Crítica realizada por Irdala
La vida de Sofia es un verdadero desastre. Cuando era una adolescente superficial y enfreída optó por elegir a la pareja equivocada y acabó embarazada y casándose con un tipo, Skip DeBussi, que no solo no le convenía sino que ha hecho de su vida un infierno. Sofía no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que ella sola se había metido en una trampa de la que le era imposible salir. Su marido la tiene controlada amenazándola con quitarle a su hija. Para colmo de males, tampoco puede pedir ayuda, porque nadie la creería: la horrible situación que vive en la intimidad de su casa ni se la imaginan, de puertas para fuera todo el mundo supone que es un paraíso y que la señora DeBussi lo tiene todo.
La decisión que un día tomó Sofia, no solo le afectó a ella y a su futura vida sino que dejó atrás un corazón roto, el de Ted, su novio hasta la fecha, que en ese momento estaba en la universidad.
Ted Dixon es a día de hoy un es un novelista de éxito que se ha pasado catorce años odiando Sofia porque lo dejó. En el pueblo en el que ambos viven, Whiskey Creek, se reúne con su gran número de amigos los viernes por la mañana para tomar café y desde hace algún tiempo, Sofía está tratado de encajar con todos ellos. Ted lo lleva fatal, y entre los amigos hay diversidad de opiniones.
Quienes estamos siguiendo esta serie hemos visto la amargura y el rencor que siente Ted hacia ella, y gracias a las novelas pasadas también intuimos lo que se puede estar cociendo en casa de Sofia. Esperábamos, cómo no, que en alguna de las entregas que estaban por llegar de este grupo de amigos, en algún momento Brenda Novak nos contara el romance de Ted y Sofia, aunque estando ella casada y con la situación que tenía en su hogar, esto era harto complicado. Pero la novela comienza cuando a Skip lo dan por desaparecido en el yate en el que el matrimonio y la hija de ambos están pasando unos días con motivo del aniversario matrimonial.
Poco después no son solo las autoridades del país en cuyas aguas ha desaparecido Skip, sino que el FBI se persona allí y empieza a hacer preguntas y a indagar, además de informarle a Sofía de que está en la ruina total, que su marido ha hecho una estafa descomunal y que debe unas cantidades ingentes de dinero. Es en ese momento cuando el mundo de Sofía, que ya de por sí era desastroso, se desmorona por completo. Cuando aparece el cadáver de Skip y se empieza a ver un poco de luz sobre lo ocurrido, se descubre que ha estafado a una gran cantidad de vecinos y amigos del pueblo en el que viven.
Con una hija de trece años, los acreedores de su casa y coche dejándola en la calle de la noche a la mañana, y un grupo organizado de vecinos de Whiskey Creek dispuesto a llevarse hasta su ropa interior para cobrarse lo que han perdido en las inversiones que hicieron con su esposo, y culpándola además de ser cómplice de ello, Sofía se derrumba y no tiene a quién acudir. Es entonces cuando Ted, a pesar de no querer hacerlo, le ofrece un puesto de trabajo como empleada de hogar.
Lo cierto es que la historia de amor que se cuenta en esta novela tarda mucho en llegar, a pesar de estar latente a lo largo de todo el libro. Es más el relato de una vida desgarrada, trufada de desilusión, maltrato y alcoholismo. De vergüenza, de sueños rotos y de desesperanza. Es la lucha de una mujer por conservar su dignidad, por cumplir las promesas que le hace a su hija y por evitarle heridas y malos ratos a una niña que sufre como ella la mentira y la desilusión que le ha ocasionado su adorado padre y la sinrazón de un pueblo y de los compañeros de clase. Los intentos de una mujer enamorada por ocultar los sentimientos que aún siente por Ted, por dejarlo ir con quien parece que está iniciando una relación por fin, por demostrarle que está agradecida y arrepentida, que ha cambiado... Con el tiempo, al fin, Sofia descubre que hay esperanza y futuro en su vida, y que hay cosas mucho más importantes que el dinero que la hicieron tomar una pésima decisión tantos años atrás.
Volvemos a encontrarnos con personajes y parejas que se han formado en otros libros, y también nos quedamos con la amargura de ver como sufre Eve, quien espero que en la próxima entrega (o en cualquier otra) encuentre por fin su feliz historia de amor.
Es esta una serie que me tiene enganchada, no solo por los personajes, que me encantan todos, sino porque toca diferentes aspectos y situaciones de la vida real dándoles a todos un final feliz, sino porque Brenda Novak a quien he descubierto muy recientemente, me gusta mucho cómo escribe, cómo narra y lo que cuenta.
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