Ana R. Vivo - Un hombre solitario

Crítica realizada por Katon

Konstantinos es el heredero de un imperio marítimo, pero renegó de todo hace quince años, muchos años sin ver a su abuelo y sin enfrentarse a su primo Adriano, el que ocupa su puesto como empresario de éxito. Todo este tiempo ha vivido en su isla privada y casi desierta. En medio de una tormenta rescata a una joven turista inglesa casi ahogada. Molesto por tener que desviar su ruta y dirigirse a la isla de Ios finge que no se ha dado cuenta de la belleza de la joven, de su cara aniñada, de su cuerpo delgado pero fuerte y de sus ojos del color del mar Egeo en calma.

La misión de Anna es algo más complicada de lo habitual ya que su protegido no debe enterarse de su verdadera identidad. Una conspiración internacional rodea a Konstantinos Papadopoulos, pero él se desentiende del peligro así como del negocio de su abuelo. Anna es una joven italiana que tiene que convencer a Konstantinos para que la lleve a su isla. Desde el principio encontrará en Aristo, el mejor amigo de Konstan, a un aliado, además de por su carácter afable, por apoyar a Anna al mediar entre ella y la ira injustificada del griego.

Ya en la isla de Dünamo, Anna comprobará que las costumbres de esa isla y de la gente que acude allí para ayudar a Konstan con la cosecha y la pesca son muy distintas. Es como si hubiera retrocedido unos cuantos años, las mujeres se encargan de la casa y están al servicio del marido o padre, es más, sin el consentimiento paterno no pueden casarse. No todo es lo que parece y Anna comprobará cómo, esa gente que vive casi aislada, es más feliz que mucha gente rodeada de todas las comodidades. La convivencia entre Anna y Konstan es difícil al principio, pero con el pasar de los días ambos se van relajando y Konstan observa divertido que Anna le sigue a todas partes. Reconozco que las costumbres de la isla y cómo intentaban justificarla me ha chirriado bastante, entiendo que era un comportamiento más que normal hace unos años, pero no me ha gustado leerlo, aunque considero que la autora lo ha tratado bastante bien y el final no es el que más me hubiera gustado pero se acerca bastante. Anna se arrepiente de mentirle a Konstan pero para proteger su vida debe continuar con la farsa hasta el final. Y Konstan sabe que esconde algo pero la sorpresa de la revelación llegará en el momento menos insospechado.

La calma en la idílica isla se rompe cuando llega a la isla Adriano, el primo y rival de Konstan, junto con un infiltrado de la policía europea y unos cuantos guardaespaldas. Los acontecimientos se precipitarán y Anna tendrá que estar muy alerta, no solo es la vida de Konstan lo que está en peligro. En medio de la vendimia y una escapada a mar abierto provocarán un desenlace inesperado.

En esta historia además de Anna y Konstan me gustaría subrayar el personaje de Aristo y su hija Selene. Aristo es algo así como la conciencia de Konstan, el que le habla claramente y no duda en señalarle cuando se ha equivocado. Algo que no he entendido o por lo menos no me ha terminado de convencer es que tratan y consideran a Selene una niña, incluso la llaman niña, entiendo que es un apelativo cariñoso pero me ha descolocado bastante la verdad, a pesar de tener casi dieciocho años. Entiendo que tenga un carácter algo más juvenil o adolescente, pero no casi infantil como me ha parecido en algunos momentos, por supuesto esta es mi opinión, la sensación que me ha dado mientras leía la novela.

La novela empieza con un ritmo muy ágil, el primer encuentro entre Anna y Konstan está cargado de sensualidad. Pero para mí va perdiendo dinamismo conforme avanza el libro. Cuando están en Dünamo no es que se me haya hecho pesado, pero casi, sí que me ha parecido más denso. Por el contrario el final de la historia sí que me ha gustado cómo está escrita, la escena de la playa la he leído muy rápido y estaba deseando saber cómo acababa. El principio y la parte final de la novela se lee rapidísimo, pasas las páginas sin darte cuenta. El final me ha parecido muy dulce y Konstan, aunque bastante testarudo consigue comprender lo que ha estado a punto de perder. Me ha gustado cómo la autora ha descrito a los personajes principales, Anna no se deja manipular ni por Konstan ni por las costumbres de la isla, ella es independiente, fuerte y con carácter, quizá porque es muy parecida al solitario griego es por lo que sus temperamentos chocan con tanta frecuencia, hasta que el más leve roce desata la pasión que les consume.

En cuanto a la trama, desde el principio sabemos por qué está Anna en la isla, por qué debe proteger a Konstan, pero las razones no me han terminado de convencer. En mi opinión la trama general del libro la encuentro algo floja. Para mí no ha sido muy creíble la postura y acciones de Adriano y de Yalal, solo al final del libro sí que parecían los mafiosos que debían ser. Lo que más me ha sorprendido es que Adriano ha pasado quince días sin hacer nada esperando la respuesta de su primo. La historia de amor es bonita pero no casa con la trama principal del libro, no me la he terminado de creer y creo que eso ha hecho que no haya disfrutado del libro como se merece.

En general está bien, es entretenido, me gusta cómo escribe esta autora, no había leído nada suyo y me ha sorprendido. Con pocas palabras consigue que nos imaginemos ese mar Egeo en calma o azotado por una terrible tormenta. La forma en que ha transmitido los sentimientos de ambos protagonistas me ha parecido muy creíble y con buen ritmo. A pesar de todo lo anterior el libro me ha resultado entretenido pero me esperaba más.