Crítica realizada por Patufet
Los días son calurosos en el rancho Skylance... ¡y las noches son aún más ardientes!
El heredero del rancho Skylance tiene todas las mujeres que quiere, pero este guapo y solitario hombre las rechaza una tras otra... hasta que una guapa y vivaz vecina aparece en su radar. ¿Ha encontrado por fin a su pareja este empedernido soltero?
Maddie Lane, desde que murió su padre se ocupa de su pequeño rancho junto con su tía abuela, se dedica al cruce de ganado y la cria de gallinas, para eso tiene a su gallo "Pumpkin" que le trae de cabeza, y siempre ha estado enamorada en secreto de su vecino Cort Matthew Brannt.
Cort está encaprichado de Odalie, pero ella sabiendo que es una belleza y presa de su altivez aspira a algo más que a un simple ranchero, por lo que se marcha a Italia a recibir clases de canto que es lo que realmente le gusta.
Pumpkin "el gallo asesino" , por que arremete contra todo el mundo, se ha escapado varias veces y se presenta en el rancho vecino, Cort va a ver a Maddie para quejarse, pero como casi siempre que se encuentran discuten y él la acusa de ser poco atractiva para los hombres, ya que nunca la ve arreglada, pero cambia de opinión el día que la encuentra en una fiesta bailando con John (amigo de Cort y hermano de Odalie) , no entiende porqué se pone celoso al verla en brazos de otro, pero si sabe que a partir de ese momento la ve con otros ojos y empieza a frecuentar su compañía.
Maddie empieza a ilusionarse con Cort que la trata como si realmente le gustara, pero con el regreso de Odalie vuelven los temores de Maddie, que piensa que Cort volverá a alejarse de ella.
Odalie que desde que ha vuelto encuentra cambiado a Cort, ya no es tan devoto con ella y ve como los pensamientos de él están ocupados por Maddie, así que se propone que ésta los vea juntos, por eso le pide a Cort conducir su Jaguar pasando por casa de Maddie, pero con tan mala suerte que acaba de escaparse Pumpkin y tanto el gallo como Maddie acaban bajo las ruedas del coche.
Ultimamente me he llevado buenas sorpresas con esta autora, ya que parece que ha cambiado un poco el patrón del protagonista masculino, al menos en los últimos libros que he leído de ella no me he encontrado con un machista insoportable, en este caso, Cort me ha parecido un encanto, aunque al principio se mete con Maddie enseguida se disculpa y pasa a ser un hombre cariñoso, y muy tierno .
Maddie es una joven, inocente y tímida, que se ruboriza constantemente y solo conoce la vida del rancho, aunque le encanta esculpir y pintar y lo hace muy bien.
Me han gustado mucho los dos protagonistas , en esta historia no hay constantes peleas , al contrario hay mucha ternura.
También me ha gustado mucho Odalie, pensaba que sería el punto negativo de la novela , pero tras el accidente de Maddie da un cambio radical, pasando de ser una persona altiva y creída a una chica dispuesta a apoyar y a yudar a Maddie en todo momento.
Espero que tanto John como Odalie tengan su propia historia, ya que he visto que los padres de estos son los protagonistas de Heather's song y los padres de Cort son los de To love and cherish.
En definitiva, aunque es una historia sencilla me ha gustado mucho, ha conseguido emocionarme en algunos momentos, pero lo he pasado muy bien leyendola.
Mi valoración 3,5/5
Maddie y Cort viven en Texas en ranchos vecinos. Se conocen de toda la vida pero entre ellos nunca ha habido sintonía. Maddie se ha quedado huérfana y pesar de que tiene alma de artista, tiene que pensar en vacas Santa Gertrudis y en cómo mejorar su genética. De vez en cuando, por motivos de trabajo, recibe la visita de Cort y lo más bonito que la llama es flaca y plana. A Maddie no parece afectarla mucho y sigue su amistad con John, el hermano, de su "enemiga". Y por eso de que estamos en la Texas rural, la de la tierra y el ganado, no hay mucho donde elegir y acabas poniendo el corazoncito en medio kilómetro a la redonda. El regreso de Odalie, la hermana de John, con sus ínfulas de cantante de ópera pone contento a Cort que la ve como la madre de sus hijos.
En fin, que así está la mezcla de personajes hasta que un desgraciado accidente empieza a encauzar la novela...
Después de leer Tierras salvajes de la misma autora y tirarme de los pelos, a pesar de estar avisada por una valoración de menos cero, decidí ponerme manos a la obra con Amor frágil. Tenía muy claro que siendo devota de la Palmer, y como un clavo saca a otro clavo, o leía otro harlequin suyo o me plantaba para siempre. Al final, la suerte me ha acompañado y he disfrutado con la historia. Con este talante, no me he inmutado ni con los piropos que le dirige Cort a Maddie, ni con la sequía, ni con la insoportable Odilie, ni con la permisividad que demuestra John cuando parece que le birlan a su chica... Al revés, he celebrado que no se insiste en la diferencia de edad entre la pareja de tortolitos -de hecho no sé ni cuantos años son-, ni en la virginidad de Maddie aunque se presupone, ni en el repasito de rigor pero tengo que respetarte...
De los personajes secundarios, mi favorito es Pumpkin, el gallo antipático y peleón dueño absoluto del rancho de Maddie. Picotea con ferocidad a quien se le pone por delante aunque siente predilección por atacar a Cort Everett. Cort está deseando que acabe en una cazuela pero Maddie lo tiene como el rey del gallinero y le viene bien vender los huevos.
Mi puntuación es 3/5
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