bajo la creencia de dioses paganos, donde las mujeres no tienen miedo a mostrar su cuerpo o entregarse a un hombre. Costumbres que chocan por completo con las de Emily, educada en un mundo que ella cree mejor por ser más puritano. Un mundo en el que todos se rigen por la fe, por el cristianismo... por la falsedad en la mayoría de las ocasiones.
Claro que las creencias de Emily chocan de pleno con ese otro modo de vida. Es normal y lógico, a cualquiera le pasaría. Ella viaje con la idea de inculcar la fe cristiana a los indígenas, las buenas costumbres, le educación. Desde siempre le ha gustado la aventura, ha soñado con ver mundo y encuentra una oportunidad para llevar a cabo sus sueños cuando se casa con Stone y emprende su misión.
Si analizamos el matrimonio de Emily no vamos a encontrar un amor tórrido y desenfrenado. Se trata de una unión fría, impersonal, basada en el acuerdo y el respeto mutuo. Isaac es un hombre que ocupa todo su tiempo en intentar evangelizar a los nativos, no tiene tiempo para su esposa porque para él es más importante salvar las almas de esos pobres paganos, hacerles ver la luz. Por lo tanto, la protagonista de esta novela pasa mucho tiempo sola en la aldea en la que se instalan.
Vamos viendo cómo Emily se siente abrumada por el modo de vivir de los indígenas. Le extraña todo: su modo de ver la vida, su desnudez, la inhibición con la que afrontan cualquier cosa, el poco aprecio que parecen tener a lo material y, sin embargo, la importancia que tiene en esas gentes el hacer felices a los que les rodean. Los nativos no tienen miedo al sexo, lo practican cuando les apetece porque para ellos es un modo más de vida. Allí no encuentra personas que intentar aparentar lo que no son, hombres preocupados por los negocios o los títulos, mujeres locas por una vida acomodada. No encuentra falsedad.
Emily se va adaptando poco a poco, va comprendiendo ese modo de vida, lo va aceptando porque se da cuenta de que, lejos de poder tildar a los indígenas de salvajes, son seres llenos de bondad y de amor por el prójimo. Con distintas creencias a las de ellas, sí, pero tan buenas o más que las suyas. Traba amistad con una mujer admirable, Pua, que además de ser sanadora es respetada por su pueblo. Y conoce también al capitán de un mercante, Mackenzie. Entre ambos la ayudan a integrarse y a tomar verdadero afecto por esas gentes.
El libro nos deja ver cómo va cambiando Emily. Lo que al principio le parece horrendo, acaba siendo admitido por su conciencia. Es una lección de humildad desde la primera página, que nos enseña a no menospreciar las costumbres de otros pueblos, sus creencias o su sexualidad. Y la protagonista acaba dándose cuenta de que puede ayudar a los isleños sin intentar alejarles de su modo de ver la vida.
La vida de Emily en Hawái no resulta fácil, nada fácil. Hay momentos realmente horribles. Pero es que es imposible pensar que puede resultar un viaje de placer abandonar todo cuanto conoces para meterte de cabeza en un mundo extraño, que no es el tuyo, con el que no estás de acuerdo. Por eso la novela resulta fascinante, porque nos enseña que todos podemos adaptarnos.
Emily es una mujer fuerte, aventurera, con arraigadas convicciones, a la que le gusta ayudar a los demás y hace lo imposible por conseguirlo.
A pesar de las descripciones con que la autora cumplimenta la historia, la lectura es fluida, no se hace para nada pesada ni aburre. Es lo bueno de la narrativa de esta mujer, que te capta en la primera página y no te deja abandonar. Más bien parece que es el lector el que vive la aventura de la protagonista.
Los personajes secundarios tienen una relevancia clarísima, aunque el eje de la novela se basa en Emily. Y la hermana Teresa tiene un papel muy importante en la historia, me ha encantado encontrarla aquí porque su fuerza impregna las hojas de la novela.
Ambientación inmejorable y final de lujo. Una novela para no olvidarla después de leer y disfrutarla otra vez dentro de un tiempo, como hago con la mayoría de las de esta autora.
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Comentarios (1)
blanca
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