Cristina Prada - Las noches en las que el cielo era de color naranja

Crítica realizada por Maribel Moreno

Aunque había visto buenas críticas de las novelas de esta autora, todavía no me había decidido a leer ninguna, pero esta me llamó mucho la atención, algo influyó ese título tan largo, pero sobre todo, porque la ambientación era completamente diferente a lo que leo habitualmente, ya que la trama transcurre en Sokovo.

Sophie trabaja como camarera, pero es escritora de novela romántica, está en puertas de publicar su primera novela y a punto de ser ponente en las Jornadas de Autores Noveles de Nueva York, le acaban de dar la noticia de esto último y no puede estar más feliz, dando saltitos de felicidad la encuentra el hombre más guapo y sexy que ha visto en su vida.

Después de unos cuantos encontronazos con Reese, este desaparece si más, pero la vida de Sophie da un giro inesperado, ya que todo lo que estaba a punto de conseguir se va al traste. Sophie se siente perdida y desesperada, pero su amiga Sarah, que acaba de marchar a Sokovo la convence para que se vaya con ella, Sophie no se lo piensa, coge sus cosas y marcha pensando que allí vivirá aventuras y probablemente encuentre algo de lo que escribir, pero en ningún caso Sophie pensaba encontrarse con el hombre en el que no ha dejado de pensar, Reese.

Reese es un gran reportero de guerra, aunque ahora es el chico del millón de dólares que trabaja en un programa de política en una de las cadenas más importantes de la televisión. Cuando se encuentra con Sophie se encuentra descolocado y aunque intenta mostrarse indiferente y pasar de ella, no puede evitar meter baza en todo lo que a ella se refiere.

Nos encontramos ante una historia que tiene dos puntos bien diferenciados, la ambientación y la historia de amor de Sophie y Reese.
En cuanto a la ambientación, que me ha parecido un trabajo muy bien elaborado por parte de la autora, nos lleva hasta Sokovo en el año 2008, un país que ha acabado una guerra recientemente y que se supone que está en reconstrucción, algo que dista mucho de la realidad, ya que los bombardeos y las masacres están a la orden del día. Allí se respira un aire de temor, y de horror. Reese ya vivió allí unos años atrás y vio las injusticias y la desatención que había, por eso ha vuelto, porque quiere explicar lo que realmente hay, aunque parece que a nadie le importa ya.

En cuanto a la parte romántica, aunque me ha gustado mucho, ha habido algunos momentos en que se me hacía un tanto repetitiva y era por culpa de Reese.

Reese es un hombre seguro de sí mismo, arrogante, arisco y resulta en ocasiones bastante desagradable, desde hace años que se siente vacío, ha visto muchas cosas y no ha podido hacer nada por evitarlas y eso le carcome, así que se ha convertido en un hombre frío que no quiere acercamientos con nadie, pero entra en su vida Sophie y todo se va al traste, porque aunque intenta apartarla de su lado constantemente, no puede evitar protegerla y quererla para sí, vamos, con conmigo ni sin mí.

Sophie es una chica dulce y valiente, que pronto se olvida de la idea de vivir aventuras y se dispone a ayudar en la medida de lo posible, se va enamorando cada vez más de Reese, y cada vez que él la aleja, ella más lo quiere ayudar, me ha crispado un poco la santa paciencia que tiene.

Así que nos encontramos con una relación plagada de altibajos y de tensión, pero bonita al fin y al cabo.

Hay que destacar también otros personajes que son muy importantes en la historia, como Sarah, periodista, valiente y gran amiga de Sophie, Owen, militar o Milo, un joven médico que enseñará a Sophie que en su país no va a vivir aventuras, pero que puede ayudar a mujeres y niños que lo han perdido todo.

La novela está escrita en primera persona desde el punto de vista de Sophie, me ha gustado la forma de narrar de la autora, aunque hubiera eliminado algún que otro desplante por parte de Reese, por que se repite demasiado. Pero debo decir que ha sido un buen primer contacto con la autora y seguro que repetiré.

En definitiva, Las noches en las que el cielo era de color naranja me ha parecido una historia de las que dejan huella, sobre todo por la carga dramática de un país en guerra, pero también por la parte romántica, porque es una historia de amor preciosa en la que ni la distancia ni el tiempo pueden acabar con ese amor tan grande, y los protagonistas que son fuertes, valientes y luchadores harán cualquier cosa por mantenerlo.