Ana Álvarez - La serpiente peluda

Crítica realizada por Katon

Leticia se enamoró de Oliver cuando era una adolescente. A pesar de estar años fuera de Granada, Leticia ha mantenido el contacto con su mejor amiga, Eva. Ahora, tras vivir en varias ciudades, independizada y lejos de un padre controlador y arcaico, ha conseguido uno de sus sueños, vivir con Eva en Granada. Claro que no esperaba llegar por primera vez al piso y encontrarse a un hombre en el baño. Más si ese hombre es Oliver. A partir de aquí podemos imaginar que cada "reencuentro" de los dos no será nada típico ni tranquilo para la paz de Oliver.

Leticia se ha convertido en una guapa y dulce mujer; generosa, amable, divertida, pero igual de patosa que siempre. Esa es su cruz, que se ve acentuada cuando cierto hombre está cerca. Menos mal que tiene a su amiga Eva para apoyarla en todo momento. Además, Leticia sigue siendo tan resuelta y decidida a conseguir a Oliver como cuando era una adolescente. Pobre Oliver, si es que no tiene nada que hacer.

Oliver es un hombre al que le encanta vivir solo, salir los fines de semana y acostarse con una mujer cuando le apetece. Pero los encuentros fortuitos con Leticia en algunos bares de copas, y más tarde cuando se ve obligado a vivir con las dos jóvenes durante unos meses, harán que empiece a cambiar su forma de ver la independencia, y sobre todo, la soledad. Veremos cómo es el verdadero Oliver, no solo el juerguista, también es un hombre trabajador, paciente y dulce a su manera.

Desde que leí Miscelánea supe que Ana era una autora a la que seguiría. Cada libro suyo tiene algo diferente que atrapa desde el principio y no le importa arriesgar un poco en cada novela. Esta novela sigue el listón de ¿Solo amigos? Te engancha desde el principio y en conjunto es una novela estupenda para disfrutar y pasar un rato de lo más divertido.

Los personajes están muy bien descritos y perfilados; sientes empatía por Leticia, la vida algo difícil que le ha tocado vivir, y la autora consigue que la admiremos por su manera de enfrentarse al mundo y a sus torpezas. Este personaje me ha hecho reír y también sentir la dulzura de una persona que trata de ver siempre lo positivo de la vida. Oliver, como es normal, en algún que otro momento se merece más de una colleja, menos mal que cuando caen la redención es muy satisfactoria. El resto de personajes son el conjunto perfecto para una novela muy divertida, dulce, ágil, con pasión y unos diálogos muy divertidos.