Deborah Simmons - Duelo de poder

Crítica realizada por Mencía

Sinopsis:

Aquello se convertiría en una batalla de voluntades Simon no podía recordar a nadie que hubiera puesto en duda su autoridad en toda su vida. Era un de Burgh y su honor jamás había estado bajo sospecha. Así que la tensión fue inevitable cuando unos forajidos interceptaron su comitiva y descubrió que su cabecilla era una mujer. En Campion, su palabra era ley y por eso mismo la cosa se complicó cuando descubrió quién era aquella mujer y le ordenó rendirle vasallaje. Arguyendo que era su padre y no ella quien debía vasallaje al hermano de Simon, Bethia se lo negó. Su inquebrantable serenidad consiguió sacar de quicio a Simon, que terminó amenazándola con llevársela a hombros si insistía en desobedecerle. Ella le contestó con una carcajada incrédula... el duelo era inevitable.

Opinión:

¿Cuántas veces abrimos una novela altamente esperanzadas y a la vuelta de unas páginas entramos en barrena? Últimamente, en mi caso, demasiadas.

Sin embargo, hay veces –pocas- que compramos sin más pretensión que pasar un rato entretenido y damos con una de esas novelas divertidas, pasionales, con sentimiento, y sin complicaciones rocambolescas, que nos hacen sentir cual reinonas. Bueno, pues eso mismo fue lo que me ocurrió con Duelo de Poder.

Ésta es la tercera novela de una serie, cuyos protagonistas son los hermanos De Burgh.

En el caso que nos ocupa le ha llegado el turno a Simon: un hombre de guerra, seguro de sí mismo, fuerte y pendenciero, que considera que las féminas andan cuatro escalones por debajo de sus compañeros. Caer en una emboscada cuya cabecilla es una mujer, descubrir que es ella la que controla la situación, que no se corta por nada, ni si quiera ante la vista de sus viriles "vergüenzas"; recibir el látigo de su lengua y al mismo tiempo no poder evitar admirar su inteligencia, fuerza y belleza, vuelve su mundo al revés.

La base de la trama es sencilla: "chico quiere ayudar a chica", pero los personajes, la lucha de voluntades, la tensión que se crea entre ellos, la pasión irrefrenable, el ritmo, los diálogos, las escenas divertidas, tiernas, arrebatadas, pícaras.... Hacen de ella una novela de lo más recomendable.

Es de lectura sencilla y muy amena, donde te encariñas del brutote de turno mientras disfrutas viendo cómo va rindiendo todas sus defensas, donde te sientes cómplice de la protagonista y te transportas a un mundo de honor, lucha, pasión y risas.

No sé que tendrán estos protagonistas que tanto me gustan, bueno quizá sí : ver como se rinden al sentimiento, solazarme una vez más con una muestra del poder femenino, disfrutar percibiendo las incertidumbres y a veces hasta jocosas dudas que puede sufrir un todo poderoso varón...

Y es que Duelo de poder es una nueva entrega de lucha de sexos, en la que, como debería ser siempre, no hay un perdedor porque los dos ganan.

Conocí a su autora en la novela anterior a ésta, y ya de aquella me creó una grata impresión. Ahora sé que no fue un espejismo y espero con ansiedad las siguientes entregas de esta serie. Mientras que las editan, intentaré hacerme con la primera. Ese Dunstan.... Ese Lobo....