Carole Matthews - El club de las chocoadictas

Crítica realizada por Savannah990

Hay tres reglas para sobrevivir en tiempos de estrés. La primera es respirar profundamente. La segunda, contar hasta diez. Y la tercera, comer chocolate. Lucy, Autumn, Nadia y Chantal apenas tienen tiempo de contar hasta diez antes de abalanzarse sobre este sustitutivo del sexo. Y es que sus vidas sentimentales son un desastre: a Lucy la felicidad de que su jefe Aidan le declare su amor le dura un suspiro; el novio de Autumn va a conocer a sus padres; el marido de Nadia jura que ya ha dejado de robar, pero ella no le cree, y Chantal está intentando salvar su matrimonio. Por suerte no pierden su desternillante humor.

Una novela chick-it con sus toques de humor y romanticismo. En realidad no son cuatro protagonistas, si no cinco, incluyendo el chocolate. Hay humor, amor y lágrimas. Lucy es la que desarrolla la historia, con una narración muy curiosa, cuando habla de sus amigas y narra sus historias en el pasado o presente, lo narra en tercera persona pero cuando llega el turno de ella misma, lo narra en primera persona. Al principio cuesta un poco llevar el libro ya que no estás acostumbrada a los cambios en cada capítulo y a las protagonistas que no conoces, pero poco a poco y gracias a la narración tan humorística y a la vez seria, sensible y romántica de la autora, llegas a conocerlas perfectamente y a entender sus sentimientos y sus acciones.

Los personajes son únicos y soberbios. Lucy es la más cómica y la más adicta al chocolate, una romántica empedernida. Autumn es la hija de una familia rica; es bondadosa y muy dulce, tanto su novio como ella ayudan a los jóvenes drogadictos, mientras que el propio hermano de esta, está enganchado a las drogas, incapaz de dejarlas y tratarse, haciendo que la relación de Autumn y su novio se tambalee. Nadia es madre de un niño pequeño, que abandona su hogar y a su marido por sus problemas con el juego. Ella quiere a su marido pero no puede soportar seguir así, arruinando su vida y llevándola a la banca rota. Mientras, Nadia vive con Chantal, que intenta arreglar su matrimonio, un matrimonio roto por las infidelidades de esta, hasta que Chantal descubre que está embarazada. Mientras que Chantal ayuda a Nadia a superar el problema de su marido y cuidar del niño, Nadia ayuda a Chantal con el bebé, mostrándole que aunque no sepa quién es el padre y no lo quiere, será una buena madre para el bebé.

Con todos los problemas, los engaños y las dudas, las cuatro amigas se apoyan junto con el chocolate, un protagonista más de esta historia. Pase lo que pase, estén tristes o felices, el chocolate es fundamental en la historia. He de añadir que es imposible leer este libro sin una caja de bombones, una tableta o chucherías de chocolate al lado.

La novela es extensa. Al principio de esta te cuentan un poco como son los personajes, pero una vez pasados unos capítulos empiezan todos los líos y problemas que envuelven a las chicas, enganchándote sin remedio. En cada capítulo sale una de ellas o todas juntas, terminando un capitulo y queriendo saber más sobre la chica pero empezando el siguiente capítulo con otra de las protagonistas que anteriormente te dejo con las ganas de seguir leyendo sobre ella. Aparte del humor y las historias de las protagonistas, historias diferentes, de las cosas que más me gustaron de esta novela, aparte de lo mencionado anteriormente, es la narración de estas, la manera en que te la autora te deja con ganas de saber más sobre las protagonistas, cortándote y dándotelo en capítulos posteriores. Es un libro que te engancha desde la primera página y no te permite soltar la novela. Si no te gusta el chocolate, seguro que acabas probándolo, si no eres adicta al chocolate, la novela te meterá en esta adicción, y si lo eres, como yo, te pasarás todo el día comiéndolo.

Mi valoración: Un 9 sobre 10.