Poldark

Hola, me llamo Cris y soy Poldarkriana.

En cuanto me enteré de que esta serie se iba a emitir en España por un canal privado, supe que la vería sí o sí porque las series de época me encantan, y siendo de la BBC la calidad está servida.

Poldark es una serie con una factura impecable, que atrapa desde el primer capítulo y no deja que te levantes del sillón hasta acabarla entera. Además de un contenido tan sabroso, donde el drama apenas da tregua, llama la atención la parte visual, que te mete de lleno en la historia a través de una fotografía de gran calidad, así como la excelente caracterización de los personajes dentro del entorno.

El trabajo de los actores es estupendo, cada uno de ellos transmite las emociones que corresponden al tipo de personaje que encarnan. Genial la actuación del actor irlandés Aidan Turner en el papel de Ross Poldark. Con su brillante interpretación, este atractivo y sexy actor aporta tal grado de intensidad al personaje que hace que te enamores de él a pesar de sus imperfecciones. No hay que dejarse atrás a Eleanor Tomlinson en el papel de Demelza, un personaje nada acorde con la mujer de la época, que conquista a Ross por su inocencia y con la fuerza interior que la califica como tal ante las adversidades.

Aunque la serie canaliza su potencial hacia la parte sentimental con sus amores imposibles, ternura, pasión, las pérdidas de seres queridos, envidias, odios, traición, celos, desconfianza, perdón, ambición, infidelidad... En fin, las turbulencias que dificultan las buenas relaciones familiares y de pareja, también es un retrato social y económico de la Inglaterra de finales del siglo XVIII, y en concreto de Cornualles, zona donde se desarrolla la acción. Es de manifiesto la diferencia de clases sociales, la aparición de nuevos ricos, el empobrecimiento de la clase alta, la explotación que sufrían los obreros en las minas de estaño, la pobreza de sus gentes, que malvivían recogiendo los restos de los naufragios yendo a parar a sus escarpadas costas de pequeñas calas, la especulación, las subidas y caídas de los precios del mineral.

Y en medio de las aventuras y desventuras que componen esta historia se encuentra el capitán Ross Poldark, un rico propietario venido a menos, una especie de Robin Hood con conciencia social envuelto en problemas con la justicia. Poseedor de una importante deuda por saldar, Poldark busca apoyo económico para sacar a flote sus minas, topándose por el camino con el codicioso George Warleggan, que interferirá en su vida tanto a nivel económico como personal.

La primera temporada hace una exposición de los hechos que se van a ir desarrollando a lo largo de los capítulos, centrando la historia en la relación de Ross y Demelza, en la esperanza de volver a amar por parte de Ross y con el ánimo de superar los problemas económicos para salir de la pobreza. También aborda el tema del contrabando y las rencillas familiares, la relación con Elizabeth, su amor de juventud, y conoceremos los avatares de otros personajes secundarios, como son Verity, la prima de Ross, o Prudy y Jud, los criados que ponen el punto de comicidad a la historia.

La segunda temporada es más cruda, profundizando en el doloroso matrimonio de Ross y Demelza tras la muerte de su hijita, en la reconciliación de Ross con su primo Francis y el posterior fallecimiento de este, en el triángulo amoroso que supone Poldark, Demelza y Elizabeth, así como en la rebelión por la que es acusado Poldark como instigador y en la encarnizada rivalidad entre Ross y Warleggan. A destacar en esta temporada la inviable relación secundaria que mantiene el modesto médico rural con una rica heredera y la importante actuación en la trama.

Ya digo que es una serie que se caracteriza por ser un dramón romántico de tres pares de narices, que cuando parece que surge una luz al final del tunel y adviertes las buenas acciones de los personajes ¡zas!, de nuevo se encuentran sumergidos en otra tragedia y nuevos enredos, llegando a sentir compasión por algunos de ellos. No obstante, aunque el argumento viene marcado por la adversidad, algunas cuestiones se van superando mientras que otras, construyendo sobre los escombros y los corazones rotos, el tiempo lo va curando todo.

Si os gustan los melodramas con sustancia, con un moderno y sufrido héroe de mirada profunda y cabellos negros azotados por el viento, debatiéndose entre dos amores complejos, estáis ante vuestra serie. Cabe decir que, vista a groso modo, la historia alberga algunos clichés propios de la novela romántica que tanto leemos por estos lares.

La ambientación es magnífica y la banda sonora exquisita a la par que envolvente, ambos factores moldean la historia de manera que incita al espectador a poner todos los sentidos en su absorbente historia. Toda la vorágine de situaciones apasionadas y dificultosas, con sus personajes que parecen querer salirse de la pantalla, van en consonancia con los abruptos acantilados que, recortados contra un cielo azul, son testigos de un mar bravío que lame las costas y las esperanzas rotas de los habitantes que residen en aquellas tierras.

Y cabalgar, y cabalgar con Poldark contra todo pronóstico...