Crítica realizada por Mailo
Lou Suffern es un ejecutivo de éxito que no empatiza para nada con el espíritu navideño que parece haber invadido a todos los que tiene a su alrededor. Es el clásico adicto al trabajo que nunca tiene un minuto libre y le dedica poquísimo tiempo a su mujer y a sus adorados hijos. Una mañana, en un asombroso ataque de generosidad, compra un café para Gabe, un vagabundo que se sienta cada mañana en la puerta de su oficina. Sorprendido por su propio acto decide ir más allá y le ofrece un trabajo a Gabe en el departamento de paquetería de su empresa.
Pero cuando Gabe se empieza a entrometer demasiado en la vida de Lou, piensa que todo ha sido un error...Gabe parece saber más sobre Lou de lo que él mismo sabe, y lo que le resulta más inquietante es que Gabe parece estar siempre en dos sitios a la vez...
Gabe, por su lado, tiene una misión: intentar que Lou aprenda a valorar las cosas que realmente importan en la vida... ¿Lo conseguirá antes de que sea demasiado tarde?
Lou Suffern es uno de esos hombres dedicados por entero a su trabajo y para los que no existen familia, hijos o amigos, deicado íntegramente a ganar dinero. Para él, tener una buena cuenta en el banco, una gran casa y todo lo necesario para su familia, ya es suficiente. No entiende eso de que le pidan más de su tiempo, ¿acaso no les da todo lo que el dinero puede comprar?
Por desgracia existen muchos hombres así y la autora ha tenido muy buen ojo sacando a la palestra a Gabe que, en apariencia, no es más que un vagabundo. Lou le conoce y un día le invita a un café, pero luego llega a más, piensa que puede ayudarle a mejorar de vida y le ofrece un trabajo.
Aquí es donde empiezan los problemas para Lou, aunque realmente se trata de su salvación porque Gabe es muy, pero que muy especial: trabaja bien, parece tener todo controlado, resulta ser una influencia para que Lou cambie de modo de actuar.
Gabe es un personaje curioso que parece tener poderes porque consigue las cosas a una velocidad vertiginosa, llega antes a todos lados y siempre está donde menos te lo imaginas. A través de él, Lou va a conseguir darse cuenta de la realidad: su familia es lo más importante y debe recuperar elcariño de sus hijos y de Ruth, su mujer, a la que tiene abandonada hasta el punto de buscarse entretenimiento fuera de casa.
Puede resultar una historia un tanto extraña, pero es fácil de leer, divertida y, sobre todo, nos enseña a pensar en cosas importantes dejando de lado vanalidades. Nunca es tarde para rectificar.
Es un cuento de Navidad que consigue distraer y poner un mucho de magia mientras lo estás leyendo, aunque en algunos momentos me ha resultado lento. Por tanto, no intentéis encontrar en ese libro más que lo que tiene, una moraleja.
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