Anna Todd - Stars. Estrellas fugaces

Crítica realizada por Patricia Bonet

La historia está narrada en primera persona por Karina. Es una joven que su mayor objetivo en la vida es luchar por su independencia. Vive sola, aunque su amiga embaraza se pase demasiado tiempo en su casa. Le gusta mucho su trabajo y es feliz, o todo lo feliz que se puede ser cuando tienes un padre controlador y autoritario y una madre que, un día, decidió que no aguantaba más y se marchó sin mirar atrás, dejándola confundida y sola. Tiene a su hermano gemelo, Austin, un joven al que está muy unida. O lo estaba. Porque, ahora, no queda mucho de ese joven. Se ha vuelto un juerguista y alguien que, continuamente, está metiéndose en líos, rodeado siempre de chicas y amigos, o chicos que fingen que son sus amigos. Además, también se ha marchado y la ha dejado sola pues, como Karina, no soporta estar bajo el mismo techo que su padre.

Un día, llega a la vida de Karina él, Kael, un joven soldado callado y demasiado reservado. Amigo del marido de su provisional compañera de piso, sin saber cómo acaba en su casa y en todas partes. Aunque se le nota buen chico y muy educado, es demasiado hermético, y a Karina le cuesta mucho llegar hasta él. Sabe que guarda algún secreto pero no le va a resultar fácil descubrir cuáles son.

El libro empieza por el presente para, luego, ir narrando el pasado. Karina espera a Kael en una cafetería, pues su relación no ha terminado demasiado bien y no tiene muchas ganas de verlo. ¿Qué habrá pasado? Es en ese momento cuando nos vamos al pasado de la mano de la protagonista para que nos cuente desde el momento en el que se conocen.

Es una historia ambientada en el mundo militar. Kael es soldado, Karina se ha criado en una base militar y su padre es de los altos cargos del ejército. Es una historia de amor pero también de miedos, inseguridades y muchos secretos. Es cierto que empieza bien, introduciéndote en la vida de los dos personajes poco a poco ara, después, darle más rapidez a la historia. Pero, a lo mejor, ahí es dónde está el problema, que para mí ha habido un momento en el que era todo demasiado introductorio y faltaba un poquito más. El lenguaje es sencillo, al igual que la forma de narrar, por lo que es cierto que engancha y se leer muy rápido.

Termina dejándote con muchas preguntas abiertas y ganas de más, y eso es bueno y malo al mismo tiempo, porque tienes ganas de leer el siguiente libro pero, por otra parte, te das cuenta de que, tal vez, hay un poquito de relleno de más y que, si en vez de tres fueran dos libros, la historia se hubiera hecho más interesante.

Aunque, como digo, tengo ganas de que salgan los siguientes para poder saber qué pasa y se cierren, por fin, todas esas incógnitas. Y, por favor, no lo rechacéis por el simple hecho de que está escrito por la autora de After, porque no tiene absolutamente nada que ver, ni en cuanto a la trama ni con sus personajes.

Patricia Bonet