Alexandra Martin Fynn - Amanece en el fuerte Patterson

Crítica realizada por Luciago

Estados Unidos de América, 1803.
Victoria Hill sueña con convertirse en médica y dedicar su vida al arte de curar. No obstante, su anhelo se ve frustrado por ser parte de una sociedad en la que solo los hombres pueden aspirar a una carrera en medicina. Su padre, el afamado doctor Charles Hill, reconoce el talento de su hija y la convierte en su discípula. Pero aunque ella demuestra tener capacidades excepcionales, debe resignarse a desplegarlas en el restringido ámbito del consultorio de su progenitor.

A la residencia del doctor Hill llega John Wyatt, un laureado capitán del ejército, con una herida en el ojo que solo el prestigioso médico parece poder curar. En la consulta, el oficial conoce a Victoria, con quien entabla una relación cordial. Sin embargo, tras varios días de convalecencia en la mansión de los Hill, los sentimientos del militar y los serios problemas por los que ella atraviesa precipitarán una propuesta sin precedentes. Wyatt le ofrecerá a la joven que sea su acompañante en la misión que el presidente le ha encomendado: asumir el control del fuerte Patterson, un emplazamiento fronterizo que se encuentra en graves problemas. Entre ellos, la falta de un médico que vele por la salud de los habitantes del fuerte.

En la salvaje frontera del territorio americano, el capitán Wyatt y Victoria —la nueva encargada del hospital militar— se enfrentarán al mayor desafío de sus vidas.

No sabía exactamente qué me iba a encontrar entre estas líneas. Mi sorpresa ha sido mayúscula porque me ha encantado la forma de contar esta historia. Está muy bien ambientada y es un retrato bastante fiel de esa época y del oeste americano.

Tal y como dice la sinopsis, el capitán Wyatt y Victoria Hill se enfrentarán a un gran desafío en unas tierras salvajes y con gentes nocivas. Allí lucharan por sacar toda la basura y malas influencias que han tenido sus habitantes, y construirán un lugar que estaba abandonado de la mano de Dios, debido a personas indignas de llamarse seres humanos. Allí se encuentran todos los defectos y, por contra, todas las virtudes del ser humano. Ellos lucharán por erradicar todos los vicios y devolverles a las personas la ilusión de vivir. También encontrarán el amor y su forma de expresión.

Victoria es una luchadora. Ella, que proviene de una familia de clase de Nueva York, tiene un único deseo: ser médico. Para conseguirlo decide renunciar al matrimonio, pero encontrará al capitán Wyatt, el único que le va a permitir ejercer esta profesión y persona de palabra y buen hacer.

Ella, como protagonista me ha gustado mucho, pero el capitán para mí es el mejor personaje. ¿Por qué? Pues porque con su disciplina, tesón y honradez, consigue que el amor que siente por Victoria se vea recompensado.

Victoria se casa por conveniencia y por problemas en la casa de su padre. Pero no está enamorada de este hombre, aunque sí que le gusta el carácter caballeroso de él y cree en su palabra. No obstante, conforme transcurre la historia Wyatt se gana su cariño, en primer lugar, y después viene el amor. Es una gran persona que cree en el trabajo duro y la disciplina, que piensa que todo esto te lleva a conseguir lo que deseas. Es una gran verdad.

Hay personajes secundarios que me han gustado mucho y que están muy bien retratados, como es la nana de Victoria, la cual tiene influencia en la novela; y el capitán Collins, que también tiene su historia de amor. Además está el odioso capitán Foley, que me ha caído mal desde que lo conocí y está perfectamente caracterizado.

La narración está muy bien enlazada, se va desarrollando con normalidad y vas viendo transcurrir los hechos que, poco a poco, te van involucrando en la historia de estos personajes a los que les tomas cariño enseguida.

En cuanto a la pareja protagonista, igualmente ves cómo crece la amistad y camaradería entre ellos y cómo Wyatt se va ganando el amor de Victoria.

Tiene acción, intriga y amor. El final me ha encantado y el epílogo me ha dejado muy buen sabor de boca.