Crítica realizada por Patricia Bonet
Aquí tenemos la segunda parte de la historia de Will y Olivia.
Recordemos que el primero termina con Will marchándose de la casa de Olivia en mitad de la noche, después de aparecer por sorpresa y regalarnos esas últimas horas juntos. Ahora ha pasado justo un año desde ese momento y Will ha vuelto a ciudad. Si en la parte uno nos contaban cómo se conocen, en esta segunda parte seremos testigos de ese reencuentro.
Los dos primeros capítulos es un repaso por la vida de ambos protagonistas durante este año. Es un repaso extenso, donde pasan muchas cosas, buenas, malas, y muy malas. Aunque hay mucha narración, no se hace nada pesado, porque Alejandra lo cuenta de forma que empatizas tanto con los personajes que te conviertes tú en protagonista, poniéndote en sus pieles y viviendo con ellos todas las cosas que les van pasando.
Will ha regresado con un objetivo claro; reconquistar a Olivia. Pero ella ya no es la chica que dejó atrás hace trescientos sesenta y cinco días. Ya no interiormente, sino también por fuera. Pero en este libro nos encontramos con un Will completamente nuevo. Más seguro de sí mismo que nunca y con un concepto sobre el amor completamente diferente. Atrás quedaron los miedos y las inseguridades. Pero sabe que debe ser paciente, ir paso a paso, con calma, haciendo las cosas pero, sobre todo, con la verdad por delante. Olivia no está segura de nada, y aunque cree que sí, en verdad no tiene ni idea de lo que quiere. Está vez irá con pies de plomo, esperando y aguardando a estar segura de qué quieren los demás de ella. Esa inseguridad y rechazo le ocasionará más de un problema, pero seguro que Olivia los resuelve con clase.
Junto a Olivia, sus inseparables amigos, cada uno con sus propios problemas. Matt, Christina, Claire y Neal siguen siendo una piña que se reúne los domingos en The New para hablar y contarse sus problemas. Seguirán siendo el mejor apoyo para Olivia y la ayudarán a resolver sus miedos y dudas, contando también con Aiden, su hermano.
Es una historia que devoras, que no puedes dejar de leer hasta que la palabra Fin aparece en pantalla. Bien contada, de forma ágil y sencilla que facilita su lectura. Con unos personajes principales y secundarios bien trabajados y perfilados. Fuera los dramas y bienvenidas a las historias sencillas, a esas que están más al alcance nuestro porque pueden pasarnos a nosotros, y eso hace que conectes más con ellas y puedas llegar a sentirte identificada.
Patricia Bonet
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