Rebeca

"Anoche soñé que volvía a Manderley", inicio tanto de la película como de la novela en que está basada y frase mítica que te hace recordar enseguida el nombre de "Rebeca". Un clásico del cine y película de culto estrenada en 1940 que sigue pasándose por televisión y que ha sabido envejecer con elegancia, enamorando a espectadores de todo el mundo, entre las que me incluyo. Basada en la novela de Daphne du Maurier de 1938 "Rebecca", es una película que mezcla el género romántico y el gótico y está envuelta en intriga y misterio.

La película es una adaptación bastante fiel del libro, con algunas diferencias, unas, supongo que por duración de la película, y otras más importantes, para que el guion pasara la censura (código Hays) por la que se regía la industria cinematográfica americana. La diferencia más notable respecto a la novela se centra en la muerte de Rebeca, un quebradero de cabeza para guionistas y productor, pero que resolvieron de forma brillante. Debo reconocer que el libro lo leí después de ver la película, pero creo que esta hace justicia a la novela y a mí me gustan los dos.

El inicio de la película y de la novela es el mismo, una narración en primera persona que nos introduce cual fantasmas en una Manderley abandonada y en ruinas, pero a partir de aquí, la película es un largo flashback contado en tercera persona que nos lleva desde Montecarlo a Manderley, para llegar al desenlace, mientras que la novela en su totalidad está contada en primera persona. Este cambio hace que algunos personajes tengan más protagonismo en la película. Rebeca es una historia de amores, obsesiones, culpas, pasiones y celos, con unos personajes a los que por diferentes motivos persigue el fantasma de Rebeca, que se convierte en el motor principal de las situaciones y acciones de los protagonistas.

Los protagonistas Laurence Olivier (Maxim de Winter) y Joan Fontaine (Sra. de Winter) no fueron la primera elección para los papeles. Olivier acababa de rodar "Cumbres borrascosas" que junto con "Rebeca" lo consagró como estrella romántica y Fontaine era una jovencísima actriz de 21 años que se enfrentaba a su primer papel protagonista, consiguiendo al año siguiente un Oscar por "Sospecha". Los secundarios estuvieron más claros desde el principio y Judith Anderson (Sra. Danvers), actriz de teatro australiana, hizo una magnífica interpretación como la siniestra ama de llaves, George Sanders (Jack Favell) encarnó al primo de Rebeca, un tipo cínico y vividor que es algo más que primo de la difunta. Y Rebeca, que sin aparecer ni una vez en toda la película se convierte a mi modo ver en la protagonista indiscutible.

Con una banda sonora muy acorde con la película que contribuye a la creación de la potente atmósfera del film, y unos decorados realmente magníficos, la mayor parte está rodada en interiores, e incluso se utilizaron maquetas para reproducir Manderley, una fotografía muy buena y una gran dirección por parte de Alfred Hitchcock han hecho de Rebeca una película maravillosa y con un final espectacular y feliz. Mi valoración es de 5 la máxima.