Deborah Hale - La última victoria

Crítica realizada por Mc2

Sólo el filo de una espada separa el odio del amor...

Dominie de Montford había jurado acostarse con el mismísimo diablo con tal de proteger a su pueblo. Todo lo que quería en el mundo estaba en peligro y el único hombre que podía ayudarla era la persona a la que más despreciaba, Armand Flambard.

El guerrero que Armand llevaba dentro había muerto en el campo de batalla... abatido por un terrible secreto. Si lady Dominie descubría la verdad, lo odiaría tanto como en otro tiempo lo había amado. Pero acaso aquella nueva llamada a las armas fuera una oportunidad para luchar por un deseo que habían dejado dormir durante demasiado tiempo...

Novela medieval ambientada en Norfolk, Inglaterra.

Dominie de Monford estaba cada vez más desesperada. Con Eudo St. Maur, antiguo conde de Anglia, convertido en el ladrón y asesino conocido con el sobrenombre del Lobo de los pantanos, necesitaba ayuda para su familia y sus vasallos. Tenía que averiguar si era cierto que su antiguo prometido, Armand Flambard, se encontraba en la Abadía de Breckland pues necesitaría de su ayuda para alejar a Eudo de sus tierras.

Aún vestido de monje, Armand seguía teniendo los mismos hombros, anchos y fuertes, y el mismo rostro tan hermoso como viril. Su presencia en el bando equivocado, en una lucha por el poder real, le había hecho perder sus propiedades. Aunque no era eso lo único que carcomía su conciencia. También se consideraba responsable de la muerte del padre y hermano de Dominie a los que consideraba como de la familia. Allí, en medio del campo de batalla había hecho la firme promesa de dejar las armas y dedicar su vida a la iglesia.

Dominie no desea el único ofrecimiento que le otorga Armand. Quiere su espada y una esperanza para los suyos, y si para conseguirlo tiene ponerle en una situación comprometida ante el prior y el abad, que así sea.

Armand no había contado con que el abad, pese a creerle, se inclinara por los deseos de Dominie y le solicitara (más bien ordenara) ayudar a esa gentil dama a vencer a ese vil enemigo que tenía a la Iglesia entre sus objetivos. Sin embargo, su orgullo y su palabra le pondrán en un serio aprieto en más de una ocasión. Hasta el punto de poner su propia vida en peligro.

La última victoria es una historia bastante bien hilvanada. Aunque discurre de forma predecible me ha resultado entretenida y amena. Los protagonistas no es que sean inolvidables pero encajan bastante bien en sus respectivos papeles. Dominie no es una doncella dulce y modesta. Es más bien obstinada, valiente, capaz de recurrir a cualquier treta para conseguir lo que quiere. Y, desde luego, tiene una única misión en mente que domina todas sus acciones: salvar los dos feudos de la familia, Wakeland y Harwood. Armand es un hombre que, en el fragor de la batalla de Lincoln, ha visto caer bajo su mano a dos de las personas a las que más quería y admiraba. El horror sufrido ante lo que había hecho le hizo jurar que abandonaría las armas y que encaminaría su vida hacia Dios. Un juramento que no rompe en ningún momento buscando el perdón en su propia muerte.

La valoro como buena.