Crítica realizada por Mc2
Novela romántica perteneciente a la época de la Regencia.
Clare Cummings se encontraba aburrida. No parecía tan buena idea acudir a Londres a pasar su primera temporada. Y menos acompañada de su tía Eugenia. Pero allí, delante de la chimenea del salón de lady Lynford pudo reconocer la figura de Justin. Nunca había logrado olvidar al marqués de Worthington. Cuando sólo contaba catorce años era demasiado impetuosa para obedecer a nadie. Un descuido la llevó a perderse en la niebla, llegando hasta un silencioso castillo, con foso incluido, que parecía abandonado excepto por el desliñado hombre que descansaba en una butaca del salón. Para ella el lugar se convirtió en un castillo encantado, y él en su príncipe de cuyo maleficio sólo ella podía salvarle. Pese a los dos años que pasaron juntos, Justin parece haber olvidado a la joven que departió con él su solitaria vida.
¿Quién era aquella joven, vagamente familiar, que le muestra tal desaire en público? Justin St. John no puede sino sorprenderse ante la belleza en que se ha convertido Clare. Pese a que la ruptura supuso también romper su corazón, él seguía recordando a la joven que en unas navidades le regaló un amuleto. Aún colgaba de su cuello el minúsculo dragón de oro que ella le regaló. Lo portaba siempre; ni siquiera en el baño o cuando estaba con una de sus amantes se lo quitaba. Su promesa de llevarlo siempre, era la única promesa que nunca había roto. Nunca a nadie le había revelado su significado, tal vez porque ni él mismo lo sabía todavía. Cuando ella empezó a ser demasiado mayor para su compañía llegó a oídos del mayorazgo Cummings su relación. Entonces, Justin no pudo evitar romper el corazón de la joven. Lo malo es que al hacerlo también rompió el suyo. Y ahora, convertida en toda una belleza St. John temía que se convirtiera en el centro de atención de depravados y nobles sin escrúpulos. Pero sólo tras enterarse de los rumores que circulaban por los salones y clubes de la alta sociedad tomará la decisión de protegerla. Aunque, para alejarla de las garras del desagradable y sádico Richard Farnsworth, tenga que casarse con ella.
La maldición es otra apasionante novela de Deborah Simmons. Una más que he leído en un día, ensimismada con la misteriosa maldición que pesa sobre Justin St. John. En su juventud, una mujer embarazada de él, cayó inesperadamente de las almenas del castillo de Worth. Una muerte considerada accidental pero de la que alguien puede reportar información que cambiaría la versión oficial. Cuando empiecen a aparecer nuevas mujeres asesinadas las sospechas recaerán sobre Justin. El deseo de conocer la identidad del asesino me obligaba a seguir pasando hoja tras hoja para obtener nuevas pistas sobre la identidad del asesino.
En cuanto a los personajes secundarios me han resultado apasionantes e intensos. Sin embargo, Clare me resultaba al principio algo hipócrita. Cuando él le ofrece un matrimonio de conveniencia se niega a otra cosa que no sea un matrimonio de verdad. A él le exige la promesa de que no beba, no juegue ni dedique su tiempo a otras mujeres. Pero mientras, no acepta sus besos, sus caricias y mucho menos compartir su cama. Cada vez que intenta tocarla, ella se aparta. Sigue teniendo, en parte, una mentalidad infantil en donde no hay cabida para un hombre que no sea perfecto.
Justin es un hombre de carne y hueso con fallos e imperfecciones. Sin embargo, le da tiempo para aceptar la situación. No la presiona, la persigue ni la acosa. Sólo en determinado momento rompe la promesa de la bebida. Pero es que, con tantas exigencias y promesas, llega un momento que no aguanta más el deseo que siente por la joven.
En conclusión, la novela me ha apasionada. Hay misterio, suspense, sospechas, un asesino oculto y unos misteriosos asesinatos que necesitarán a la joven como cebo si no quiere ver a su esposo en la prisión de Newgate.
La puntúo con un 4.5/5.
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