Crítica realizada por Paciencia68
Sally Montgomery lleva quince años divorciada de Pete, tienen tres hijos en común (Devon, Lane y Merry) y desde que se han separado ella no ha tenido ninguna relación especial. Pero ahora Frederick Pierson, perteneciente a una familia adinerada, ha decidido invitarla a pasar un fin de semana con él. En principio Sally piensa en negarse, pero finalmente acepta la propuesta, después de tantos años divorciada ya es hora de tomar las riendas de su vida e intentar abrirse camino de nuevo. Con lo que no contaba es con el desenlace de unos días que parecían inofensivos; ya que Pierson fallece y ella intuyendo que no es una muerte accidental, decide huir y no duda en acudir a Pete, quien en el pasado perteneció a la policía y ahora es detective privado.
Pete Montgomery, Monty, no ha dejado de mantener contacto con su ex esposa, se llevan bien, tienen hijos en común, y a pesar de que su matrimonio fracasó haría cualquier cosa por Sally. Por eso, en cuanto se entera del lío en el que se ha metido no duda en ayudarla.
Por su parte, Devon, la hija de ambos está dispuesta a hacer lo necesario para que su madre pueda volver a casa cuanto antes y libre de toda sospecha, puesto que con su huida ha dejado muchos puntos sin aclarar.
En el clan Pierson la muerte de Frederick ha provocado una reacción en cadena, puesto que no sólo han perdido a una persona fundamental en su organigrama empresarial, sino que con su fallecimiento comienzan a descubrir demasiados asuntos inconclusos, algunos de ellos turbios. Los sobrinos de Frederick, Blake y James, estarán en contacto con Devon a raíz del suceso, y ambos van a sentirse atraídos por ella.
Muchos personajes en este libro, aunque no existe dificultad para reconocer a los protagonistas, puesto que aunque Sally es la que inicialmente tiene el problema, es Devon ,su hija, quien tendrá una importancia vital en el desarrollo del argumento. Quizás y debido a la existencia de tantos personajes, no profundiza demasiado en el carácter de ninguno de ellos. Si que nos da nociones de la forma de ser de cada uno, pero yo no destacaría a ninguno. Todos son necesarios en la trama, y por supuesto el asesino es imprescindible; sin embargo no son personajes que atrapen y se queden para siempre en la retina.
Andrea Kane en novela actual consigue engancharme con sus historias, son amenas y de fácil lectura. En este caso en concreto consigue crear una trama de intriga, corrupción y asesinatos, aderezados con estudios genéticos que tienen al lector pendiente del argumento.
La parte de romance está bien, existe una especie de triángulo amoroso que pronto se aclara, aunque con esta escritora siempre me ocurre lo mismo, y es que las historias de amor entre los protagonistas son tan dulces, suaves y delicadas, que me parece que estoy leyendo un cuento con final feliz. Es decir, no están mal narradas, pero siempre intuyes que esas relaciones son relajadas y sin mayores complicaciones. En sus historias, “te quiero” es : “te quiero para siempre, seremos felices, no hay problemas que nos puedan afectar”.
En resumen, el libro me ha gustado mucho; sin embargo hubiese sido perfecto si la pareja protagonista tuviese más arranque, existiese más tensión y no tuviese tan claro como iban a ir las cosas, porque he visto una relación demasiado “recta”. Y puestos a pedir me gustaría unos personajes que me hubiesen atrapado.
Valoración: 3,5/5.
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