Crítica realizada por Elsa
Livy es una mujer en trámites de divorcio, su marido está en la cárcel por haberle pegado, así que teniendo en cuenta su brillante expediente se traslada a la ciudad de Nueva York y opta al puesto de Jefa de los SWAT. La noche antes de tomar posesión de su puesto su hermana la convence y van de copas y allí tiene un encuentro con Aaron que echa chispas y como es algo de una sola noche no intercambian ni sus nombres.
Lógicamente al día siguiente se encuentran en su trabajo, resultando que Livy es la jefa de Aaron, la situación es tensa, además de la atracción que ambos sienten, está la relación laboral.
Poco a poco van acercándose y pese a que Livy tiene dos hijos, uno de ellos sordo, y que Aaron se encuentra de buenas a primeras con un hijo de quince años del que desconocía su existencia, intentan llevar a cabo un relación, pero a veces las cosas son difíciles con tanto equipaje como llevan ambos.
Es la segunda novela que leo de esta autora y me alegro de mis incursiones por la página de Amazon, cuando encuentro a autoras que me gustan. Anna García escribe muy bien su narración es amena sus personajes muy bien elaborados, no suele dejar nada al azar, Aaron es un protagonista romántico de primera, atractivo, sexy, comprensivo, además sabe cuándo tiene que cambiar el rumbo de su vida de soltero sin ninguna atadura a padre responsable.
Livy es una protagonista que viene de una decepción, pero que no por ello se amarga, desde el primer momento se da cuenta de que Aaron significa para ella algo más que un breve encuentro en el almacén de una discoteca, pero además se encuentra con que le es difícil aunar el papel de madre, jefa de los swat y novia de Aaron, pero con todo esto también es una protagonista a la altura.
Los hijos, muy bien elaborados, la autora describe perfectamente a la hija adolescente de Livy, con sus típicas rebeldías y hace de Max, el niño sordo un secundario encantador con mucho peso en la trama.Los compañeros de la comisaría todos ellos unos secundarios muy bien estructurados, especialmente Jimmy el amigo íntimo de Aaron con el que va de juerga y con el que estaba cuando conoció a Livy.
La novela está escrita en primera persona, unas veces desde la perspectiva de Aaron y otra desde la de Livy. Particularmente no me gustan las novelas escritas en primera persona pero además en este caso me ha llevado muchas veces a tener que retroceder por no saber quién era el narrador, lo siento pero no me termina de gustar esa costumbre que últimamente me he encontrado en varias ocasiones. Aún así los diálogos están muy logrados, muy amenos, la narración correcta, así como el vocabulario, excepto quizá en el abuso que hace la autora de la palabra estirar cuando se refiere a tenderse tanto en una cama como en la camilla de una ambulancia, eso sí me ha chocado un poco, creo que no siempre se estira uno, eso más bien es cuando se despereza, creo que uno se tiende, se echa, se tumba, se acuesta, se acurruca, aun así la novela te engancha desde el primer momento y te mantiene pegada a sus páginas a pesar de que tiene en torno a setecientas páginas.
Lo que no he encontrado coherente es la actitud de la protagonista con respecto a su profesión, ahí creo que no ha conseguido dar el perfil, no la he encontrado muy profesional, así como me ha parecido poco creíble la situación de la comisaría cuando es asaltada por un terrorista. También me ha resultado poco creíble que en un momento determinado desayunen churros en la ciudad de Nueva York.
Es una autora que seguiré porque creo que sabe darle su toque a la novela romántica, aunque me gustaría más que fuera con la narración en tercera persona.
Crítica realizada por Sol Velasco
No entrabas en mis planes es una novela romántica contemporánea ambientada en Nueva York. La trama comienza cuando Livy se traslada a la ciudad como nueva jefa del SWAT. Aaron será uno de sus empleados, pero... ambos habían tenido ya un encuentro sexual pocos días antes de conocerse en el ámbito laboral.
La tensión sexual entre ellos es constante y se embarcan en una relación en la que los personajes secundarios tienen mucho que decir. Livy es madre de dos hijos: una preadolescente rebelde que les complica bastante la vida (al menos al principio) y un niño sordo de nacimiento, que es, sin duda, el personaje más tierno de la novela. Aaron, por su parte, pronto descubre que él también tiene un hijo, cuya existencia desconocía hasta el momento.
La historia de amor se convierte pronto en una historia familiar, que hace pasar a los protagonistas pasan por muchos avatares a lo largo del libro.
Los personajes secundarios están muy bien construidos: la hermana de Livy, los tres hijos que tiene en total la pareja, Jimmy (el policía compañero de Aaron)...Lo mejor de la novela:
- Los diálogos de los protagonistas: frescos y realistas.
- La ternura que desprende el ambiente familiar de la historia.
- La extensión de la novela. Es lo suficientemente larga como dejar saciado al lector.
- Un epílogo increíblemente emocionante.
Lo peor de la novela:
- En algunas partes de la trama se hace un poco repetitiva.
- Le falta un poco de credibilidad a la profesión de ella.
- Hay algunas erratas que enturbian un poco la lectura.Mi conclusión es que es una novela idea para pasar unas cuantas noches de lectura divertida, emotiva y tierna.
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