Candace Camp - Secretos de un caballero

Valoración:

Crítica realizada por Katon

Libro 2 de la serie "Willowmere"

Eve Hawthorne se casó joven con un oficial del ejército encantador pero pobre, y al enviudar heredó poco más que unas cuantas bagatelas. Estaba tan desesperada por perder de vista a su déspota madrastra, que aceptó trabajar como acompañante de las primas americanas del conde de Stewkesbury, pero temió perder su reputación tras flirtear con un apuesto caballero que resultó ser Fitz, el hermano del conde.

Intentar demostrar que era una mujer responsable mientras Fitz la provocaba cada dos por tres ya era duro de por sí, pero la aparición de un chantajista que parecía muy interesado en su primer matrimonio empeoró aún más las cosas. Como el conde estaba fuera, sólo podía pedirle ayuda a Fitz, pero no sabía si confiar en aquel soltero empedernido que podría llegar a robarle el corazón...

Eve es una mujer de veintiséis años que lleva dos viviendo con su padre clérigo y su madrasta, con la que se lleva pocos años. La rectitud que impone su madrastra exaspera a Eve, que aprovecha cualquier momento para salir al aire libre con su hermanastro Julian. Pero dentro de pocos meses el niño se irá a la escuela y ella tendrá que quedarse a solas con su madrastra. El padre de Eve está siempre abstraído en debates filosóficos o pensando en sus próximos sermones. Es por ello que decide aceptar el ofrecimiento de su amiga Vivian y convertirse en la acompañante de las primas americanas del conde de Stewkesbury.

Faltaban pocos días para su partida cuando un apuesto caballero pasa junto al arroyo donde ella estaba con Jules. Su apariencia es de todo menos la adecuada, con la falda remangada, sin medias y con el pelo enmarañado, es la viva imagen de la felicidad campestre. Eve está tan eufórica por su próxima partida que se permite contestar al flirteo que empieza el desconocido. Hasta que él le dice su nombre y Eve huye despavorida. Fitz se queda muy asombrado, sabe que es apuesto y que las mujeres le persiguen, pero era la primera vez en su vida que al decir su nombre una joven ha palidecido y ha escapado. Aún se sorprenderá más cuando reconoce a esa pastorcilla en la mujer recatadamente vestida y con el pelo en un tirante moño, y le confirman que la mujer a la que ha ido a buscar.

En el viaje hacia Willowmere el flirteo con que empezó su relación se convertirá en atracción, aunque ambos tendrán que luchar por mantenerla al margen. Al llegar a la hacienda familiar, Eve se verá envuelta por los planes de boda que se celebrará en pocos días. Conocerá a sus alumnas, Camelia y Lily, y la hermana de éstas, Mary, la futura novia. Poco antes de la boda llegará un amigo de Fitz, Neville Carr, un personaje tan disoluto y alegre como el propio Fitz y que tendrá un peso importante en la historia.

Durante la celebración de la boda la relación entre Fitz y Eve avanzará y traspasará algunas barreras. Eve se niega a tener una relación con él, ella podría perderlo todo, mientras que para él solo sería una mueca más, pero no contaban con el deseo y la pasión. Tras la boda, Oliver, el conde, partirá hacia Londres por asuntos de negocios. La relación entre Fitz y Eve será un tira y afloja. Pocos días después, y mientras iban paseando a caballo, un globo aerostático sufre un accidente y su pasajero, un francés, acaba herido en una pierna.

Para complicar aún más la situación en la zona se propagará una plaga de sarampión. Varios miembros de la servidumbre, y la propia Camelia, caerán enfermos. De forma paralela a esta historia, Eve empezará a recibir anónimos acusando a su esposo de ladrón, e incitándola a deshacerse del último regalo que le dejó Bruce antes de morir.

La novela puede dividirse en dos partes muy diferenciadas. En la primera vemos cómo se desarrolla la relación entre Eve y Fitz, esta parte es la que más me ha gustado, la verdad. Cómo ella intenta alejarlo, pero él insiste, y cuando finalmente decide desistir ella se lanza a sus brazos. A parte de eso, el libro cuenta también la historia de Lily y Neville, mucho más protagonista en la segunda parte del libro. Además de juntarse con un conjunto de personajes que a mi entender sobran, desde Gordon el primo irresponsable y que aún me estoy preguntando qué hacía allí, hasta Cosmo, el padrastro de Cam y Lily y que me ha parecido un pegote innecesario.

No entiendo por qué esta autora ha decidido meter dos historias de amor en esta trilogía, ya pasó en el libro anterior, Secretos de una dama, y aquí ha vuelto a hacerlo. Me ha dado la impresión que la autora quiere contar la historia de las hermanas Bascombe, pero aquí está forzada, y al meter esta historia ha hecho que la de Eve y Fitz pierda encanto, o por lo menos, es lo que a mí me ha parecido.

El ritmo al principio es muy ágil y se lee rápido, pero luego se me ha hecho algo pesado y repetitivo. Además que Eve hace de todo menos para lo que la contrataron, es una carabina horrible. Hay tantos personajes que la novela parece más una casa de locos que una historia con robo incluido. Al final me ha dejado un regusto amargo, no porque haya algo que no se ha solucionado, sino porque la autora se centra demasiado en las Bascombe y a mí me cansa. En el libro anterior me pareció que el comportamiento de Cam y Lily no se correspondía con su edad, aquí sucede lo mismo al principio, afortunadamente al final su comportamiento no es tan infantil, pero esa ambigüedad es algo que no termina de encajar.

Esperaba que este libro me gustara más que el anterior, que me gustó pero al que le encontré algunos peros, lamentablemente este sigue en la misma línea. Me ha servido para pasar el rato pero le ha faltado algo. Aunque sí que leeré el último de la trilogía y de los que ya sabemos los personajes (no hay que ser muy lista para imaginárselos). Un libro fácilmente olvidable.

Valoración: 3/5

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