Christine Merrill - El pecado de amar

Crítica realizada por Patufet

Michael Poole, duque de Saint Aldric, después de pasar una enfermedad como eran las paperas y pensando que nunca podría tener un heredero, se emborrachó en una posada de Dover y quedó con una camarera, pero se equivocó y fue a parar a la habitación de Madeline Cranston.

Han pasado dos meses y Madeline ha ido a buscar al duque para pedir una reparación por su conducta, pues está embarazada. Michael que podía simplemente ocuparse de Madeline y del niño, decide que no es suficiente, que el agravio bien vale una solución que la beneficie más y además él necesita un heredero, por lo que decide pedirle en matrimonio, ofreciéndole todo lo que ella quiera, incluso dándole la libertad una vez haya tenido el niño.

Madeline acaba aceptando la proposición, tendrá ese hijo y luego ya se verá, pero mientras tanto le hará purgar su pecado.

Madeline es una institrutiz que va de un trabajo a otro desde que su "amado" Richard no volviera de la guerra, cuando acepta la proposición del duque solo tiene en mente vengarse de él, por que aunque todo el mundo lo considera "El Santo", ella piensa que es puro fingimiento, que su verdadero yo, es el pervertido que la asaltó aquella noche, pero a fuerza de ver como se comporta Michael con ella, con la servidumbre y con los arrendatarios empieza a pensar que a lo mejor es ella la que está equivocada.

Michael que en su infancia vio a sus padres vivir un matrimonio de vista para afuera, solo deseaba poder casarse por amor, igual que el que tiene su hermano Sam y su cuñada Evelyn, pero con Madeline ve que eso no será posible pues ella solo hace que recordarle el error que cometió y cada intento que tiene él por acercarse es un rechazo por parte de ella.

Bueno, este es el primer libro que leo de esta autora y probablemente será el último porque no me ha gustado, Madeline me ha caído mal desde el principio y no he conseguido cogerle ningún aprecio, es un personaje frío, que parece que no aprecie ni al hijo que lleva en sus entrañas, cosa que hubiera dicho algo en su favor. Me ha pasado lo que nunca me había ocurrido desde que llevo leyendo éste género, pues no apruebo nada las infidelidades, estaba deseando que Michael la enviará a Bath y se buscará una amante, de lo pedante que me resultaba ella.

Entiendo que Madeline tenía que estar resentida y que se mostrara fría e indiferente al principio, pero como toda buena novela romántica, él la tenía que ir conquistando con sus acciones, pero aquí ni conquista ni nada, ella es un cardo borriquero y Michael me estaba dando pena constantemente.

Y por si la historia no me estaba gustando nada aparece el desaparecido en combate, o sea, el antiguo novio, y entonces cambia la torna y ha sido Michael el que me sacaba de quicio con su actitud.

Como secundarios están Sam y Evelyn, un matrimonio cariñoso, que he visto que tienen su propia historia, pero que visto lo visto no pienso perder mi tiempo en leerla.

No se si es la forma de escribir de la autora, o simplemente ha sido esta novela, pero a mi no me ha gustado, y a mi me encantan las historias de matrimonios de conveniencia.

En definitiva, me ha parecido una historia sosa en la que no he visto el romanticismo por ningún lado y que los personajes no me han gustado nada.