Claudia Gray - Aguas oscuras

Crítica realizada por Linda

Tess Davies tiene 18 años y desde hace ya tiempo, sirve en casa del Vizconde Lisle, de cuya hija es doncella. Ambiciosa, abriga un sueño imposible para alguien como ella: independizarse, empezar desde cero. Ahora, el viaje que emprende con sus señores le ofrece la ocasión que esperaba, está a punto de embarcar rumbo a América en el Titanic. «Esta es la mejor oportunidad que tendré jamás para empezar una nueva vida. Puede que la única.»

Pero, en su última noche en tierra inglesa Tess ha tenido un extraño encuentro con un amenazador grupo de caballeros, luego se ha topado con un no menos misterioso joven que decía protegerla: «Sin mí –le ha dicho– estarás muerta antes de haber dado diez pasos». Y entonces ha visto al lobo...

¿Un lobo? ¿En Southampton? Ya a salvo, y aunque la explicación no le parece plausible, Tess intenta convencerse de que lo vivido es un episodio racional y casi lo logra, hasta que, una vez a bordo, vuelve a encontrarse a su salvador, ahora departiendo con uno de los hombres tenebrosos...

Al poco, Tess sabrá que su joven héroe se llama Alec, y que de él se dice que huye de Europa tras la truculenta y no resuelta muerte de la actriz francesa de la que estaba enamorado. Y en verdad el pasado que Alec quiere dejar atrás es oscuro, porque le ronda un enemigo de descomunal potencia maléfica.

Así Tess descubrirá que los hombres lobo existen más allá de las novelas góticas que degustaba a hurtadillas en la biblioteca de sus señores. Peor aún: que ahora, y conforme su destino se une cada hora que pasa más al de Alec, esos seres sanguinarios han decidido ir también a por ella.

¡Guau! No se me hubira ocurrido pensar que esta novela iba a tener tanta intriga y misterio, además de una bonita historia romántica. Es que mezclar el asunto del Titanic con hombres misteriosos y lobos me parecía al principio un cacao y los lobos no son santo de mi devoción ni aunque sea en papel, por mucho que digan los amantes de los animales. A mí me dan repelús.

Bueno, pues a pesar de esa mezcla he disfrutado un montón de este libro narrado en primera persona, es Tess la que nos cuenta lo que pasa, aunque hay escena de recuerda cosas. Alex es un amor.

No he tenido pegas al leerlo, como me ha pasado en otros libros en que el argumento es lioso y a veces me he perdido, aquí todo está claro como el agua, y me ha encantado que toquen el tema del Titanic porque hace algún tiempo leí una novela en la que encontraban los restos del famoso barco y siempre he estado intrigada por ese acontecimiento tan terrible. También he visto la película de Titanic y me encantó, como este libro.

Creo que que se ha basado la autora en lo que pasó en el barco para ponernos escenas que parecen reales, que tal vez lo sean, así que se te ponen los pelos de punta muchas veces, pero los suaviza contándonos otras muchas más cosas que hacen muy adictiva la lectura.

La intriga de la novela es porque hay hombres lobo en el Titanic. Como os lo cuento. Además de eso, está el grupo en el que está metido Mijail, los peligros a los que se expone la protagonista y todo eso. Se lee deprisa y bien, la escritura es rápida, el romance bonito y dulce, como a mí me gusta.

Ah, y me han enamorado los protagonistas y los secundarios, que hay muchos, como los familiares y amigos de ambos.