Cambio de princesa

Cuando una persona ve el argumento de una película como esta, sabe que es una película que no va a ganar premios, que es sencilla y sobre todo está plagada de clichés. Si de antemano sabes lo que te vas a encontrar en una película así, no supone ningún problema y hace que te guste más la historia. Esta película es este caso.

Por supuesto hoy en día un príncipe no se casa con alguien que no conoce, aunque sea un matrimonio de conveniencia, al igual que no te enamoras de tu mejor amiga cuando ves que se comporta de una manera tan rara y opuesta a como es día a día. Pero como ya he dicho, es una historia que está llena de clichés y sobre todo de una historia para nada realista. Es más, se podría decir que tiene tintes fantásticos por ser una historia tan poco real. Parece que son cosas negativas, pero en este caso no lo es. Como ya he dicho si sabes lo que vas a ver hace que disfrutes de una historia así sin sacare prácticamente ningún pero.

Ante nosotros tenemos dos versiones de una misma cara: el lado real y creíble, el del día a día de una mujer trabajadora que le rompen el corazón y que vive un cuento de princesas (literalmente) y la duquesa, una mujer elegante y oprimida que quiere vivir una vida normal en la que no puede dejar de ser educada, pero que a la vez disfruta siendo ella misma en libertad sin que nadie rija su vida.

A mí en lo personal sí me ha gustado, es una historia sencilla, conocida y llena de tópicos, pero también de una decoración navideña muy fantasiosa y mágica y sobre todo romance. A la historia que más se le hace hincapié es el de Stacey, la americana repostera que se convierte en princesa por unos días aunque sí que intercambiamos la historia de la duquesa Margaret aportando toques cómicos a la película.

En resumen: una historia de amor perfecta para verla en navidad. Entretenida, divertida, mágica y romántica. Recomendada si quieres ver una historia ligera.

Mi valoración es de 3,5 sobre 5.