Claire Calman - Amor son sólo cuatro letras

Crítica realizada por Merche

Bella sufre la ruptura con el hombre del que cree estar enamorada, Patrick. Entonces piensa que lo mejor es poner distancia entre ambos, cambiar de aires, alejarse lo más posible y emprender una nueva vida.

Me ha parecido bien narrada esa fase de la vida de la protagonista, con las dificultades que debe tener dejarlo todo a un lado, marcharte a otro lugar olvidando lo que te ha rodeado hasta ese momento, trabajo incluido.

El personaje principal ha pasado la treitena y, por tanto, es una edad complicada cuando crees tener todo resuelto y atado y, de repente, todo se va al garete. Ya no es una mocita y emprender una nueva vida resulta doloroso y difícil. Pero ella lo intenta marchándose cerca de una buena amiga y de su novio, a Kent.

Claro está que ahora Bella no pasa por su mejor momento y, como consecuencia del desastre de su vida amorosa, no quiere ni escuchar hablar de tíos. Cuanto más lejos, mejor. No digamos ya de entablar una nueva relación, ni se le pasa por la cabeza. Lo que quiere es paz, ordenar sus ideas y encaminar su futuro de nuevo.

Bella se dedica casi a la vida contemplativa limitándose a cuidar las flores o a pintar, ayudada siempre por los consejos y el cariño de su amiga Viv y su novio. Pero dicen que el amor siempre vuelve y ahí está Will, que aparece para volver a echar por tierras sus deseos de tranquilidad y sosiego.

Will está estupendo, es una tentación. Es el único que puede conseguir que Bella tenga una nueva oportunidad de ser feliz, de enamorarse y de olvidar el penoso pasado.

Chick lit corrientito, de buena narrativa, en el que podemos comparar la vida tranquila del campo con el desasosiego de la vida en la ciudad. Aquí viene bien eso de: un clavo saca otro clavo. El primer clavo es Patrick y el segundo Will, que consigue hacer ver a Bella que no hay que cerrar el corazón porque siempre existe una segunda oportunidad para el amor.

Lo malo de esta novela es que no cuenta nada nuevo, que el tema está bastante trillado, que a la protagonista no he terminado de cogerle el gusto. Sí es verdad que ha conseguido arrancarme alguna sonrisa, como me pasa siempre que leo este género, porque sin esas gansadas sería incapaz de acabarme los libros.

Lo mejor del libro, Will. A él sí que le he tomado aprecio al conocerlo porque su presencia hace que la novela se haga más graciosa y empiece a agradarte de veras. Will no sólo es guapo y encantador, es un dulce en todo el sentido de la palabra: ameno, chistoso, lleno de ternura...

Resumiendo: un protagonista masculino de los que nos gustaría encontrar por la calle y una protagonista femenina a la que le falta un pequeño hervor.