Crítica realizada por Katon
Su noche de bodas sería especial...
Atrapada por el chantaje y el deber, Laura Penrose se vio obligada a casarse con el implacable primo de su amado en ausencia de éste. Años después, ya viuda, él regresó por fin.
Ford Barrett, el nuevo lord Kingsfold, siempre había creído que Laura lo había traicionado y que por tanto estaba en deuda con él. Le debía una boda... ¡y una noche de bodas!
Laura se sacrificó una vez por el deber... pero no volvería a sacrificarse para saciar su venganza. Sin embargo, aquel nuevo y peligroso Ford, de un atractivo casi salvaje, no atendía a razones, y Laura tenía que convencerlo de que nunca lo había traicionado, antes de que descubriera su más íntimo secreto...
Ford Barret ha estado los últimos años en las Indias orientales, durante todos esos años no ha podido olvidar la traición de la que era su prometida, Laura, que finalmente se casó con su primo. Lleva un tiempo residiendo en Singapur cuando recibe la noticia del fallecimiento de su primo, ahora él es el marqués de Kingsfold. Aprovechará el viaje de vuelta a Inglaterra para ampliar el negocio que tiene con sus dos socios abriendo una delegación en Londres. Pero Ford también quiere regresar para vengarse de la mujer que lo abandonó para casarse con su primo, una simple carta como ruptura del compromiso y que ha recordado los últimos siete años. Ahora cree que la mejor manera de vengarse de ella es obligándola a casarse con él, disfrutar de su noche de bodas para luego abandonarla.
Laura ansía y teme la llegada del nuevo lord Kingsfold. Ansía su llegada porque no ha podido dejar de pensar en él en estos siete años, aún está dolida por abandonarla para marcharse a Spa en el momento más difícil de su vida. Lo teme porque Hawkesborne es ahora su hogar y el de sus hermanas menores y su madre enferma. Laura, en vez de vivir holgadamente prefirió gastar la menor cantidad de dinero posible ya que ahora todo le pertenece al nuevo lord. Además es plenamente consciente que su difunto marido fue un derrochador y de la vasta fortuna familiar no queda nada.
El primer encuentro entre Laura y Ford no podría ser más electrizante, ella cree que la abandonó para ir en busca de fortuna y él cree que rompió el compromiso para casarse con su primo por su título y dinero. Ambos no podían estar más equivocados. En ese primer encuentro Ford descubre cómo viven Laura y su familia, no le avergüenza reconocer que desde que murió su marido han tenido que colaborar en algunas tareas de la casa así como comer mucho más frugalmente. Ford es reacio a creerlo hasta que un encuentro con el administrador al día siguiente se lo confirma todo. Pensando en las penurias que han tenido que soportar una idea brota en la mente de Ford. En el mismo paseo en el que siete años atrás se declaró al amor de su vida le ofrece a Laura su mano, así ella podrá seguir residiendo en Hawkesborne junto con su familia y Ford obtendrá su ansiada venganza.
Laura queda sumida en un conflicto interior, por los secretos que le oculta a Ford y por la necesidad de proteger a su familia, ellas no tienen nada y si Ford quisiera podría echarlas a la calle. Ford le deja muy claro desde el principio que no habría amor, que solo tendrían que preocuparse de la atracción física y de engendrar un heredero, solo sería un matrimonio nominal. Laura no tuvo amor en su primer matrimonio y seguramente tampoco lo tendrá en el segundo. La ternura con la que él ayuda y trata a su madre, el cariño fraternal que parece sentir por sus hermanas, son rasgos del carácter de Ford que desconciertan a Laura. No es el mismo joven que conocía, ni siquiera la atracción que sienten el uno por el otro es la misma. Siete años de añoranza han hecho aumentar sus deseos y la pasión que los embarga cuando están solos.
La boda finalmente se lleva a cabo e inmediatamente después del refrigerio parten para Brighton. Allí pasarán los mejores días juntos, aunque más de una sorpresa les aguarda en la habitación. Ford descubrirá algunos de los secretos y la verdadera naturaleza del matrimonio de Laura con Cyrus. Desde ese momento ya nada será igual entre ellos, la unión que se ha forjado a orillas del mar será el principio de su matrimonio. Pero aún quedan secretos y malos entendidos que podrán separarlos cuando menos se lo esperen. Un secreto que podría arruinarles la vida, el honor, respeto y título de Ford está en peligro, en manos de Laura está destruir las pruebas, seguir ocultándolas o usarlas si fuera necesario.
Un argumento sencillo, que no es original pero que cuenta una bonita historia. Laura y Ford han madurado a la fuerza, ahora no son aquellos jóvenes que creían eran capaces de cualquier cosa, han sufrido y luchado, de la forma más inesperada se les presenta una segunda oportunidad. Ambos personajes me han gustado, Laura quizá me ha parecido un poco sosa a veces, como si desluciera a su pareja, pero el pasado que ha dejado atrás puede justificar ese carácter. Ford, por el contrario, me ha encantado, tan deseoso de venganza y aun así no puede evitar mostrarse atento y dulce con la familia de Laura, aunque reconozco que hacia el final su actitud me ha parecido un poco forzada. Con respecto a los demás personajes; las hermanas de Laura, la joven Susannah y la historia de Belinda con el señor Crawford son un buen complemento para la trama central. El señor Pryce, mayordomo de Hawksborne será como esa voz de la conciencia que todos necesitamos en algún momento. Cyrus, es uno de esos personajes que a pesar de no aparecer realmente a lo largo de la novela está muchas veces presente, es el antagonismo de Ford y contra cuya esencia tendrá que enfrentarse.
Una historia corta, que se lee rápidamente pero que cuenta una sencilla historia de amor. En general me ha gustado, para pasar una buena tarde con un libro sin muchas dificultades.
Valoración: Bueno
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