Andrea Laurence - La excepción de la regla

Crítica realizada por Lady Macbeth

Ardía en deseos de volver a probar sus encantos

A Alex Stanton le gustaban las relaciones breves y sin complicaciones, pero su apasionada aventura con Gwen Wright lo había dejado con ganas de más. Así que, cuando se le presentó la oportunidad de pasar una semana con unos amigos y en compañía de Gwen, la aprovechó.

Las cosas habían cambiado desde su último encuentro. Además de estar embarazada, Gwen juraba que no quería saber nada de los hombres. Sin embargo, sus nuevas y excitantes formas la hacían más apetecible que nunca. ¿Cómo podría salvar Alex su corazón de soltero cuando ansiaba constantemente a la futura mamá?

Bueno, pues tras este segundo harlequín, para mí queda confirmado que esta nueva autora “harlequinera” promete y mucho. Las dos historias que he leído de ella son diferentes, tienen sentimientos y sus protagonistas son gente auténtica.

Este segundo libro forma parte de una serie, aunque no lo dice por ningún sitio. El punto de partida del libro es la boda de los protagonistas de “Recuerdos ocultos”. Alex es íntimo amigo de Will, el novio, y asiste a la boda como el padrino. Gwen, por su parte es muy amiga de la novia y la Dama de Honor. Durante la boda y la celebración Alex no pude dejar de mirar a Gwen por la que se siente muy atraído y a Gwen le pasa lo mismo. Así que mantienen un romance que dura una semana y una vez acabada esa semana se despiden sin reproches, pues ninguno de los dos quieren una relación duradera. Sin embargo, ocho meses después Alex todavía piensa en ella y cuando sus amigos le invitan a pasar una semana de vacaciones en la playa y se entera que Gwen también va a ir decide asistir y pasar unos días con Gwen, más concretamente en su cama. La sorpresa es mayúscula cuando descubre que Gwen está embarazada, en un primer momento Alex se piensa que el hijo es suyo, pero Gwen le explica que está haciendo de vientre de alquiler, porque quiere ayudar a unos amigos. El problema es que Alex sigue queriendo meterse en su cama aunque tenga esas curvas de embarazada…

Ya he dicho que me ha gustado este harlequín, sin tener nada especial y siendo tan corto me ha hecho pasar un buen rato. Alex es el típico rico alérgico al compromiso y tan sólo mantiene relaciones cortas para no tener que comprometerse ni comprometer sus sentimientos. Gwen, en cambio, es una buena persona, de esas que antes de preocuparse por ella misma se preocupa por los demás. La relación de estos dos personajes tan dispares provoca situaciones divertidas, pero también emotivas, sobre todo cuando Alex se da cuenta de lo que siente por Gwen. Me ha resultado refrescante leer un harlequín con algo más de argumento y aunque todo se resuelve rápido y no hay tiempo para muchas profundidades, la historia mantiene un ritmo que no decae durante todo el libro.

En definitiva, está bien para pasar un rato entretenido, y no te queda esa sensación de haber estado perdiendo el tiempo.

Valoración: 3,5 / 5