Apenas hubo tiempo de convertirse en amantes.
A los veintisiete años, Janet Franklin era un estudiante de segundo año universitario, sin un momento de descanso ni dinero a su nombre. Naturalmente, no dejó pasar la oportunidad de ganar algo de dinero fácil.
Ser agente de embargos resultó ser una misión imposible, especialmente cuando un el atractivo dueño entró en escena. Eric Stewart no sólo destruyó su concentración, ¡también demostró que era un ladrón! Pero estaba dispuesto a perdonar a su metedura de pata ... de la manera más cordial y devastadora.
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