Arlette Geneve - Amarte siempre

Crítica realizada por Lolailo

Arielle huye de Tulle, el pueblo en el que vive y que acaba de ser masacrado por los alemanes, siendo testigo de cómo André, su hermano pequeño, moría de una forma horrible.
Sumida en el terror y la pena trata de poner tierra por medio pero durante su huida se topa con un piloto americano, Gabriel Walker, que ha sufrido un ataque y cuyo avión ha sido derribado. Arielle lo socorre y ambos se refugian en una granja, intentando burlar a sus perseguidores.

Desde el principio Gabriel siente curiosidad y atracción por la bella joven francesa que, a pesar de mostrar en su mirada una tristeza como no ha visto nunca antes, demuestra un valor encomiable y un conocimiento de las costumbres alemanas y de los aliados con los que pueden contar en su huida que pone de manifiesto que a pesar de su juventud, está curtida en esas tareas, como ella misma le confirmará al decirle que ayuda a pasar la frontera a pilotos burlando la vigilancia alemana.
Gabriel no puede dejar de sentir admiración hacia ella pero, sobre todo, un intenso deseo que apenas puede reprimir y que cada vez es más fuerte. Cuando Arielle, de manera desinteresada y generosa, se le entregue, él sabrá que está ante la mujer que ama y a pesar de la reticencia y las dudas de ella hará todo lo posible por atarla a su destino, pero no todo está en sus manos pues la guerra aun no ha acabado y son muchas las incertidumbres a las que se enfrentan.

Debo decir ante todo que Arlette Geneve escribe maravillosamente bien, y no sólo me ha sorprendido su estilo impecable a la hora de construir la historia si no también lo estricto de su documentación. No había leído nada de ella antes y ahora estoy deseando volver a leer algo suyo.
La historia es corta y en tan poco tiempo los protagonistas forjan un vínculo muy fuerte, lo cual hace que su relación sea, quizá, demasiado apresurada, es la única pega que le pondría a una historia, por otra parte, llena de ternura y pasión a pesar del duro contexto en el que se desenvuelve.
Para contextualizar de manera creíble la historia, la autora hace referencias históricas y algunas geográficas,  pero sin resultar cargantes, pues se centra principalmente en el desarrollo de la relación entre Arielle y Gabriel y en las vicisitudes que pasan hasta conseguir poner a éste último a salvo.

En definitiva me ha parecido una historia llena de pasión, con un importante punto de ternura y un ritmo trepidante impuesto por las circunstancias que rodean a los protagonistas. Mi valoración es buena y sin duda la recomendaría.