Catherine Coulter - Noche de sombras

Crítica realizada por Linnea

Libro 2 de la Trilogía "Las noches"

El brutal asesinato de su benefactor había dejado a Lily Tremaine en la más absoluta miseria y con la responsabilidad de sacar adelante a sus tres hijos.

Desesperada, buscó ayuda en la casa del primo de su prometido Knight Winthrop. vizconde de Castlerosse... hombre astuto, soltero e increíblemente apuesto.

Pronto Lily se sintió atraída por él y envuelta en una complicada y peligrosa relación mientras su irresistible deseo se transformaba en un apasionado amor...

Catherine Coulter ha vuelto a enamorarme una vez más. Lo hace en muchas de sus novelas y con ésta lo ha conseguido.

Lily es la protagonista sagaz, decidida y voluntariosa que nos gusta encontrar en las novelas románticas. Como es habitual en este tipo de historias, ella está en la miseria y tiene a cargo a tres criaturas. Se resiste a pedir ayuda, pero por el bien de los críos no le queda otro remedio que presentarse en casa del primo de su prometido, el atractivo vizconde de Castlerosse, y ponerse en sus manos. Es eso o acabar en la indigencia con su prole.

Knight es también lo que se espera de él. Un hombre sumamente atractivo, libertino, sin ganas desde luego de encontrarse atado a una mujer y a tres niños. Pero queda seducido por Lily y, lo que es mejor, por los pequeños, Él sabe que los dos mayores no son hijos de la muchacha, es imposible, pero tiene dudas sobre la pequeña y piensa que es fruto de una relación anterior de la joven.

Las escenas que desarrolla la autora de Knight con los niños son de lo mejor. Porque son tres pequeños pilluelos que consiguen ablandarnos el corazón, y ablandar el corazón del protagonista. Sus constantes travesuras hacen la lectura agradable, chispeante y divertida. Más por el problema que tiene nuestro héroe que por los chicos, que acaban adorándolo.

Coulter me ha hecho pasar, con esta novela, unas horas de lo más entretenido.

Crítica realizada por Crishi

Lo siento pero este libro no es para mí, de hecho no he logrado terminar porque el tono tan ofensivo en que están escritas algunas escenas no me gustaban ni un pelo.

Escogí esta novela porque me encantan las historias en las que salen niños y en este sentido no me ha defraudado para nada, al contrario, Theo, Sam y Laura Beht son encantadores. En parte, los niños influyen en el desarrollo de una historia sin complicaciones, sostenida a base de engaños pero, ante todo, se ganan a pulso el corazón de Knight, el protagonista.

Knight es un vizconde cínico y prepotente, con animadversión a los niños y que no está dispuesto a casarse hasta los cuarenta. Por momentos me ha parecido un protagonista con doble personalidad. Me explico, mientras que su relación con los niños es preciosa, enternecedora hasta querer leer más, su relación con Lily me ha resultado horrible.

Al principio la relación empieza bien, entre ellos existe un trato correcto aunque él disimula su atracción por Lily. Pero cuando Lily huye de casa sale lo pero de él. la forma en que la trata, verbal y físicamente, me ha parecido innecesaria y sin fundamento. Estamos que en la época la doble moral, las normas sociales campaban a sus anchas favoreciendo al hombre, pero con unos personajes secundarios tan insultante y patéticos teníamos suficiente (todos más salidos que una esquina).

Lily, por su parte, me ha gustado mmmmm regular. Tiene un corazón bueno, parece tontita pero no lo es porque todo lo hace por sus adorados niños. En el fondo es fuerte y no se deja manipular hasta que cae rendida a la autoridad de Knight, y a partir de ahí dejó de gustarme.

No entiendo el romanticismo y la seducción cuando va sujeta a tratos vejatorios. A mi modo de ver, es en este punto donde, cruzando esa línea tan fina que define una relación sana o insana, se puede confundir, o no (con todos mis respetos porque para gustos, o formas de leer romántica, la antigua, están los colores), las actuaciones que ponen en entredicho la relación de estos protagonistas.

Lo dicho, no he terminado el libro. Me han dado ganas de tirarlo por la ventana, de verdad.