Anne Stuart - Tras la puerta del deseo

Crítica realizada por Mc2

Libro 4 de la serie "Casa de Rohan"

Una larga lista de trágicos amores perseguía al vizconde Benedick Francis Alistair Rohan. Frío y cínico, estaba cansado de los caprichosos juegos de la vida y quería una remilgada mujer a la que poder ignorar mientras satisfacía su apetito sexual.

Lady Melisande Carstairs era como un tornado que arrasaba la vida de Benedick. Poseedora de una energía sin límites y del alma de una reformista, siempre vencía, ya fuera salvando las almas de prostitutas o seduciendo al hombre del que se había enamorado. Cuando le informó a Benedick de que el Ejército Celestial, el grupo al que pertenecía su hermano, había pasado de practicar un simple desenfreno carnal a ejercer la violencia más sádica, él se vio obligado a investigar encubierto. Sin embargo, ahí estaba Melisande, jugando a un peligroso juego en nombre de la justicia.

Novela ambientada en Londres en 1842.

Benedick Francis Alistair Rohan, sexto vizconde de Rohan, había regresado a Londres con un único fin. Quería encontrar una esposa que le diera un heredero y le permitiera perpetuar su nombre. Pero, tras enterrar a dos esposas fallecidas en el parto, la candidata debía ser insulsa, aburrida y socialmente correcta. Así, nunca lamentaría perderla. Además, mientras se decidía, estaba dispuesto a acostarse con cualquier mujer que le proporcionase placer.

La viuda Lady Melisande Carstairs, conocida en todo Londres como Charity, dedicaba todo su tiempo libre a escribir peticiones a quien le competiera sobre cualquier problema que mereciera la pena solucionar. Peticiones que siempre eran rechazadas por considerarse socialmente incorrectas. Hasta cierto punto no dejaba de ser una paria en la alta sociedad. Su casa, El Palomar, estaba habitada por mujeres desafortunadas que había tenido la desgracia de caer en la mendicidad o habían necesitado vender sus servicios para vivir. Una de sus inquilinas, y mejor amiga, era Emma Cadbury, la madame de uno de los mejores burdeles de la ciudad, ya disuelto. Su deseo de impedir que se descarríe una de sus "acogidas" llevará a Melisande hasta Rohan.

El ejército Celestial, una organización clandestina que se creía ya disuelta, parece que ha vuelto a resurgir. Formada por aristócratas malvados y caprichosos que se dedican a abusar de mujeres que hayan acudido voluntariamente o no a sus fiestas, parece que tienen algo en mente para celebrar la noche más corta del año, "El Cristo sangrante". El temor de que se trate del sacrificio de una virgen, y la posible implicación del hermano de Benedick en el Ejército Celestial, llevará a Melisande a solicitar su ayuda. Pero ella no es de las que esperan en un sillón, por lo que Benedick deberá no solo salvar a su hermano de la catástrofe, sino también impedir que ella resulte herida.

Me ha encantado mucho la novela. Apenas me he dado un respiro de lo que me tenía atrapada la novela. A parte de la trama y el suspense en el que se desarrolla la novela me tenían atrapada sus personajes, y no sólo los principales. Melisande, huérfana y sin apenas familia no pudo evitar unirse a un hombre mucho mayor que ella en su única presentación en sociedad. Sin embargo, pese a la diferencia de edad, ella le amó sin condiciones. Ahora con posición y dinero, y considerándose algo así como un patito feo, sólo busca ayudar a jóvenes descarriadas y sin recursos instruyéndolas en respetables empleos. Nunca ha sentido pasión por un hombre hasta que las circunstancias la llevan hasta Benedick. Él es un hombre con el corazón roto que no cree en el amor. Es bastante frío y cínico y Melisande despierta en él sentimientos que creía olvidados. Brandon, el hermano pequeño de Benedick, es un joven al que la guerra le ha dejado heridas no sólo en el cuerpo y en el rostro, sino también en su alma. Necesita la bebida y el opio para olvidar el horror que allí vivió y eso le hace embarcarse en una autodestrucción de la que será difícil sacarle. Y Emma Cadbury era la madame de una antigua casa de perdición a la que llegó por culpa de una infancia y adolescencia traumática. Sin embargo, conoció a Brandon en el hospital de St. Martin, al que ella acudía como voluntaria con el único fin de atender y confortar a los heridos que allí se encontraban. Me gustaría que estos dos tuvieran su propio libro. También hay una pequeña intervención de Miranda y Lucien, los protagonistas de En nombre de la venganza.

La puntúo con un 4.5/5.