Anne Stuart - Rancho Diablo

Crítica realizada por Merche

Isabelle Romney no podía escapar de sus recuerdos de Rancho Diablo... y del hombre que había robado su derecho de nacimiento.

Frío, cínico y atrevido, Luke Cassidy había sido el primero en el corazón del padre de Isabelle... y para bien o para mal, también había sido primero en el corazón de ella.

En París, en Roma, o mirando las luces de Manhattan, Isabelle juró que nunca regresaría a su hogar en Wyoming y que nunca más sería vulnerable a Luke.

Pero eso fue antes de que ella se topase con más problemas de los que podía manejar. Isabelle elaboró un plan para deshacerse de sus problemas y de sus recuerdos, y para no caer en la tentación que supone Luke. Pero para hacer eso, tenía que hacer un último viaje a casa.

La protagonista se ha ido de su casa cuando era muy joven para escapar de la atracción que siente por Luke y de los problemas familiares. Quiere mantenerse alejada, pero las adversidades de la vida la obligan a tomar una decisión que no sabe si será acertada: debe regresar a su casa para aclarar las cosas y recuperar su herencia.

No es lo único que obliga a la protagonista a volver, también está teniendo problemas con un sujeto con el que ha mantenido una relación y quiere esconderse de él porque le teme.

Luke, sin embargo, no cree que ella deba tener el control de la herencia. Son familia, pero le cuesta trabajo verla como tal, hay una atracción hacia ella tan fuerte que es incapaz de dejarla de lado.

Me han gustado los diálogos, abiertos, sencillos, directos y a veces chispeantes, como suelen ser los de esta autora.

Hablando de los protagonistas diré que Luke es un héroe que gusta, que es sensato, trabajador y honesto. Si a eso se le suma que es terriblemente sexy, ya tenemos al hombre ideal para un romance. Me encanta su ironía porque le hace más humano. Por otro lado, vemos su lado patriarcal, ya que está enojado con la heroína por haberse ido de casa enfrentando peligros. Quiere mantenerla a salvo.

Las escena calientes no lo son demasiado, pero lo suficiente como para hacerse una idea agradable de la relación entre ambos.

Un romance bonito que he disfrutado.