Ana Álvarez - Arcoíris

Crítica realizada por Rocío DC

Empiezo diciendo que una vez más, y leyendo todas sus anteriores novelas, la autora lo ha vuelto a hacer. Me ha vuelto a sorprender.

Desde que supe de esta novela estaba deseando conocer que historia había tras Arcoíris, porque no tenía idea que iba a encontrar, y decir que me ha encantado es quedarme corta.

La autora me tiene acostumbrada a historias originales, divertidas, emotivas, muy románticas, diferentes... en definitiva, leer a Ana Álvarez es una apuesta segura para mí.

Y con esta novela he encontrado todo esto y más.

Es una novela que tiene de todo, nada más ver la portada y el título dan ganas de leerla, es refrescante y divertida, pero no es solo esto. Es que tiene una trama tan original y diferente como sus protagonistas. Me ha dejado maravillada.

Carla, por ejemplo, es la protagonista con una personalidad bastante peculiar, y no solo por su forma extravagante de vestir, sino también por su pelo, sus gustos, su carácter y forma de ser... su personalidad va contra marea a lo que consideramos "normal", pero así es ella, o la aceptas, o la aceptas, no hay más. ¡Me ha divertido tanto este personaje! Que a pesar de no tener nada en común con ella he sentido una conexión total hacia ella. Me encantan sus locuras y esa personalidad tan definida y seguridad que tiene... para algunas cosas, porque para otras me desesperaba, y es que a esta chica cuando algo a lo que no está acostumbrada le hace tambalear sus ideas y forma de vida... se vuelve algo cabezota.
Y después está Víctor, ¡ay Víctor! Este hombre se merece el cielo. Es todo lo opuesto a Carla. Más diferente a ella no puede ser, es psicólogo y muy cuadriculado, tranquilo y con una paciencia infinita... demasiada.

Ellos dos han sido vecinos de toda la vida, Carla e Irene, la hermana de Víctor, han sido amigas desde la infancia y Víctor a pesar de ser mayor que ellas, era la diana de sus burlas, precisamente por su carácter tranquilo, "pijo" y "aburrido"... ¡y vaya con el pijo y aburrido dentro de unos años!

La vida de ambos se separa, cuando crecen y las responsabilidades hacen acto de presencia en sus vidas.
Carla recibe una oferta de trabajo que no puede rechazar nada más terminar la carrera, gracias a sus conocimientos en informática e idiomas, y su gran intelecto, es contratada directamente para un puesto importante, algo que la alegra inmensamente, hasta que descubre que su "jefe" no es otro que Víctor...

La mala relación del pasado entre ellos la hace dudar de aceptar el trabajo, pensando que el busca venganza después de tantos años, pero el Víctor que ella encuentra ahora nada tiene que ver con el Víctor adolescente, así que se dan una oportunidad y a través del trabajo se van conociendo de verdad.

La forma de escribir de la autora, tan cercana ,fresca y sencilla y que consigue transmitir tanto, es para mí un requisito tan importante que una vez más me quito el sombrero ante ella, por esa capacidad de hacer sentir tanto y conseguir dar tanto realismo en sus novelas.
Al menos para mí.

Es una novela para leerla, saborearla y descubrirla por uno mismo, como dije antes, así de pronto, parece una trama común, pero una vez vas descubriendo capítulo a capítulo todo lo que la historia tiene, y que cada vez engancha más, de esas que no quieres ni puedes parar de leer, que quieres conocer más, que te desespera, te enamora, te emociona y te hace reír a carcajadas. Que desde la dedicatoria hasta el epílogo gusta... De esas que merece la pena perder horas de sueño, de las que cuando la terminas te deja una sonrisa en la boca y quieres más. De las que leerlas significa una experiencia tan satisfactoria como deliciosa... en definitiva, una excelente novela y muy recomendable.

Crítica realizada por Malory

Siempre que empiezo una novela de Ana Álvarez ocurre lo mismo, desde el minuto uno logra despertar mi interés y a las pocas páginas ya me tiene totalmente enganchada, disfrutando de la historia; riendo, en este caso, con las ingeniosas salidas de los personajes; compartiendo sus emociones y sentimientos; devorando cada palabra, cada renglón, como si no hubiera un mañana. Y lo consigue porque sus historias, al menos para mí, resultan muy creíbles, muy cotidianas. ¡Qué no hace falta crear una trama complicada y llena de giros para hacer las delicias del lector! (Sí, vale, las novelas de tramas enrevesadas y giros inesperados también molan mucho).

Bueno, quizás Carla, por su aspecto, sus gustos y manías, no parezca una persona muy normal, pero es divertida, inteligente, extrovertida y sí, un poquito puñetera. Porque si de adolescente le encantaba martirizar al pobre Víctor, ahora que son adultos, la cosa no cambia demasiado. Sobre todo porque ella sigue viéndolo como un tipo soso, serio, aburrido y demasiado responsable, y no puede evitar meterse con él, provocarlo a la menor oportunidad. Pero ahora Víctor sabrá darle la réplica, responder a sus provocaciones, y en más de una ocasión, descolocarla con sus comentarios o confesiones, y todo ello con un aplomo que me enamoró. Bueno, eso y el ir descubriendo que no era tan estirado y serio como aparentaba... ¡Uuff! Me ha puesto muchísimo este chico. ¡Quiero un Víctor Trueba en mi vida!
Resumiendo: que los polos opuestos se atraen. Y eso es lo que sucede con este par, que más opuestos no pueden parecer y se atraen; vaya si se atraen. Eso sí, si algo tienen en común es que ninguno quiere ser el primero en confesar lo que siente, y al final uno por otro...

A esta desorganización sentimental, hay que añadir algunos momentos en los que la situación en el trabajo se ha complicado y yo he terminado mordiéndome las uñas, aunque han resultado muy reveladores. Podemos sumar la presencia de la amiga metomentodo (amiga de Carla/hermana de Víctor), que además de dar consejos que nadie le pide, también sabe escuchar y prestar su hombro cuando es necesario.

Compañeros de trabajo, familiares y algún que otro personaje, completan el elenco de esta fabulosa historia. Cotidiana y sencilla, aunque con un pequeño toque de riesgo y aventura. Divertida, apasionada y muy colorista.

Merece la pena conocer a Carla y Víctor, su pasado en común, su presente... ¿y su futuro?
El título y la portada: perfectos.