Deborah Simmons - Caballero oscuro

La oveja negra de la familia De Burgh era un título oscuro al que Reynold se había acostumbrado. Era un hombre que viajaba solo. Pero su amargo peregrinaje se vio interrumpido por una dama muy decidida que apelaba a su honor de caballero. ¡Debía protegerla y velar por ella! Sabina Sexton sabía que su reticente rescatador era escéptico con respecto a su cruzada. Pero el peligro era muy real, y ella no tenía más remedio que poner su vida en manos de aquel caballero peligrosamente atractivo.

Séptima novela de la serie Hermanos de Burgh.

Reynold de Burgh sabía que ya no podía demorar más su marcha. Debía abandonar su hogar, el único hasta entonces conocido. En los últimos años, cinco de sus seis hermanos se habían casado. Ahora debería tocarle a él. Pero, ¿quién podría casarse con un hombre tullido desde su nacimiento? Era mejor marcharse que observar las miradas compasivas de la gente de Campion, cuando él fuera el único de sus hermanos que permaneciera en el domicilio familiar. Sin embargo, no deseaba que nadie se preocupara por él. Que alguno de sus hermanos, incluso su padre, fueran en su busca. No había contado que las ancianas L´Estrange, de visita en Campion, fuera las únicas en darse cuenta de su huida. Cafell y Armes le animan a seguir su destino: matar a un dragón, rescatar a una damisela en apuros y recuperar su herencia. Eso sí, le imponen la presencia de un escudero, Peregrine, y le hacen poseedor de una bolsa de contenido desconocido, pero necesaria para cumplir su misión.

Tras superar algunas dificultades en el camino, Reynold y Peregrine llegarán a Grim´s End, una misteriosa propiedad prácticamente abandonada, fundada por un antiguo cazador de dragones.

Sabina Sexton necesitaba desesperadamente un caballero. Como damisela en apuros precisaba de alguien valeroso que acabara con la gran bestia que amenazaba su pueblo. La bestia no es otra que un dragón, al que nadie ha visto, pero que ha destruido sus casas y quemado sus campos.

Pese a no sentirse a la altura de sus hermanos, Reynold sabe que no puede dejar sola a Sabina en Grim´s End. Aunque nunca ha creído en esos seres fantásticos, y lo sucedido se puede explicar racionalmente, hay alguien detrás de todo que puede acabar con la vida de la joven, si él no lo impide.

¿Qué hay enterrado en el túmulo de la antigua iglesia? ¿Están los restos del dragón que mató el fundador de Grim’s End o es cierto que existe un tesoro escondido que alguien está empeñado en descubrir? ¿Quién es el traidor que acecha entre las sombras intentando acabar con sus vidas?

No he podido evitar leer esta novela de un tirón, atraída por los misterios que entraña este pueblo casi despoblado. Me imaginaba, y no me he equivocado, que el dragón no existía como bestia mitológica, que sería en realidad una persona de carne y hueso, pero el aspecto algo mágico de la novela me traía. Sobre todo, porque este era el hermano de Burgh que me parecía más misterioso y que necesitaba algo más que una mujer de carne y hueso para salir de su pesimismo y aceptar lo que su familia había aceptado desde siempre. Reynold sólo se fija en las limitaciones de su pierna, preocupado continuamente por no estar a la altura de sus hermanos. Se siente rechazado por las mujeres, sólo por un comentario escuchado a escondidas. Necesita confiar en sí mismo y olvidar que, pese a su pierna, siempre ha podido permitirse una vida privilegiada, arropado continuamente por familiares y amigos que le han considerado uno más. La llegada prácticamente en solitario a este pueblo alejado de la mano de Dios le permite elevar su autoestima y devolverle la confianza en sí mismo. Sabina Sexton es una mujer orgullosa y valiente, pero idealiza al caballero andante que la encuentra en la iglesia de Grim´s End. No le ve defectos. Es más, ni siquiera se da cuenta de que una de sus piernas está lesionada. No tiene mucha experiencia en el amor y su ignorancia da lugar a circunstancias graciosas, tiernas  e incluso románticas.

En conclusión en la novela hay mucho misterio, aventuras, pasiones ocultas, traidores y un personaje codicioso, Julian Fabre, que desea algo más que a una doncella en apuros. La novela se lee de un tirón y, a pesar de ser cortita, no creo que defraude a nadie.

La puntúo con un 4/5.