Barbara J. Zitwer - Las Sirenas del Invierno

Crítica realizada por Anasy

Las sirenas del invierno es un canto de esperanza a la solidaridad, la amistad y el amor verdadero, un tributo a la mujer en el que se demuestra que la belleza es eterna y el secreto de la juventud muy fácil de encontrar... sólo tienes que saber dónde buscarlo.

Joey Rubin es una joven arquitecta y decoradora que vive en Nueva York. En un entorno tan competitivo y dominado por los hombres, su adicción al trabajo la ha llevado a descuidar tanto sus antiguas amistades que al único ser a quien se siente realmente unida es a su perra Tink. Pero su vida dará un vuelco cuando Joey viaja a la campiña inglesa para supervisar la reforma de la vieja mansión donde el mismísimo J. M. Barrie escribió Peter Pan. Cuando Joey llega al pequeño pueblo se siente totalmente desubicada. Pero su mundo vuelve a tener sentido cuando conoce a las chicas del Club Femenino de Natación J. M. Barrie, un grupo de octogenarias que, además de la amistad que mantienen desde jóvenes, comparten una curiosa pasión: bañarse todos los días del año en las aguas de un lago cercano al pueblo. Estas sirenas de carne y hueso, cargadas de historia y de humanidad, ayudarán a Joey a descubrir el verdadero sentido de la vida y la importancia de la auténtica amistad.

OPINIÓN :

Compré este libro, porque me llamaba como un canto de Sirena, sin referencias sobre él y sin saber muy bien de que iba, en cuanto lo vi, supe que era de los míos, y tal vez siendo demasiado optimista, estaba convencida de que me iba a gustar, por suerte esta vez acerté y en cuanto empecé el libro, no fui capaz de soltarlo.

Joey Rubin tiene treinta y cinco años, vive en New York en el mismo piso que era de sus padres, sola con su perra Tink , y su vida es su trabajo. Acaba de pasar por una ruptura con un hombre que trabaja para su misma empresa, donde ella se mata a trabajar como arquitecto y decoradora para que otros, generalmente los hombres, se lleven el mérito.

El nuevo proyecto de la empresa está en Inglaterra, donde han adquirido una antigua mansión en las Cotswolds de hace siglos donde veraneaba el escritor J.M. Barrie y donde escribió su obra más famosa, Peter Pan.

A Joey le emociona este proyecto y todo lo que tenga que ver con el autor del célebre cuento, por eso cuando se le presenta la oportunidad de supervisar desde Inglaterra el proyecto y vivir mientras en la mansión, lo recibe como un regalo para ella.

Su mejor amiga, Sarah, con la que creció, vive en Londres desde hace quince años y casualmente la suegra de esta , lady Aggie, vive en el mismo pueblo donde se ubica Stanway House.. Cuando Joey llega a la mansión después de pasar unos días no muy buenos en Londres con Sarah y su familia, a las primeras personas que conoce es al escocés Ian McCormack el guardés de la propiedad y su hija adolescente Lily, pero el primer encuentro es más bien frío y seco por parte de Ian. A pocas horas de estar allí, Joey se topa con Lady Aggie de una manera un poco accidentada y confusa, pero gracias a ese helado encuentro, Joey conocerá a las amigas de lady Aggie, cinco ancianas que se reúnen casi todos los días para bañarse en las aguas heladas del lago.

Las semanas van pasando mientras Joey se va encontrando a si misma, su amistad con Sarah ha ido muriendo con los años por culpa de las dos, en un principio Joey es un poco condescendiente sobre la vida que lleva Sarah, una ama de casa que se dedica a sus cuatro hijos y su marido y que ha cambiado mucho estéticamente, las dos amigas ya no se entienden como antes pero Joey también reconoce que si bien ella tiene un trabajo que le encanta, está muy sol. También se hace amigas de las sirenas del lago, ancianas que han pasado lo suyo durante la vida pero que siguen siendo amigas cincuenta años después de conocerse y acudiendo a sus helados baños como si fueran bálsamos para el alma, claro que no todas la aceptan, como es el caso de la anciana Liliah que también es la suegra de Ian y que todavía no asume la muerte de su hija, muchos años atrás. Pero Ian y Lily se hacen cada vez más importantes para ella, lo mismo que sus chapuzones helados junto al variopinto grupo de ancianas.

Es un libro que atrapa desde el principio, por lo bien contado que está, porque sus personajes están dotados de mucha realidad con sus defectos y virtudes, sus vulnerabilidades, sus miedos, y porque casi te puedes imaginar caminando por las Cotswolds con Joey.

Muy bueno